La cancelación de la Cruz Roja Nicaragüense y la confiscación de sus bienes por parte de la dictadura sandinista, violenta una serie de convenios y derechos humanitarios internacionales suscritos por Nicaragua.
Un exdirectivo de la institución, desde el exilio y bajo condición de anonimato, dijo que al confiscar la dictadura la sede y sus bienes de la Cruz Roja, violentó los más elementales principios del derecho humanitario internacional. “Ni Somoza se atrevió a tanto”, señala.
De acuerdo al exdirectivo, los diputados sandinistas saltaron sobre los Convenios de Ginebra de 1949 aprobados por Nicaragua en 1952, junto con sus Protocolos Adicionales I y II de 1977.
Anulan origen humanitario de la Cruz Roja
Al anular el acta constitutiva, sus protocolos y carta de principios, los diputados de Ortega también violaron el Anexo I del Protocolo I, Adicional de 1977, que reglamenta la identificación y símbolos de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
En su atropello a la Cruz Roja Nicaragüense, la dictadura anuló el vínculo entre la Cruz Roja y los principios internacionales humanitarios que rigen al Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
El régimen, pese a la disolución de la institución, no derogó la Ley 418 de protección y uso del nombre y del emblema de la Cruz Roja, pero debido al comportamiento partidario de la dictadura se espera que los emblemas de la institución humanitaria sean manchados con los símbolos rojo y negro, o imágenes de Ortega y Murillo.
La citada ley establecía que “el emblema de la Cruz Roja, así como la denominación Cruz Roja y Cruz de Ginebra, solo podrán ser utilizados para los fines previstos en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales de 1977”.
“La Cruz Roja Nicaragüense, sus filiales, así como las sociedades de Cruz Roja extranjeras son las únicas autorizadas a utilizar la denominación de Cruz Roja en el territorio de la República de Nicaragua”.
“Machetazo” al derecho humanitario universal
“Al separar de un machetazo a la Cruz Roja de su origen humanitario, la dictadura de Nicaragua se desentiende del derecho humanitario internacional. Es decir, le da la espalda a la Convención de Ginebra sobre la protección a los seres humanos en los conflictos”, dijo el ex directivo.
Este 10 de mayo la Asamblea Nacional bajo control de la dictadura que encabeza Daniel Ortega y Rosario Murillo, aprobó la disolución de la organización humanitaria y la convirtió en un ente del Ministerio de Salud, Minsa.
Todos los bienes y activos de la institución humanitaria pasaron a manos del Estado, luego que la dictadura argumentara que la Cruz Roja, transgredió las leyes sobre organismos sin fines de lucro y el principio de neutralidad de la organización humanitaria durante las protestas sociales de 2018, mismas que la dictadura aplastó al asesinar a 355 personas y herir a más de 2,000.
89 años operó independiente la Cruz Roja
«En los actos acontecidos en el 2018 […], algunas filiales de esta asociación [Cruz Roja] actuaron en contra de estos principios y de su acta constitutiva y estatutos, y la asociación misma transgredió las leyes del país», se lee en la exposición de motivos que fundamentan la ley presentada por la dictadura.
La Cruz Roja fue fundada en Ginebra en 1863 para proteger a las víctimas de conflictos armados por iniciativa del empresario suizo Henri Dunant (1828-1910), ganador en 1901 del primer premio Nobel de la Paz.
En Nicaragua la Cruz Roja operaba desde el 10 de enero de 1934, como asociación humanitaria de carácter voluntario, privada y sin fines de lucro, auxiliar de los poderes públicos en el ámbito humanitario para dar auxilio a la población en situación de riesgo o en desastre.
Es decir que durante 89 años la institución operó libre de la intervención estatal, hasta este 2023 en que fue confiscada por la dictadura sandinista.
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Ni Somoza se atrevió a tanto
Esa larga trayectoria de operatividad de la Cruz Roja, nunca estuvo exenta de peligros, amenazas y daños, pero ni el dictador Anastasio Somoza Debayle, como el exfuncionario lo recordó, en lo más cruento de la guerra civil de 1979, se atrevió a intervenir la institución humanitaria.
De hecho, fueron los guerrilleros sandinistas quienes irrespetaron a la Cruz Roja en las primeras horas de la rendición de la Guardia Nacional en julio de 1979.
El exdirectivo de la CRN recordó que cerca del mediodía del 19 de julio, el último de los comandantes de la Guardia Nacional, el teniente coronel Fulgencio Largaespada Báez, negoció con el FSLN la rendición de sus tropas y ordenó a sus soldados entregarse a la Cruz Roja Nicaragüense.
La rendición ante la Cruz Roja sería respetada por las fuerzas del Frente Sandinista de Liberación Nacional que dijo lo siguiente: “la vida y la integridad física de todos los soldados que se rindan serán garantizadas”.
De acuerdo al exdirectivo de la Cruz Roja, el FSLN no cumplió su palabra y asaltó campamentos de la institución humanitaria para ejecutar a guardias que se habían rendidos o estaban heridos.
Tales denuncias fueron reportadas por la misma Cruz Roja a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos en 1979 y 1980. Las acciones de los guerrilleros contra los guardias bajo custodia humanitaria de la Cruz Roja no fueron diferentes a las que tomó la Guardia Nacional contra la misma institución.
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Guardias y sandinistas contra Cruz Roja
Un reporte de la Cruz Roja a la CIDH-OEA de 1979, reveló estas atrocidades de guardias y guerrilleros.
“Huyendo de las destrucciones causadas por los bombardeos, una gran parte de los habitantes busca refugio en los puestos de socorro instalados en edificios de más fuerte estructura. La Cruz Roja está constantemente hostigada, varios socorristas están heridos, las ambulancias ametralladas. Los heridos son llevados a la fuerza por la GN y luego rematados”, dice parte del informe de 1980.
Un reporte de 1985 de Gonzalo Ramírez, presidente de la Cruz Roja Nicaragüense, señala que los sandinistas habían estado acosando a la Cruz Roja para que emitiera un comunicado de respaldo a las demandas de madres de soldados sandinistas que denunciaban el secuestro de sus hijos por parte de la Contra.
FSLN quiso asaltarla en 1985
En marzo de ese año, por lo menos 17 jóvenes soldados de Servicio Militar habían sido secuestrados en combate por los contrarrevolucionarios. Sus madres iniciaron una huelga de hambre en los locales de la Cruz Roja en Managua.
Activistas del FSLN y agentes de la Seguridad del Estado asaltaron la sede de la Cruz Roja en Belmonte, en Managua, y demandaron que la institución fuera “entregada al pueblo”.
Sin embargo, tal acción no se concretó sino hasta 38 años después cuando Daniel Ortega, ya convertido en dictador junto a su iracunda esposa, ordenó disolver y confiscar la Cruz Roja.
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