Este sábado el papa Francisco recibió en una audiencia privada a monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, quien desde hace casi cinco años vive exiliado debido a sus amenazas en su contra por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El encuentro entre el máximo jerarca de la Iglesia católica y monseñor Báez fue dado a conocer por la Santa Sede en una nota de prensa, y se da en un contexto de persecusión a sacerdotes en Nicaragua.
Hace apenas una semañana el régimen sandinista liberó y desterró hacia Roma a 19 sacerdotes y seminaristas críticos, incluyendo a los obispos Isidoro Mora, de la diócesis de Siuna, y Rolando Álvarez, de la diócesis de Matagalpa. Este último estaba preso desde agosto del 2022 y sobre él pesaban 26 años de cárcel tras ser condenado en febrero del 2023 por supuesta traición a la patria.
Dictadura hace constitucional que sean desnacionalizados los declarados «traidores a la patria»
Sin embargo, estos no eran los primeros, ya que en octubre un grupo de 12 sacerdotes encarcelados habían sido desterrados por la dictadura tras un acuerdo con el Vaticano.
A ellos hay que sumar una gran cantidad de sacerdotes obligados a exiliarse y a otros que luego de viajar al extranjero, se les ha prohibido retornar a Nicaragua.
Igualmente la dictadura ha cancelado la personalidad jurídica muchísimas organizaciones misioneras católicas, entre ellas la Compañía de Jesús. Los jesuitas dirigian la Universidad Centroamericana (UCA), la cual también fue cancelada y sus bienes pasaron a ser propiedad del Estado. En sus instalaciones el régimen sandinista instaló una universidad llama «Casimiro Sotelo».
Entre las organizaciones misioneras ilegalizadas figura además la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Estas monjas fueron expulsadas de Nicaragua, tal como ha pasado con otras congregaciones con fines benéficos similares, dejando en el desamparo a miles de personas necesitadas.
