Deborah Valverde Centeno tiene 43 años de edad y es una médica veterinaria. Ella se contagió de COVID19 y ahora es una sobreviviente del virus, con el cual luchó desde su casa con la compañía de su esposo y las asistencia de un médico de su confianza que la orientaba vía telefónica.
Valverde relata que comenzó a sentirse mal entre el 8 y 9 de mayo. Los primeros síntomas que presentó fueron ardor en la garganta, dolores de cabeza y en el cuerpo.
Le expresa a su médico sus temores sobre estar contagiada con Covid, pero la certeza solo llega después del 13 de mayo cuando su estado empeora al sentir agotamiento físico y cansancio.
A partir de ese momento su médico le receta antibióticos y le ordena estricto aislamiento.
-“Me fui de la clínica y di la orden que se limpiara bien con medidas aún más fuertes y dejé encargado a alguien”, dice Valverde, propietaria de una veterinaria.
Tratamiento desde su casa
Devora Valverde decide irse de su casa a pasar una cuarentena junto con su esposo –la única persona que la atiende–, ella tomó esa decisión para evitar contagiar a sus dos hijos y a su mamá, quien es de edad avanzada. “Entré en cuarentena en un cuarto aparte y protegida”, dice.
Su esposo le ayudaba con la alimentación y las vaporizaciones, cuenta Valverde. “Me ayudaba a hacer el té, me ayudaba con el medicamento y a preparar el suero oral”, relata.
“La vaporizaciones me las hacían con hojas de eucalipto, manzanilla. Los té los hacía con manzanilla, jengibre, canela, limón y miel”, revela, y detalla que los tomaba entre tres a cuatro veces al día.
Ella dice que nunca dejó de comer a pesar que perdió el apetito. Se alimentaba de frutas y verduras, según nos cuenta para reforzar sus defensas. Además le indicaron suero oral para mantenerse hidratada.
Ella dice que los platos, cubiertos, tazas y todo lo que era de su uso se mantenía aparte “para evitar que alguien se pudiera contaminar”.
Desde ese lugar donde estaba en confinamiento recibió seguimiento vía telefónica de su médico de cabecera. Ella siguió algunos tratamientos que están orientados por el protocolo del Ministerio de Salud (MINSA) para los casos de COVID19, pero también le recetaron otras medicinas.
La motivación y determinación de recuperarse
Devora relata que siempre hizo ejercicios de respiración para darle fuerzas a los pulmones, pues ella tenía la impresión que si “no los ejercitaba se me iban a atrofiar”, alega como parte de las actividades que desempeñó por iniciativa personal.
“Comencé a hacer ejercicios de respiración, comencé a meditar y a orar mucho”, nos cuenta la médica veterinaria y reveló que tuvo mucho miedo “porque dos días de la enfermedad me sentí muy mal”, añade.
“Tuve miedo porque tengo a mis hijos y lo que más temía era dejarlos porque hubo un momento en que sí me sentí bien enferma, pero meditando y orando me pude reponer”, dice Valverde.
En todo su proceso lo que más le ha afectado emocionalmente es que ya lleva más de 20 días de no ver a sus dos hijos y no darles un abrazo. “Pero de esta se puede salir”, dijo firmemente.
La médica veterinaria ahora espera salir de su cuarentena donde termina algunas medicinas para reponer su sistema inmunológico. Ella, tan viva y fuerte espera una semana más para poder regresar a la vida de antes, para abrazar a sus hijos, estar con su mamá y atender en la veterinaria que construyó con años de esfuerzo y dedicación.
Foto principal: Cortesía
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