Erick acababa de terminar una videollamada con su hermana cuando recibió un correo electrónico en donde se le notificó que estaba despedido como reportero del diario La Prensa, empresa de comunicación donde laboraba desde hace siete años.
Conversaba sobre el proceso de recuperación de su familia que recién acababa de salir de una condición crítica por contagiarse de COVID-19. La noticia lo dejó inmutado.
“Estaba hablando con mi hermana por videollamada a eso de las 6:30 p.m. y recibí la noticia. Me solté a llorar”, comenta. Aunque dice que “era algo que ya imaginábamos, no esperaba que realmente se diera tan rápido” e indicó que hace un mes no recibía su salario por las complicaciones que surgieron en el medio.
Al igual que el reportero, a otro nutrido grupo de periodistas del medio más antiguo de Nicaragua se le cancelaron sus contratos como consecuencia del allanamiento que se dio en La Prensa y de la detención de su gerente general Juan Lorenzo Holmann el 13 de agosto.
La justicia nicaragüense acusa al diario del supuesto delito de “Defraudación Aduanera, Lavado de Dinero, Bienes y Activos, en perjuicio del Estado”.
Debido a esto, el medio de comunicación ha anunciado el miércoles un recorte de personal “para sobrevivir ante la nueva realidad que nos impuso la represión del régimen orteguista”.
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“Nuestras instalaciones, donde operan la rotativa, la imprenta comercial, la redacción y las oficinas administrativas permanecen tomadas; y no hay señales de que la dictadura tenga ánimos de regresarlas a sus legítimos dueños”, dijo La Prensa en un comunicado.
La Prensa actualmente está informando a la ciudadanía desde su versión digital tras haberle retenido su materia prima la Dirección General, lo que obligó a suspender la edición impresa.
“Hoy esta otra despiadada dictadura, una vez más intenta destruirnos, pero como ya sucedió con la dictadura somocista hace más de 40 años y con la primera dictadura sandinista hace 30 años, La Prensa prevalecerá para narrar la caída del orteguismo”, señaló el periódico que tiene más de 90 años de existencia.
Reducción del personal es la más drástica desde 2018
Un dirigente el periódico aseguró a la VOA bajo el anonimato que el recorte de personal es mayor que el que se dio entre 2019 y 2020 cuando se retuvo la materia prima durante 500 días y donde el tiraje de páginas se acortó sustancialmente.
“Hubo una reducción de un tercio del personal, entre periodistas y personal de apoyo. Ahora ya no podemos operar la imprenta, ni rotativa, ni oficinas de ventas, mercadeo y administración”, indicó.
El diario La Prensa fue fundado en 1926 y ha sido un símbolo de la libertad de expresión en Nicaragua, la cual está estrangulada, según críticos, por el gobierno de Daniel Ortega que intenta imponer un apagón informativo en el país centroamericano.
Defensores de la libertad de prensa han denunciado que desde el año 2018 que iniciaron las protestas contra el presidente Ortega, el mandatario ha arreciado la persecución contra los medios críticos a su gestión, golpeados con anterioridad por otros métodos como la falta de anunciantes, la censura de funcionarios públicos y otros bloqueos.
Actualmente tres medios permanecen tomados por la policía nicaragüense como 100%Noticias, Confidencial y el diario La Prensa; otros han cesado operaciones como el periódico El Nuevo Diario, Metro, HOY y Quibo.
Ortega tilda a los periodistas críticos a su gestión de «hurracas parlanchinas» y “terroristas «
«Las urracas parlanchinas, todos los días inventan cualquier cosa para sembrar terror en la gente. Nuestro pueblo sabe cómo son de malignos, de hipócritas, de destructores, de criminales, de terroristas y terroristas de la comunicación también», señaló la vocera del gobierno Rosario Murillo en una de sus alocuciones a inicios de agosto.
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