Por primera vez se presentó una denuncia por acoso sexual y laboral dentro del Poder Judicial de Nicaragua, luego de que en septiembre de 2020 el Consejo Nacional de Administración y Carrera Judicial de la Corte Suprema de Justicia (CNACJ) aprobara un Protocolo para la Prevención y Atención contra el Acoso Sexual y Laboral en el Poder Judicial.
Carlos Mercedes Larios Estrada, quien era responsable de la oficina de tramitación penal, civil y especialidades del Complejo Judicial de Tipitapa, ya había recibido dos quejas en su contra por supuesto acoso sexual y laboral. Este sería el primer caso de denuncia oficial desde que entró en vigencia dicho protocolo.
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La primera denuncia fue emitida por una secretaria de actuaciones del Complejo Judicial, quien expuso que el denunciado supuestamente le asignaba mayor carga laboral en comparación al resto de los tramitadores, para que se quedara trabajando; además presuntamente la acosaba verbalmente con insinuaciones indebidas, la acosaba sexualmente y en una ocasión incluso llegó a tocarla. Las agresiones y acoso llegaron a tal grado que Larios Estrada amenazó a su esposo —quien también labora en el Complejo Judicial— con trasladarlo a otro centro de trabajo si no se separaba de su esposa, según el poder Judicial.
La otra denuncia fue emitida por cinco jueces del mismo Complejo Judicial de Tipitapa quienes sostuvieron que en múltiples ocasiones Larios Estrada se refería a ellos con insultos como “h de p…, ignorantes, come m…”; según cita el mismo Poder Judicial en la exposición del caso. De igual forma, los jueces agregaron que el denunciado ordenaba a los secretarios de tramitación bajo su mando que no obedecieran a ningún juez o jueza, «pues el jefe de ellos era él, prohibiéndoles asistir a cualquier despacho judicial cuando fuesen llamados».
Larios Estrada fue destituido de su cargo el pasado 20 de octubre tras concluirse con una investigación del CNACJ que cometió acoso laboral descendente en contra de su subordinada, además de acoso sexual muy grave al sostener contacto físico sin el consentimiento de la denunciante; también se concluyó que el acusado incurrió en acoso laboral ascendente al insultar y difamar profesionalmente a los jueces.
Estadísticas de acoso sexual laboral en cifras negras
La abogada María Oviedo asegura que este tipo de conductas son más frecuentes de lo que se piensa, el problema es que las estadísticas se encuentran en cifras negras, es decir que la mayoría de víctimas deciden no denunciar estos casos.
La mayoría de casos de acoso sexual en el ámbito laboral terminan con arreglos o sin ser denunciados debido al temor de las víctimas por perder su empleo, por vergüenza, o por miedo a la estigmatización y de no contar con credibilidad por tratarse de alguien con un cargo superior, señala Oviedo.
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«Es una situación bien complicada porque si se está sintiendo el acoso pero se necesita el trabajo entonces se dejan pasar varias cosas por miedo a perder ese sustento para la familia» agrega.
De igual forma, la abogada destaca que otra limitante es el descontento o falta de esperanza que tiene la población hacia el sistema de justicia de Nicaragua; y de presentar sus denuncias ante la Policía Nacional, ante la falta de personal especializado para atender estos casos y por ser «una institución donde abunda el acoso, donde se naturaliza la cultura del acoso, entonces vas a llegar a denunciar eso y lo que te van a decir es que ‘¿por esa babosada andas denunciando?’ y que ‘a lo mejor vos das motivos'».
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