De ninguna institución del Estado bajo el régimen Ortega-Murillo en Nicaragua se espera una investigación seria, menos si la investigada es la Iglesia católica nicaragüense a la que el régimen le ha demostrado un odio feroz, porque no ha querido callar las violaciones a los derechos humanos.
La aseveración viene del sacerdote Rolando Montes de Oca, de la ciudad de Camagüey, Cuba, que por estos días se encuentra participando como parte de la comunidad religiosa en la Asamblea General de las OEA en Washington.
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“Hemos visto que en Nicaragua no hay organizaciones independientes, si el mismo Estado acusa y realiza la investigación, no se puede esperar un proceso jurídico puro, es un proceso viciado desde que nace”, señala al recordar que la dictadura de Daniel Ortega ha anunciado que investiga a los sacerdotes por supuesto lavado de dinero e incluso, congelaron cuentas bancarias de varias diócesis, según confirmó el Cardenal Leopoldo Brenes.
La medida causó molestia entre miles de feligreses católicos quienes manifestaron sentirse agraviados por la arremetida. “En este caso no hay indicio probatorio que la procedencia de este dinero sea producto de movimientos ilícitos, además la dictadura ya no tiene credibilidad, es un intento de cerrar los templos e impedir cualquier congregación de los católicos en Nicaragua”, dijo una feligrés de Managua.
“Se martiriza la fe”
Un obispo encarcelado, decenas de sacerdotes obligados al destierro, templos católicos saqueados, diócesis asaltadas, miles de feligreses perseguidos por querer profesar su fe y más de 3 mil procesiones prohibidas por el régimen es el saldo preliminar que evidencia lo mal que la están pasando los católicos nicaragüenses. “Es un pésimo recuento”, dijo Montes de Oca.
“Nos solidarizamos con el dolor, persecución y martirio que vive la Iglesia católica y su feligresía, con este gran Obispo que ahora tiene que pagar un alto precio por estar al lado de su pueblo, eso refleja la conciencia de la misión de un buen pastor. En Cuba oramos por este gran Obispo, en redes sociales hay una gran campaña de solidaridad a favor de monseñor Rolando Álvarez”, dijo.
Contó el religioso que en su país hubo el caso de un sacerdote que estuvo preso, condenado por su fe católica. “Él es el sacerdote Castor José Álvarez Devesa, un fiero crítico al régimen castrista, fue golpeado, torturado y encarcelado en Camagüey, pero su fe nunca decayó”, dijo el religioso.
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Iglesia no puede callar ante el sufrimiento de la gente
En el 2021 la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba publicó un comunicado defendiendo el derecho de los ciudadanos cubanos a manifestar sus necesidades, anhelos y a manifestarse públicamente.
En ese documento, los obispos cubanos manifestaron que “no pueden cerrar los ojos como si nada estuviera sucediendo, ante las manifestaciones populares en Cuba, por el deterioro de la situación económica y social que se vive en ese país”.
“Es lamentable lo que pasa en Nicaragua y entendemos el sufrimiento de su pueblo por su Obispo y el sufrimiento de los sacerdotes al ver el sufrimiento de su pueblo también”, finalizó Montes.
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