Nicaragua cuenta con unas 50 formaciones volcánicas, la mayoría de ellas inactivas o extintos. Trece volcanes son de gran importancia para el turismo y unos pocos han registrado actividad permanente o momentánea en las últimas décadas.
Pero que algunos volcanes estén dormidos no quiere decir que no hay que monitorearlos.
“Cualquiera de los volcanes inactivos puede hacer erupción. El Apoyeque, por ejemplo, está en un período de recurrencia de actividad volcánica, puede ocurrir un evento en los corrientes 100 años”, nos explica el vulcanólogo Eduardo Mayorga.
“La tierra de lagos y volcanes” no es un nombre dado por el hecho de poseer más volcanes en la región, pues países como El Salvador o Chile tienen más formaciones geológicas de este tipo que nuestro país, pero lo que se destaca de Nicaragua es que su gente ha aprendido a convivir ante un peligro latente en las faldas de esas gigantescas formaciones de la tierra, que de vez en cuando emanan gases, cenizas y rocas incandescentes.
Volcanes activos de Nicaragua
Entre los volcanes activos de Nicaragua, según el Boletín Sismos y Volcanes de Nicaragua 2020 del Instituto Nicaragüenses de Estudios Territoriales (INETER), están San Cristóbal, Telica, El Hoyo, Cerro Negro, Momotombo, Masaya, Mombacho y Concepción.
San Cristóbal: se erige a 1,745 metros sobre el nivel del mar (msnm). Forma parte de un complejo volcánico ubicado en el departamento de Chinandega, conformado también por el volcán Casita (conocido por el catastrófico deslave de 1998), Cerro Mocintepe, los cráteres de La Joya y El Chonco (domo), lagunas y cráteres de colapsos.
Se tiene registro de sus erupciones desde 1685. En la historia más reciente, se reporta que en 1976 salieron altas columnas de humo de su cráter y produjo leves sismos y explosiones cada tres minutos. En 1997 entró en erupción, emanando gases, arena, ceniza y causando leves sismos. En 2012 registró explosiones y emisiones de ceniza, arena y gases que alcanzaron varios kilómetros de altura. En la actualidad solo se han registrado explosiones de gases y cenizas.
Telica: posee una elevación de 1,010 msnm. Está ubicado en el departamento de León, es parte de un complejo volcánico que comprende los cerros Agüero, Santa Clara y Los Portillos-El Azucena. A sus pies se encuentran las fumarolas de San Jacinto. Se tiene registro de su historia eruptiva desde 1527.
Mantuvo erupciones frecuentes entre 1988 y 1999. Luego volvió a hacerlo en 2008. Pero la más significativa fue en 2015, cuando se registraron explosiones de fuego y piedras dispersas sobre la falda sur. Se reportó caída de cenizas en el municipio de Posoltega. Pese a ello, no fue necesaria la evacuación de las poblaciones aledañas al volcán.
Cerro Negro: Es el volcán más joven de Nicaragua y uno de los más pequeños, apenas alcanza una altura de 728 msnm y su nacimiento data de abril de 1850. Ubicado también en el departamento de León en el complejo El Hoyo-Las Pilas-Cerro Negro. Pese a su poca altura y juventud es el que más ha registrado actividad eruptiva, desde 1850 hasta 2010 registró 20 erupciones.
En su historia reciente, sus actividades más significativas han sido la de 1947 que mantuvo durante 2 semanas bañando de cenizas la ciudad de León. Por el impacto provocado el obispo Isidro Augusto Oviedo y Reyes le prometió a la Virgen María que se celebraría la Gritería de Penitencia o Chiquita.
Posteriormente, entre noviembre y diciembre de 1995 lanzó curtidores de lava desde la cumbre. Luego, en agosto de 1999 registró otra actividad arrojando lava y ceniza en sus faldas. En agosto de 2013 nacieron tres conos nuevos llamados ‘parásitos’.
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Momotombo: Se irgue a 1,161 msnm. Se ubica al Noroeste del Lago de Managua. Ha tenido unas 9 erupciones desde 1522 y ha mantenido actividad fumarólica constante. Entre las más importantes explosiones, están la de febrero y mayo de 1886 en la que se observó fuego en el cráter durante las noches y posterior una violenta erupción con humo y ceniza hacia el lado de occidente y lava en dirección a Managua. En 1905 expulsó un flujo de lava.
Luego de 110 años de calma, el 1 de diciembre de 2015 hizo una nueva erupción emanando cenizas, gases y lava. El 27 de febrero de 2016 a las 9:01 de la noche, registró una fuerte erupción que estremeció los techos de la ciudad de León. En la actualidad mantiene actividad constante de emanación de gases y pequeños sismos. Este volcán es una importante fuente de energía geotérmica para el país.
Masaya: alcanza una elevación de 635 msnm. Es una caldera de 6.5 km de ancho por 11.5 km de largo, en la que se encuentran los cráteres San Fernando, Nindirí, San Pedro, San Juan, y el Santiago (actualmente activo). Desde 1520 hasta la fecha, se han contabilizado al menos 18 actos de actividad.
Es uno de los que mantiene actividad permanente con emanación de gases y un lago de lava incandescente en su cráter principal. Sus actividades más significativas en el período reciente han sido en abril de 2001 cuando el cráter explotó y formó una nueva fumarola en el fondo, luego en octubre de 2003 una nube provocada por una erupción fue reportada, estableciéndose su altura a unos 4,6 km aproximadamente.
En abril de 2012 el cráter Santiago arrojó material incandescente que provocó un incendio en un área de 1.5 hectáreas y causó el cierre del parque nacional. Se detectó una nueva fisura referente al cráter por la cual se emiten gases, también un aumento de la temperatura y de la emisión de gases.
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Concepción: Se alza a 1,610 msnm y junto a su hermano inactivo, volcán Maderas, forman la isla de Ometepe en el departamento de Rivas, según datos de INETER se le conoce unas 20 erupciones. Se sabe muy poco de su historial, salvo de los procesos eruptivos recientes.
El volcán del cono perfecto registró una erupción en 1957, la cual fue descrita como “juegos pirotécnicos”. Un nuevo proceso eruptivo dio inicio en agosto del 2005, con procesos de intervalos de relativa calma con meses de duración, luego en 2006 y 2007, entró en pequeñas erupciones, sin mayores daños, la lluvia de ceniza llegó hasta Rivas. Su última erupción fue en marzo del 2010.
Impredecibles
La actividad volcánica, permite la fertilización de los suelos, el desarrollo del turismo, generación de energía, así como otras actividades; pero en algunos momentos puede llegar a ser un peligro para la vida. Aunque no se puede predecir con exactitud una erupción, ciertos aspectos geológicos dan indicios de que pueda ocurrir un evento y así proceder a tomar precauciones.
“El tema de la actividad volcánica es un poco más manejable que la sismicidad que es totalmente impredecible. En la actividad volcánica tenemos más parámetros para medir cómo la misma actividad sísmica volcánica, deformación terrestre, alteración y variación en la cantidad y los tipos de gases, la temperatura”, expresa el vulcanólogo Eduaro Mayorga.
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