“¿Por qué continúa mintiéndole al pueblo de Nicaragua sobre su condición?”, fue la pregunta que el propagandista Juan Cortez le realizó en tres ocasiones al preso político Félix Maradiaga. Una escena que ha encendido el debate sobre el triste papel de los «periodistas» oficialistas.
Más que una pregunta, que realiza un comunicador a un entrevistado, la insistencia de Cortez, del oficialista canal 4, parecía una acusación directa, al preguntar sobre situaciones exteriores a un hombre que lleva más de un año encerrado e incomunicado, tal como los demás presos políticos de la dictadura.
“Como organización no nos pronunciamos al respecto, ni lo haremos por algo que no es periodismo”, dice Abigail Hernández de la organización de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN).
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Hernández dice que el periodismo tiene que ser crítico independientemente de política, religión o cualquier otra corriente, porque el objetivo de la profesión es que la gente forme sus propias conclusiones.
La comunicadora también dijo que en los medios oficialistas no existe el periodismo. “No hay programas de opinión que cuestionen al poder. No hay profesionales que lo estén haciendo, su función es programada desde la administración del régimen dictatorial”, afirma.
Juan Cortez, de liberal a sandinista
Cristopher Mendoza, periodista de Onda Local y quien conoció de cerca la formación de Juan Cortez cuando compartieron aula en la universidad, lamentó el “ridículo” que el propagandista de la dictadura realizó al interrogar a Maradiaga y aseguró que en tiempos de estudiante, Cortez no simpatizaba con el FSLN.
“Juan Cortez inició la universidad antes que yo, llevé varias clases con él, lo ví frente al pasillo ‘J’ de la UCA ondear una bandera roja diciendo: ‘Viva el partido Liberal, viva Arnoldo Alemán’. La mayoría de los que ahora están en el régimen, le bailaban a otro ‘zopilote’; Wilfredo Navarro, Moisés Absalón Pastora, que hasta fue diputado, eran simpatizantes de Arnoldo Alemán”, recuerda.
Mendoza, sobrino del periodista y preso político Miguel Mendoza, dice que Juan Cortez no fue un estudiante destacado, pero tenía potencial para ser un buen periodista, pero que desafortunadamente tiró todo ese conocimiento, “vendió eso y arruinó su vida cuando se fue al oficialismo donde le pagan por difamar y mentir”.
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Medios de comunicación al servicio del régimen
Al consultar sobre el tema a Gonzalo Carrión, defensor de derechos humanos, asegura que los medios oficiales son medios de propaganda y se nota el sesgo y el sometimiento del Poder Judicial en las escenas mostradas por dichos medios.
“El sometimiento al poder, todos los mecanismos para detener, acusar con inventos, criminalizar, judicializar y establecer condenas, todo es mediante verticales unilaterales, proceso donde las personas acusadas y judicializadas están en absoluta indefensión y para muestra esa exhibición, que es una exhibición pública en el contexto en el que se reclama por sus familiares”, explica.
Carrión dice que lejos de ser medios de comunicación, son medios de propaganda que están diseñados por el régimen para atacar a personas en indefensión como fue el caso del preso político Félix Maradiaga.
“Los medios de comunicación que aparecen ahí están al servicio del régimen en la línea de la propaganda. Exhibir a Félix como un recurso publicitario para procurar desvirtuar la denuncia fundamentada que tiene Bertha Valle y todos los familiares de las, al menos, 190 personas presas políticas, eso no es periodismo, porque esos son medios de propaganda al ataque de una persona, que por cierto, Félix se defiende, responde en medio de ese acoso y en medio de esos micrófonos de la propaganda al servicio del régimen”, subraya.
Los «propagandistas» ¿La vergüenza del periodismo nacional?
Al referirse a quienes trabajan en propaganda para el régimen, Abigaíl Hernández dice que es triste y penoso que haya un segmento del gremio periodístico que sea usado como herramienta para violentar derechos humanos.
“No son profesionales porque se prestan a violaciones de derechos humanos. No cuestionan con esa misma vehemencia a miembros del Estado, ministros o a los mismos dictadores. Obedecen a una agenda política no basada en principios básicos del periodismo”, indica.
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Cristopher Mendoza concuerda con Abigail, pero además, agrega que el verdadero trabajo periodístico es documentar hechos de interés ciudadano y el actuar del «propagandista» solo lo hizo quedar en ridículo y mostrar el gran fallo que tuvo el aparato de comunicación de Rosario Murillo, pues al final, la gente se dio cuenta del grave deterioro de Félix Maradiaga.
“No es trabajo periodístico. La información que intenta obtener no es de interés ciudadano. Publican lo que le gusta o interesa al régimen. Quedaron en total ridículo, se evidencia y confirma la demanda que hace Maradiaga, que presas y presos políticos están aislados, desinformados, desconectados de la realidad del país, por eso las respuestas son sencillas”.
Tanto Mendoza como Hernández están claros que ni los propagandistas ni el oficialismo van a desprestigiar al periodismo nacional y hacen el llamado a los medios de comunicación independientes a no dejar de un lado el objetivo de la profesión y continuar la búsqueda de la verdad.
“No somos voceros ni herramientas de ningún poder, sobre todo cuando se violan derechos humanos”, sostiene la periodista Abigail Hernández.
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