Tres confederaciones de iglesias cristianas en Nicaragua defendieron el fin de semana al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, al desmentir la prohibición del ingreso de biblias al país y el respeto a la libertad religiosa en el país centroamericano.
Pero más allá de esos comunicados, la realidad dista bastante de lo que en papel aseguraron la Convención Bautista de Nicaragua, la Federación de Iglesias Evangélicas de Nicaragua (FIENIC) y la Conferencia Evangélica Pentecostal de las Asambleas de Dios.
La Comisión sobre la Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos (USCIRF por sus siglas en inglés) en noviembre pasado señaló a Nicaragua, junto con Cuba y Venezuela, como una «tríada» donde se irrespeta la libertad religiosa al recomendar al Congreso y el gobierno de Donald Trump tomar medidas en contra de la dupla Ortega-Murillo ante el irrespeto a este derecho.
En su informe de 2025 sobre el estado de las libertades religiosas en el mundo, destacaron «el arresto, encarcelamiento y exilio arbitrarios de líderes y fieles religiosos, la cancelación del estatus legal de organizaciones religiosas y el acoso e intimidación a los fieles», en especial a líderes de las iglesias cristiana y católica del país.
Antes, en julio de 2024, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) publicó un informe en el que abordó la persecución a líderes religiosos.
Iglesias cristianas afines al sandinismo defienden a la dictadura
Expulsiones, confiscaciones y desnacionalizaciones
Entre los casos más destacados, en el periodo de 2023 a 2024, estuvo la detención arbitraria, condena, desnacionalización y expulsió de Nicaragua del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien vive forzado en el exilio en Roma, tras salir de la cárcel en un proceso en el que medió el Vaticano hace más de dos años.
Según el Grupo de Expertos, estas medidas forman parte «de una política deliberada para suprimir cualquier forma de crítica o movilización social que pueda desafiar el control del régimen Ortega Murillo».
El documento aborda las violaciones a las libertades religiosas, de expresión e información, la libre asociación y las libertades personales, en especial por la detención no solo de Álvarez sino contra otro miembros del clero y laicos comprometidos nicaragüenses.
Entre los puntos de quiebre, entre la iglesia católica y la dictadura, señalaron el mes de enero de 2022 que marcó una nueva fase de “cierre total del espacio cívico y democrático en el país. Durante esta fase, y tal y como se desarrolla en la sección de hallazgos de este documento, se produjo una intensificación de los actos de represión contra la Iglesia católica y sus miembros y, en algunos casos, contra pastores e iglesias evangélicas, estas últimas debido a su capacidad autónoma de generar movilización social o congregar personas».
Papa Francisco alza la voz por Nicaragua y defiende a la Iglesia perseguida por Ortega
Ataques de la dictadura al papa Francisco
Destacaron como Ortega acusó al fallecido papa Francisco, por expresar su preocupación ante la persecución contra el clero, de liderar «una mafia» en el Vaticano.
Citaron el informe “Nicaragua, ¿una iglesia perseguida?” que en su actualización de agosto de 2023 documentó un total de 667 ataques contra la Iglesia católica producidos a partir de abril de 2018. «Entre ellos se contaban 117 ataques, asedios y otras formas de impedimentos a templos y/o edificios religiosos, 80 robos o profanaciones en templos, 64 prohibiciones de actividades religiosas y otros actos de piedad popular y 13 pintas con escritos ofensivos».
Esto sin contar con las expropiaciones de bienes y edificios a diferentes congregaciones religiosas, su expulsión del país y la salida al exilio de figuras como el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez; la expulsión en noviembre de 2024 del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Carlos Herrera, así como las prohibiciones de procesiones en Semana Santa.

Estos son los ataques documentados contra la iglesia católica documentados en «Nicaragua: una iglesia perseguida»
«Junto con las detenciones y expulsiones masivas de religiosos, las limitaciones de las expresiones públicas de religiosidad han continuado en aumento. Han continuado también la clausura y confiscación de bienes de organizaciones, universidades y medios de comunicación asociados a la Iglesia católica e iglesias evangélicas, en donde también se transmitían misas, cultos, y programas católicos y de otras confesiones cristianas», dijeron hace un año.
En su séptima entrega sobre la persecución a la iglesia, la abogada Martha Patricia Molina Montenegro, autora de «Nicaragua, ¿una iglesia perseguida?», actualizó la situación hasta julio de este 2025.
Según la autora para “julio de 2025 se han evidenciado 1010 ataques y 16,564 procesiones y actividades de piedad popular prohibidas» por el régimen, lo que hecha por tierra que en el país exista libertad religiosa como lo dijeron tres congregaciones evangélicas que reciben el apoyo de la dictadura.
“Pienso finalmente en Nicaragua, donde la Santa Sede, que está siempre dispuesta a un diálogo respetuoso y constructivo, sigue con preocupación las medidas adoptadas con respecto a personas e instituciones de la Iglesia y hace votos para que a todos sean garantizados adecuadamente la libertad religiosa y los demás derechos fundamentales”, dijo en enero pasado el papa Francisco, quien falleció poco después en marzo, sobre la situación de las libertades religiosas y otros derechos violados por la dictadura.
Periodista Nicaragua Investiga



































