Morena, amante del cine y la fotografía, vegana. Ella es Idania Castillo, quien trabajó para el diario La Prensa del 2002 al 2004, redactando notas para los suplementos en su corta etapa de periodista. Era conocida como la “joven dulce” en los pasillos de ese periódico.
Han pasado 20 años desde esa época. Actualmente es la codirectora de la Cinemateca Nacional, forma parte de la maquinaria propagandística del FSLN y es considerada como la nueva censora de las artes audiovisuales, en ese esfuerzo del régimen por no dejar espacios para las libertades fundamentales en este campo.
En una fotografía publicada por medios oficialistas se la puede ver en su escritorio «trabajando». Es una imagen posada, pero a simple vista dos cosas llama la atención: una bandera del FSLN, y una pequeña imagen de Santa Bárbara. Un sacerdote que observó la imagen señala que en Cuba los santeros no la veneran precisamente como santa cristiana sino que la usan en sus ritos con el nombre de Santa Bárbara-Changó.
Desde su oficina en la Cinemateca Nacional, Idania Castillo, controla la producción cinematográfica nacional y extranjera. Foto/ Cinemateca Nacional
Su vinculación con la familia presidencial comenzó cuando se enamoró de Juan Carlos Ortega Murillo, mientras ambos estudiaban Comunicación en la Universidad Centroamericana (UCA) en los primeros años de la década del 2000, donde salieron siendo novios y posteriormente se casaron. De esa unión procrearon tres hijos, y adoptaron a una niña en 2015, sin embargo, su relación terminaría mucho después, y en el 2018 se hizo público que Juan Carlos estaba en relación con la ex Miss Nicaragua, Xiomara Blandino.
Se llevaba bien con quienes ahora son perseguidos
De joven estudiante universitaria era de contextura bastante delgada, casi frágil, de bajísima estatura. Sostenía muy buena relación e incluso era amiga de jóvenes que en la actualidad son periodistas independientes, y por tanto víctimas de la dictadura a la que ella pertenece.
“La he visto en unas pocas comparecencias a través de los medios oficialistas y la noto un poco incomoda frente a las cámaras, hasta nerviosa, como cuando exponía frente a sus compañeros de clases en las aulas de la UCA”, comenta un excompañero de clases. “Era una muchacha bastante dedicada en sus estudios, no era excelencia, pero era buena alumna”, recuerda.
La expareja matrimonial, Idania Castillo y Juan Carlos Ortega. Foto/ Medios oficialistas.
La describe como una joven de voz tenue, muy amable y sociable con las personas que encontraba a su paso en esa universidad. No era locuaz, ni muy amante a las bromas, al menos que él recuerde.
“Nosotros la mirábamos como una persona agradable, respetuosa, nunca ofendía a nadie, se llevaba bien con los compañeros. No era ostentosa, vestía como cualquier muchacha universitaria de su edad, incluso ella era familiar de los dueños o administradores del bar Los Castillos que se ubicaba en la UCA”, dice mientras le saca brillo a su memoria.
Después de salir de la universidad, su compañero de clases le perdió el rastro, hasta que supo que figuraba en las altas esferas del poder, y le resulta increíble que por la apariencia que tenía de “muchacha bonachona”, hoy sea parte del eslabón de censura de la dictadura.
“Yo no creo que actualmente Idania tenga un sentimiento de pertenencia hacia el gremio periodístico, o algo de solidaridad con quienes fueron sus compañeros de clases y que ahora son periodistas perseguidos por la misma dictadura a la que ella pertenece”, sostuvo el consultado.
Hermanos empleados en el Estado con buenos salarios
Dentro de la familia Ortega, Idania Castillo parece gozar de mucho aprecio, en especial de Rosario Murillo quien en algunas ocasiones ha exaltado su labor al frente de la Cinematica.
“Creo que son personas que si no estuvieran bajo la cobija de la dictadura, no serían nada, porque no sé si ella ha trabajado en alguna empresa privada, a parte de su corto paso por el diario La Prensa, pero esa vinculación con Juan Carlos le dio mucho poder”, puntualizó su excompañero de salón.
No obstante, no solo ella está ligada a la familia. En una muestra más de nepotismo, sus hermanos también gozan de buenos salarios dentro del aparato estatal. Por ejemplo, su hermana Lucía del Rosario Castillo Arcia, trabaja como coordinadora de Relaciones Internacionales del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (TELCOR) donde su salario no es el de un funcionario común.
Sobre este tema se consultó a un periodista nicaragüense que investiga temas de corrupción y nepotismo en el Estado, y en el caso del vínculo de la familia Castillo con los Ortega- Murillo, precisó que Idania Castillo tiene un salario mensual de C$76,738.67, que viene siendo 2,107.63 dólares, por lo que al año suma C$920,864.04 córdobas que serían 25,291.51 dólares.
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Sin embargo, su hermana Lucía del Rosario, como funcionaria de TELCOR, curiosamente devenga un salario mayor, que es de C$89,381.46 córdobas, que al mes son 2,454.86 dólares, y anual suma una bicoca de C$1,072,577.52 córdobas o sea 29,458.32 dólares.
“Otro dato que gira alrededor de Idania, es que su hermano Mauricio Jacobo Castillo Arcia, quien se maneja entre las sombras, es testaferro y amigo cercano de su excuñado Juan Carlos Ortega Murillo, y ha figurado en contrataciones públicas, como representante de radio Tiempo, cuyas oficinas están ubicadas en residencial Bolonia, en Managua, exactamente donde funcionan las instalaciones de Canal 8, del cual precisamente es parte de la junta directiva”, sostuvo.
El periodista criticó el hecho que miembros de una sola familia se receten jugosos salarios, como es el caso de la familia Castillo Arcia, ya que habiendo personas con igual o mejores capacidades, no se les brinda la oportunidad de trabajo, sino que algunos puestos dentro del Estado están vinculados a tráfico de intereses a través de parentesco o de amistad y que esto, en gran medida afecta de función pública.
Idania Castillo junto al representante legal de Cinemateca Nacional, Aarón Peralta. Foto | Cinemateca.
Controlando las producciones audiovisuales
Castillo funge como codirectora de la Cinemateca Nacional desde 2014, pero es el brazo fuerte del control de las producciones audiovisuales, tanto nacionales como extranjera, después que el 13 de octubre el régimen sandinista reformara la Ley creadora de esta institución, donde ella tiene mayores facultades para fiscalizar, incluso es censora del séptimo arte en el país.
En esa misma fecha, cineastas independientes rechazaron esa reforma por considerarla como un “mecanismo de control, censura y prohibición que, más bien, pretende restringir la libertad creativa”.
En esa reforma se establece en los artículos 2 y 13 facultades de “Registros de actividades y medidas de Aseguramiento” y “prohibir el desarrollo, exhibición pública, comercialización de los productos cinematográficos y audiovisuales, así como el decomiso de los mismos en caso que se hubiera llevado a efecto”. En una clara intención de censura que coarta la libertad de creación y expresión artística.
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Recientemente la dictadura había aprobado otra medida que le daba potestad a la Cinemateca Nacional de extender un aval para que turistas pudieran introducir al país, cámaras fotográficas y de filmación, pero finalmente desistió de llevar adelante ese plan de control social.
Según testimonios, corresponsales extranjeros han solicitado formalmente ante la institución que dirige Castillo, poder entrar a Nicaragua, para realizar algunos trabajos, sin embargo hasta la fecha no han obtenido ninguna respuesta.
La exnuera incluso fue vista como una las “acompañantes electorales” durante las votaciones presidenciales de 2021.
Atrás quedó la sombra de aquella muchacha frágil estudiante de la UCA a inicios de la década del 2000, de trato sencillo y muy amigable.
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