Daniel Ortega volvió a acusar a las autoridades colombianas de ser un «narcoestado» en su discurso en conmemoración del «día de la dignidad nacional». También defendió la postura rusa en el conflicto que mantiene ese país europeo con Ucrania y con lenguaje místico unió las acciones de su gobierno con la figura de Augusto C. Sandino.
Ortega comenzó con su habitual discurso histórico, mencionando eventos desde Diriangén y la resistencia indígena hasta la gesta de Benjamín Zeledón, pasando por la guerra nacional y otras intervenciones norteamericanas en Nicaragua.
«Un día como hoy, 4 de mayo de 1927, hace ya 95 años, allí en Tipitapa está el espino negro como símbolo de la rebeldía y de la traición, porque ahí, bajo ese espino negro, se dio la firma de Moncada con los yanquis donde se comprometían a entregar las armas. Les pagaban por cada arma» recordó Ortega.
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«Sandino está presente en todos los programas que el pueblo presidente está desarrollando. No hemos dejado de construir para la vida» expuso Ortega, aclarando que las acciones de su gobierno «no son como las que se multiplican todos los días» en países como Colombua, donde él asegura que asesinan a «maestros, líderes sociales, guerrilleros que se habían desarmado» e incluso niños.
También habló de «los falsos positivos, miles de falsos positivos, que los presentaban como guerrilleros pero eran crímenes». Ortega asegura que ante estos crímenes no hay campañas de países que se consideran defensores de derechos humanos, sobre todo norteamericanos y europeos.
«Colombia tiene rato de ser un narcoestado»
Nuevamente acusó a Colombia de ser un narcoestado: «Colombia es un narcoestado. Tiene rato de serlo. Colombia tiene ese flujo que le permite sostener su economía en beneficio de una minoría, porque en Colombia hay pobreza, miseria, desnutrición y sobre todo no hay seguridad. Todos los días están asesinando al pueblo colombiano».
A su ver, los colombianos han peleado «este mar territorial que nos reconoció la Corte Internacional de Justicia porque lo quieren libre de la presencia de Nicaragua. No quieren que Nicaragua proteja esas aguas, esos mares, y quieren tener la ruta libre para seguir trasegando la droga, que la llevan a Europa y Estados Unidos».
Añade que «no existe una sola campaña de los países que están siendo afectados, donde la juventud está siendo dañada y destruida, para decirle a Colombia ‘esto se acabó'».
«Lo que hay es complicidad, tolerancia, con los delitos que comete el Estado colombiano en contra de los pueblos y que desestabiliza toda esta región porque el tránsito de la droga va por estos territorios y va descomponiendo y alimentando la criminalidad» señaló Ortega.
Ortega agradeció a Dios que Nicaragua «tenemos un pueblo, un Ejército, una Policía que saben resguardar la soberanía de la Patria porque defender nuestro territorio combatiendo el tráfico de la droga es defender la soberanía».
«Una guerra mundial no declarada»
«Estamos en una guerra mundial no declarada porque no es la guerra de la Federación Rusa con Ucrania, donde sabemos perfectamente bien las razones que ha tenido Rusia… y lo ha hecho porque Ucrania, aunque tiene un pueblo noble, tiene una población nazi fascista y un gobierno nazi fascista que ha sido alimentada por Europa para buscar cómo utilizar a Ucrania para debilitar a la Federación Rusa. Es un plan, una estrategia.
Ortega destacó las recientes palabras del papa Francisco para reforzar su punto. «A Rusia no le quedó más camino que reaccionar para defenderse, decía el papa. Claro, el papa quiere la paz, como todos queremos la paz. No nos alegramos por ninguna guerra, pero estamos viendo cómo ese conflicto ya no es entre Ucrania y Rusia cuando los Estados Unidos están colocando miles de millones de dólares en armamento» en el bando Ucraniano.
Ortega abogó por «el diálogo para la paz, la negociación para la paz» para solucionar el conflicto en Rusia. Expresó no creer que valga la pena mantener un conflicto militar y económico con Rusia. «Las sanciones que imponen contra Rusia nos afectan a todos».
Mencionó que su gobierno ha subsidiado los precios del combustible para aliviar el impacto que han tenido las sanciones internacionalmente, que califica de «acto heroico» que los países capitalistas son incapaces de realizar.
«Sandino nos da la fuerza, la luz, el fuego» para aplicar estas políticas, asegura Ortega, pero admite que, como país, «pasamos tiempos difíciles por culpa de los que imponen sanciones».
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