Luego de cancelar a más de siete universidades y despojarlas de su personería jurídica, el gobierno de Daniel Ortega mediante sus diputados en la Asamblea Nacional (AN), aprobó la creación de tres universidades nuevas para sustituir a algunas de las canceladas.
La Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) ahora pasará a llamarse Universidad Nacional Politécnica, y la Universidad Católica del Trópico Seco (Ucatse) de Estelí pasará a ser la Universidad Nacional Francisco Luis Espinoza Pineda. Además, crearon la Universidad Nacional Multidisciplinaria Ricardo Morales Avilés, la cual presuntamente garantizará la continuidad de los estudios a los estudiantes de las que eran Universidad Hispanoamericana (Uhispam), Universidad Nicaragüense de Estudios Humanísticos (UNEH), Universidad Popular de Nicaragua (Uponic) y la Universidad Paulo Freire (UPF).
Dictadura amenaza con cancelar la UCA
Sin embargo, los estudiantes hasta el momento desconocen cuál será el procedimiento a seguir ahora que las autoridades universitarias son otras.
Un estudiante universitario de la Ucatse que prefirió omitir su nombre por motivos de seguridad, comentó a este medio de comunicación que hasta el momento no les han indicado nuevas orientaciones.
«Esperamos en estos días para conocer con exactitud bajo qué panorama quedaremos los estudiantes tanto de último año como el resto», mencionó, y añadió que lo que sí tienen claro es que quienes están a cargo de la directiva universitaria es el Consejo Nacional de Universidades (CNU).
Prevén déficit de calidad en estudios superiores
Para Braulio Abarca, defensor de derechos humanos del Colectivo Nicaragua Nunca Más, de consumarse la absorción de estas universidades por el Estado nicaragüense, el nivel de educación superior se vería reducido por muchos factores. El principal es el adoctrinamiento político, pero existe otra causa más inclinada a la calidad educativa, que es la docencia. «Esto obviamente genera una grave crisis educativa para los nicaragüenses universitarios», dijo.
CNU promete continuidad educativa de universidades canceladas
Por otro lado, Adrián Meza, rector exiliado de la Universidad Paulo Freire, una de la despojadas de su personería jurídica, señala que si las universidades privadas que fueron absorbidas por el Estado dejan de operar, Nicaragua no alcanzaría el Marco de Cualificación de la Educación Superior Centroamericana (Mesesca), porque incluso no habría seguridad por parte del organismo para validar títulos universitarios, tomando en cuenta la situación del país.
Un proceso bien complejo
La razón por la que el proceso es complejo y hasta «diera risa si no hubiese una situación tan dramática de por medio», es por la concepción curricular académica de cada universidad. Es decir: el conjunto de parámetros que cada alma mater toma en cuenta para definir la metodología que van a adoptar para impartir sus clases.
Por ejemplo, si la Universidad Nacional Multidisciplinaria Ricardo Morales Avilés fungirá como sucesora de al menos cuatro universidades tendrá que armar una metodología que cumpla con lo planteado por cada alma mater para su educación, y si esto no se realiza de manera correcta, los estudiantes percibirán cambios notorios en su forma de aprendizaje que puede ocasionar déficit académico.
«Hay universidades que trabajan sobre la base de competencia, una metodología constructivista; hay unas que tienen una metodología más estructural-emocional, y sucesivamente, es decir… no es sencillo. El problema es que una universidad no es como una tienda de zapatos», explica Meza.
Para el académico, Daniel Ortega está haciéndose oídos sordos a los consejos que le dan los catedráticos de las diferentes universidades, cuando se le aconseja no proceder a tomar decisiones como estas. «Nosotros sabemos que incluso hubo gente del CNU que les dijo que era un camino enredado, una complejidad enorme», añadió.
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