A la par de los tiranos de Cuba y Venezuela, Raúl Castro y Nicolás Maduro respectivamente, el dictador nicaragüense Daniel Ortega, en una actitud altanera, descartó de plano cualquier diálogo con Estados Unidos ante la crisis sociopolítica que vive el país. Así lo dio a conocer este domingo en la clausura de un encuentro en Venezuela para conmemorar el décimo aniversario del fallecimiento del dictador Hugo Chávez.
“Aceptar diálogo con el imperio es como querer contar confites en el infierno. El imperio va con el puñal para destruir, porque para ellos la hegemonía del imperio yankee es la esencia del capitalismo y la opresión de los pueblos», refirió Ortega.
Un analista nicaragüense que prefirió el anonimato, considera que estás palabras solo son parte de un discurso lleno de contradicciones porque considera que tras la liberación de los 222 presos políticos enviados a Estados Unidos, detrás hubo una negociación con la Casa Blanca.
“Es muy común escuchar a este dictador hablar bravuconadas y según él mostrar convicciones firmes, pero todo es para transmitir valor a sus seguidores. En los años 80 decían que primero se caían las estrellas del cielo antes de sentarse a dialogar con la Resistencia Nicaragüense y después vino la negociación. Eso es una actitud repetitiva de este señor, sus palabras son sin ningún valor”, explica.
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El analista subraya que indipendientemente de lo que Daniel Ortega diga en público, ya no puede engañar ni siquiera a los sandinistas que le siguen siendo leales.
“Así que lo que expresó este sátrapa es solo un discurso de aliento para los pocos gobiernos autoritarios que todavía piensan seguir usufructuando el poder de esos gobiernos de izquierda para su propio beneficio. Lo importante en esto es que ya no engañan a nadie más que a sus propios fanáticos que se benefician de las migajas que les dan, mientras las familias de estos dictadores viven como reyes”, criticó la fuente.
El exdiplomático José Dávila, indicó que las palabras del dictador Ortega, es parte de una política fallida y que estos tipos de diatribas no hacen más que afectar a Nicaragua.
“Si un gobierno ha sumido a un país en una crisis profunda, y no quiere dialogar, es que no quiere ceder ni rectificar nada, y está decidido a seguir destruyendo el país por medio de su sistema sectario y represivo, y alejarlo de una solución civilizada. Poner por encima de la razón, su soberbia y ceguedad, hace perder al régimen la perspectiva de la realidad, amenazando seriamente la viabilidad de Nicaragua como país”, explicó.
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