Kevin Solís, uno de los presos políticos desterrados este jueves por el régimen, se mostró sonriente y con aires de libertad, mientras confirmaba las injusticias vividas en «la 300», una celda de máxima seguridad en el Complejo Penitenciario «Jorge Navarro», mejor conocido como cárcel «La Modelo».
Solís llamó “asesino” Roberto Guevara, director de esa cárcel, ubicada en el municipio de Tipitapa.
El joven expresó a los medios de comunicación en Estados Unidos, que vivió un sinnúmero de violaciones a sus derechos y que está «triste porque quedaron presos políticos en máxima seguridad». «Me mantenían aislado en el infernillo porque nunca dejé de decir lo que pienso, porque nunca dejé de luchar, porque nunca dejé de decirle que ya estamos hartos de las injusticias”, indicó.
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Así mismo, declaró que al momento de salir, rumbo al destierro, no sabía que “iba a salir del terror, del miedo que estaba viviendo en Nicaragua». «Nadie nos dijo nada, me llegaron a traer en la madrugada, me sacaron de mi celda, me dijeron agarré tus cosas, me montaron en un bus y me trasladaron a la base aérea del Ejército de Nicaragua y de ahí nos conectaron a la pista del aeropuerto Augusto César Sandino, nuestra sorpresa es que nadie sabe para dónde íbamos, al inicio creía que nos estaban trasladando para otra prisión, cuando veo que estaba un avión y funcionarios de la Embajada Americana y nos dicen ¡Ya!, ya se acabó, ya es hora que respiren libertad, eso fue hermoso, porque tres años en prisión en máxima seguridad, aislado, con todo tipo de injusticias”, relató.
Grave denuncia
Solís, dirigente estudiantil, dijo que en esas celdas vivió torturas de parte de los funcionarios del Sistema Penitenciario.
“Del director directamente, Roberto Guevara, que es un asesino, que ha matado personas desde el Sistema Penitenciario, una felicidad inmensa porque todo cambia, tenemos aires de libertad, lo que no va a cambiar es esta lucha, porque desde aquí vamos a seguir exigiendo justicia, vamos a seguir exigiendo ¡Basta ya de impunidad! Que la Corte Suprema sea autónoma, que no esté regida por el régimen y para conveniencia del régimen, que en Nicaragua la libertad de expresión sea un derecho y que no sea un delito que se paga con secuestros, torturas y muertes, que es prueba de eso como han censurado a los medios nicaragüenses y a los que no pensamos igual somos secuestrados…”, agregó.
Mencionó que el régimen quiere que los interlocutores críticos de la sociedad pierdan el equilibrio y por eso usan la vía del escarmiento. “Para que todos nosotros caigamos en la vía del sometimiento, pero no va a ser así, Nicaragua es consciente y el mundo entero de que el dictador carece de cualquier respeto por la vida humana, por los derechos de las personas, pero nosotros no nos vamos a rendir, no le vamos a dejar a Nicaragua en sus manos”, advierte Solís.
Igualmente, aclara que «quedan siete millones secuestrados en Nicaragua, por armas, por injusticias, por torturas, por muerte y por impunidad porque al final nadie ha pagado (por más de) 300 muertos».
Sobre la reforma a la Constitución y la aprobación de una ley que le quita la nacionalidad a todos los presos políticos desterrados, el joven manifestó que un papel no le iba a quitar ser nicaragüense. “Él (Ortega) no me va a quitar mi ciudadanía porque yo soy nicaragüense, nací en Nicaragua, crecí en Nicaragua y hasta el día en que muera voy a ser nicaragüense, eso nadie me lo va a quitar, voy a seguir siendo nicaragüense le guste o no le guste”, manifestó.
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