Este 2024 febrero tiene 29 días y no 28 como regularmente ocurre. Ello se debe a que es un bisiesto, de acuerdo al calendario gregoriano, con el que se rige la mayor parte de los países del mundo.
El agregar un día más al calendario cada cuatro años permite “corregir el desfase existente con la duración de un año solar”, señala la revista National Geographic.
Los astrónomos explican que la Tierra tarda exactamente 365 días más 5 horas con 48 minutos y 45.10 segundos en dar una vuelta alrededor del Sol, lo que no coincide con años exactos de 365 días y obliga a aumentar uno cada cuatro, pero con algunas excepciones.
“Como el calendario usado en occidente desde el año 1582, el gregoriano, dispone únicamente de 365 días exactos, requiere que cada cuatro años haya que corregir esa acumulación no cuantificada de tiempo: ¼ (un cuarto) de día cada año”, explica la revista.
¿Qué es un año bisiesto?
Así que este 2024 tendrá 366 días y no 365 como los tres que le antecedieron, dando origen a lo que se conoce como año bisiesto por agregar un día adicional a febrero para tratar de ajustar y equilibrar el año cronológico con el solar, que pese a ello, tiene un desfase de medio minuto más que se tendrá que corregir en los próximos años antes de llegar al año 3300, cuando se podría generar una significativa diferencia de un día.
“El año solar tiene aproximadamente 365,2422 días. Ningún calendario compuesto de días enteros puede igualar ese número e ignorar sin más esa fracción aparentemente pequeña crea un problema mucho mayor de lo que sospechas”, explica la revista en otro artículo.
Agrega que este sistema “produce una duración anual media de 365,2425 días, solo medio minuto más largo que el año solar. A este ritmo, el calendario gregoriano tardará 3300 años en desplazarse un día del ciclo estacional”.
La historia de los años bisiestos
Durante siglos las distintas civilizaciones experimentaron serios problemas para adaptar un calendario que fuera más exacto y acorde al año solar, precisamente porque la humanidad ha organizado su vida de acuerdo a lo que se observa en el cielo.
Los antiguos egipcios cultivaban orientados por las estrellas, en Grecia y Roma fijaban ciertos eventos en el tiempo siguiendo las posiciones de estas, y los líderes religiosos esperaban que los días festivos se alinearan con las estaciones y las fases de la Luna.
Los estudiosos de las distintas civilizaciones han indicado que aproximadamente antes del 3100 a.C., los egipcios y otras sociedades de China y Roma usaban calendarios lunares para medir el tiempo, pero se generaban distorsiones, por lo que durante el imperio romano se empezó a adoptar los años bisiestos.
“Esta práctica se inició en la Antigua Roma, con el establecimiento del calendario juliano, que empezó a aplicarse por Julio César en el año 46 a. C. El sucesor del calendario juliano, el gregoriano, también incluyó los años bisiestos, uno cada cuatro años”, señala National Geographic.
“Gregoriano”, el calendario más utilizado
En la actualidad el sistema más utilizado es el introducido por papa Gregorio XIII en 1528, a él le debe el nombre de “gregoriano”.
“Gregorio reformó el calendario y aquel año sacaron 10 días del mes de octubre. Después modificaron las normas del día bisiesto para corregir el problema”, explicó a National Geographic, James Evans, físico de la Universidad de Puget Sound y editor del Journal of the History of Astronomy.
Las normas de las que habla Evans es la diferencia que existe entre los años seculares (que cierra un siglo) y los no seculares, en los que se establece que “los años seculares serán los múltiplos de 4, mientras que los no seculares serán múltiplos de 400. De esta forma, se eliminan como bisiestos a 3 de cada 4 años seculares”.
Así los años 1800 y 1900 no fueron bisiestos pese a ser divisibles por 4, porque no lo son por 400 y por tanto, son catalogados como comunes. Otra diferencia es el caso del 2000, debido a ser divisible tanto por 400 al igual que por 4, fue considerado bisiesto.
“El calendario gregoriano cuenta, en realidad, con ciclos de 400 años, en los que hay 97 años bisiestos y 303 comunes, dando como resultado años de 365,2425 días”, añade la revista.
Lo que ha causado curiosidad durante siglos es el hecho de quienes nacen en año bisiesto, exactamente el 29 de febrero, celebran su cumpleaños en la fecha exacta cada 4 años, en tanto, cuando dicho mes solo trae 28 días deben decidir en realizar su festejo ese último día o esperar hasta el 1 de marzo.
Febrero de 30 días
El caso fue más complejo para quienes nacieron en Suecia el 30 de febrero de 1712, cuando dicho país marcó un doble año bisiesto al agregar un día más del establecido en ese mes, ellos “jamás pudieron celebrar un cumpleaños de verdad”, relata en un artículo la BBC Mundo.
Otro ejemplo de un febrero de 30 días, ocurrió en Rusia entre 1930 y 1931, cuando la entonces Unión Soviética introdujo un calendario revolucionario en el que se incluían semanas de cinco días y meses de 30, que al final de cada año acumulaba entre cinco a seis días considerados “feriados”.