La revista británica The Economist, a través de la Unidad de Inteligencia Económica (EIU, por sus siglas en inglés), calificó a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo como “un Estado de partido único”, luego que estos se adjudicaran el 100 % de las alcaldías municipales.
El pasado 10 de enero, los alcaldes de los 153 municipios de Nicaragua, todos de tendencia sandinista, tomaron posesión de las sillas edilicias junto a vicealcaldes y concejales, lo que ha provocado fuertes críticas de parte la comunidad internacional, así como del observatorio ciudadano Urnas Abiertas, que ha catalogado el proceso de “ilegítimo”.
Según la revista, que ofrece pronósticos y asesoramiento económico a sus clientes, basándose en análisis de países industrias y gerencia, el que el régimen Ortega Murillo se haya adjudicado todas las alcaldías del país, es una muestra más del “estricto control que ejercerá el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sobre el sistema político en los próximos años”.
En las votaciones municipales participaron junto al FSLN algunas organizaciones políticas, sin embargo, estas son consideradas «colaboracionistas» de la dictadura.
Pasos hacia un “régimen autoritario dinástico”
Esta no es la primera vez que la prestigiosa revista se refiere a la situación de Nicaragua, en meses anteriores expresaron que la pareja presidencial reforzaría su control absoluto en el aparato estatal y fuerzas de seguridad (Policía y Ejército), con el fin de dar continuidad a la instalación de un “régimen autoritario dinástico”, razón que refuerzan con el hecho de que Rosario Murillo es la vicepresidenta, con lo que se garantiza la sucesión del poder.
The Economist agrega que para proseguir con la instauración de su proyecto familiar, Daniel Ortega le ha dado “más responsabilidades políticas en los últimos años” a su hijo Laureano Ortega Murillo, lo que demuestra que se sigue abriendo camino a “la sucesión dinástica”.
Crecimiento de apenas 1.8 % para 2023
En los aspectos económicos, The Economist Intelligence Unit señala que “Nicaragua tiene una economía pequeña y abierta, un panorama económico en que proyectan un crecimiento del 1.8 % en 2023 y un crecimiento medio mediocre del 2 % anual en 2023-27”. Estas son proyecciones muy distantes a las estimadas por el Banco Central de Nicaragua que espera un crecimiento de hasta un 4 % para este año.
El panorama para Nicaragua no es nada alentador, ni siquiera en el acceso a préstamos en organismos internacionales, pese a que el régimen pretende mostrar lo contrario. Según el informe de EIU, “las multilaterales reducirán sus desembolsos de deuda y los socios inversores extranjeros de EE.UU. su exposición a Nicaragua, debido al riesgo latente de sanciones secundarias”.
Aunque el régimen pretenda crear alianzas con Rusia, quien no tiene importancia en temas de intercambio comercial o con China, a quien muestra como un posible socio, ni con eso Nicaragua podría llenar el “vacío dejado por las fuentes multilaterales y bilaterales”, según EIU.
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