El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, enviaron un mensaje al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y al resto de mandatarios de Centroamérica en ocasión de las fiestas patrias.
En el mensaje, Ortega y Murillo apelan a la «identidad y propósitos comunes» de los países de la región.
El mensaje fue idéntico y enviado por separado a Bukele, Rodrigo Chaves, de Costa Rica; Xiomara Castro, de Honduras; y Alejandro Giammattei, de Guatemala. A todos ellos los llaman «hermanos».
«Saludos a usted, su gobierno y a las familias de la querida República de El Salvador, con nuestros mejores deseos de paz y derecho al bienestar que con tanta lucha y tanto empeño merecemos los centroamericanos», señala la misiva con fecha del 12 de septiembre.
La pareja dictatorial, que se ha autoaislado desde la cruenta represión contra manifestantes en 2018, resalta en la nota que «vivimos tiempos de elevada complejidad en el mundo», por lo que apela a la «identidad, valores y propósitos comunes de alcanzar el porvenir brillante y libre de pobreza».
Ortega y Murillo han quedado solos ante la comunidad internacional, sin embargo, las críticas contra la dictadura no provienen mayoritariamente de los gobiernos de Centroamérica, donde se observa un incremento en la erosión democrática, según estudios.
Mientras la mandataria hondureña, Xiomara Castro, ha mostrado su alineamiento al régimen sandinista, el mandatario costarricense procura no elevar el tono contra la dictadura. En el caso Nayib Bukele, este prefiere «abstenerse».
Bukele, de condenar a Ortega a convertirse en «aliado por omisión»
El presidente «cool» de El Salvador se perfilaba como un duro crítico de la dictadura nicaragüense antes de ganar la elección en 2019. «Nicolás Maduro y Daniel Ortega pueden irse despidiendo de sus aliados en El Salvador», dijo sin titubeos en marzo de ese año.
No obstante, cada vez son más las voces que comparan su forma de gobernar con el autoritarismo, corrupción y nepotismo de Ortega. Incluso, el mismo Bukele ha preferido callar ante el incremento de la represión en Nicaragua y hasta su embajador en Managua, Hugo Merino, participa en actividades de la familia Ortega.
Analistas y activistas políticos explican que Bukele se ha convertido en un «cómplice por omisión» de la dictadura Ortega-Murillo al tratar de no «inculparse» de su propia deriva autoritaria.
El popular mandatario salvadoreño apuesta por su reelección presidencial continua, pese a que la Constitución Política de su país lo prohíbe; un mecanismo que también usó Ortega para perpetuarse en el poder.
You must be logged in to post a comment Login