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La familia Pellas y el sandinismo, una historia de amor y odio

Los Pellas y el sandinismo tiene una historia de amor y odio. En los años ochenta fue confiscado el Ingenio San Antonio por el primer régimen sandinista y, desde 2018, está en la mira de los dictadores, quienes recientemente impusieron una multa de US$200,000 a la empresa Nicaragua Sugar Estates Limited.

Carlos Pellas Chamorro es un empresario acaudalado de Nicaragua. No suele dar muchas entrevistas, tampoco se le ve muy seguido en público. Su historia está vinculada al éxito de varios negocios, pero en los últimos meses se convirtió en blanco de la saña con la que actúa el régimen de Daniel Ortega y su nombre está en boca de uno de los más viscerales propagandistas del Frente Sandinista: William Grigsby, quien señaló al empresario de ser parte de una “pandilla” que financió con armas las protestas de 2018.

Pellas es el hombre más rico del país y actual presidente y accionista del Grupo Pellas —un conglomerado de 25 empresas con inversiones en el sector turismo, bienes raíces, industria automotriz y licores— y propietario de la más grande planta productora de azúcar en Nicaragua y de la Flor de Caña, que se encarga de comercializar el ron elaborado y distribuido por la Compañía Licorera de Nicaragua S.A.

El más importante de sus negocios es la compañía Nicaragua Sugar Estates Limited, también conocida como SER San Antonio, constituida en 1890 gracias a la decisión de cinco personas: su bisabuelo, Alfredo Pellas Canessa; Santiago Morales, uno de los hombres más ricos de la época en Granada; Rafael Cuadra; el italiano Luis Palazio; y Gonzalo Espinosa, el único que conocía sobre producción de azúcar, rones y licores, que se constituyó como el primer gerente del Ingenio.

¿De dónde provienen las fortunas más grandes de Nicaragua?

Ellos constituyeron la empresa en Londres y tuvieron la difícil tarea de elegir la zona de Nicaragua donde ubicarían el ingenio, relató Pellas durante un discurso anecdótico que ofreció hace siete años con motivo del 125 aniversario de Nicaragua Sugar y Flor de Caña,a la que asistieron figuras representativas del Frente Sandinista como Bayardo Arce, asesor en temas económicos; el diputado y jefe de la bancada sandinista en la Asamblea Nacional, Edwin Castro y el exmagistrado sandinista Rafael Solís, padrino de bodas de Ortega y Murillo.

Teniendo como referencia los escritos de Ephraim Squier embajador de Estados Unidos que llegó al país en 1849, adquirieron la finca San Antonio, de 5 mil manzanas que tenía “las mejores tierras de Nicaragua” en el occidente del país, y por donde cruzaban seis vertientes con las que “eventualmente iban a poder suplir toda el agua necesaria para el cultivo de la caña de azúcar”.

Los empresarios trajeron de Londres la maquinaria que instalaron en el Ingenio en San Antonio. “Es así que se inicia una verdadera revolución en la producción de azúcar de Nicaragua (…) La Nicaragua Sugar se preparó desde su fundación no solamente para ser un ingenio azucarero, sino también para producir el mejor ron de toda la región y del mundo”, recordó Pellas, nacido en Granada el 10 de enero de 1953.

Los empresarios y Daniel Ortega mantuvieron el «diálogo y consenso» sin importarle la democracia del país. Foto Prensa oficialista

Un negocio en el ojo del huracán

No todo ha ido de maravilla en el negocio de los Pellas. Durante años miles de trabajadores de la zafra azucarera, enfermos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC), demandaron una indemnización por daños causados a su salud, un deterioro progresivo de su salud y un avance importante de la enfermedad luego de, según cuentan, la exposición de agrotóxicos que se utilizaban en los cañaverales.

Los obreros agrícolas realizaron múltiples movilizaciones para que les indemnizaran por el daño a su salud, pero muchos murieron sin recibir atención. Los afectados dijeron que en el ingenio “nos envenenaron la sangre”. Unas 60,000 personas murieron por esta causa en Centroamérica, según registros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) del año 2017. Entre 2009 y 2013, la epidemia mató a 16,566 personas solo en Nicaragua. Es un tema que los Pellas casi no mencionan o no les gusta hablar.

Entre 2018 y 2022, solo en Chichigalpa, se detectaron 6,499 casos de la enfermedad crónica y hubo 67 fallecidos en este periodo, según datos del Ministerio de Salud (Minsa). La enfermedad evita que los riñones puedan filtrar las toxinas u otros desechos del cuerpo.

Muchos cañeros se manifestaron en el edificio Pellas. Foto | Oswaldo Rivas/Reuters

El Grupo Pellas incluso llegó a invitar a la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston para investigar el asunto. El resultado, por supuesto, favoreció al conglomerado empresarial argumentando que las aguas no estaban contaminadas.

El megaempresario se beneficia más del comercio del licor, que es el más demandado en el país. Un Reporte del Estado del Alcohol de 2018 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Nicaragua ocupa el primer lugar a nivel centroamericano en consumo de bebidas alcohólicas. Al año, la población mayor de 15 años consume un promedio de 5.2 litros de etanol puro, ubicándose en el ranking 13 de los 19 países latinoamericanos que más consumen.

Su faceta como consejero político 

Aunque su vida no está ligada a la política, sirvió como consejero del expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) —después acusado de corrupción—, en un momento crucial cuando las bases del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) buscaban a su próximo candidato para las elecciones generales de Nicaragua del año 2001. 

En el libro Camino a la presidencia, Enrique Bolaños Abauza, expone cómo Enrique Bolaños Geyer (1928-2021) aspira y gana la nominación del PLC como candidato para presidente, por recomendación de Pellas.

Emilio Álvarez Montalván, exministro de Asuntos Exteriores (1919-2014), explica que Alemán visitó a Pellas y puso sobre la mesa los nombres de tres candidatos: Enrique Bolaños Geyer, Iván Escobar Fornos y Eduardo Montealegre.

Pellas sugirió que no “convenía” elegir a Escobar y que Montealegre era muy joven, sin experiencia política. “Yo te aconsejo a Enrique Bolaños”, relató Álvarez Montalván. Montealegre afirmó que Pellas rechazó la candidatura de Escobar y el empresariado no apoyó la nominación, pero prefería la candidatura suya y no la de Bolaños.

Fornos planteó que se reunió con Pellas y le platicó sobre sus “ideas políticas” y quiénes podían ser sus ministros. “Me habla claramente y me dice Iván, sabemos de tu trayectoria, pero la verdad es que nuestro apoyo es para Montealegre”, explicó en una entrevista que recoge el libro y que demuestra su faceta de consejero político del gran empresario.

Pellas “consejero” del Cosep

A partir de 2007, el empresario nicaragüense que acumula una fortuna estimada en 2,700 millones de dólares, vivió una etapa diferente cuando los grandes grupos económicos apoyaron la alianza de “diálogo y consenso” que promovió el Gobierno con las élites empresariales del país y que le permitió construir su régimen dictatorial. Durante ese matrimonio se aprobaron 124 de 326 leyes entre el periodo 2008 – 2018.

Pellas formó parte de la junta original de Consejeros del Cosep junto a varios empresarios, entre ellos José Baltodano Cabrera, César Lacayo Lacayo, Jaime Morales Carazo, Ramiro Ortiz, Roberto Zamora Llanes, entre otros que se fueron integrando con el tiempo.

Cinco días después de la toma de posesión de Daniel Ortega, en 2007, los empresarios del Cosep sostuvieron la primera reunión con las autoridades de gobierno, acompañados por todos los presidentes de cámaras y consejeros.

Ese diálogo formal desembocó en una ronda de negociaciones en la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), Managua, donde  establecieron las primeras comisiones de trabajo conformada por funcionarios y cámaras de la cúpula empresarial y en las que participaba muy activamente el exguerrillero Bayardo Arce, asesor en temas económicos del régimen.

El idilio de los empresarios 

El 4 de septiembre de 2013, en la Casa de los Pueblos, Managua, durante el cuarto encuentro entre Ortega con los empresarios, Pellas presidió la mesa junto al entonces presidente del Cosep, José Adán Aguerri —ex preso político y desterrado a Estados Unidos— y el empresario Ramiro Ortiz, fundador y director del Grupo Promerica. A la par, estaba la infaltable figura de Rosario Murillo como coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía. 

“Aquí estamos como nicaragüenses, más allá de ideologías, más allá de posiciones políticas”, señaló Ortega en ese encuentro. Al salir del evento, el empresario celebró el discurso y la iniciativa del caudillo. “Aquí hay un proceso donde se negocia la mayor parte del establecimiento de las leyes y se llega al consenso”, dijo Pellas el 5 de septiembre de 2013.

“Él (Carlos Pellas) tenía sus canales de comunicación con ellos (régimen de Ortega) y se miraban de vez en cuando, no sé si bilateralmente, pero en el grupo cuando los citaban siempre iba Pellas, Zamora, Ortiz, Sacasa, Chanito Aguerri”, refirió una fuente que prefirió hablar bajo anonimato con Nicaragua Investiga, que tuvo muy buenas relaciones con el Frente Sandinista y asistía a los eventos de los Pellas. 

Según la fuente consultada, el empresario era el “símbolo más importante” en esa relación de los empresarios con Ortega. “Era la época en que estaban en la luna de miel con el gran capital, el símbolo más importante era Carlos Pellas, sigue siendo, el hombre más rico de Nicaragua, el grupo económico más fuerte. Pero, así como una relación íntima o fuerte como la que tenían con Chanito Aguerri, que fue presidente de Cosep, no creo que haya sido con Carlos Pellas”.

El precio de la lealtad: los súper salarios del orteguismo

El primer encuentro con Daniel Ortega 

La primera vez que Pellas vio a Ortega, fue en 1979 cuando se reunió con la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, para abordar el tema del Ingenio San Antonio.

El 8 de junio de 1979, el mismo día que nació su hijo mayor, Carlos Francisco, estando en Miami, Estados Unidos, su familia recibió una llamada en la que se les comunicó que la “guerra” había comenzado en el ingenio y fue tomado por personas que no eran trabajadores, sino sandinistas. “Pasamos mes y medio angustiados”, refirió Pellas, quien está casado con Vivian Fernández, con quien procreó tres hijos: Carlos Francisco, Vivian Vanessa y Eduardo Francisco

A finales de julio de ese año, después del “triunfo” de la revolución, en compañía de Alberto Chamorro, viajó a El Salvador, donde abordaron una avioneta que los transportaría a Nicaragua y donde se reunirían con la Junta de Gobierno. El doctor Joaquín Cuadra Chamorro, quien fungió como presidente del Banco Central de Nicaragua entre 1985 y 1990, histórico colaborador de los Pellas, ayudó a organizar la reunión.


“Solo conocía a Violeta y Alfonso, yo no conocía ni a Moisés Hassan, ni a Sergio, ni a Daniel. Ahí nos presentaron y fue bien sencillo el planteamiento mío, ¿quieren o no quieren que nos quedemos en Nicaragua? Yo recuerdo que Daniel Ortega en ese tiempo me dice: ‘nosotros no controlamos el país, así que no podemos hacer nada. Yo puedo darte una carta firmada por la Junta de Gobierno diciendo que ustedes van a ir al Ingenio San Antonio”, recordó Pellas.

En la mira del régimen desde los años 80

Durante el primer régimen sandinista, la familia Pellas temporalmente perdió el ingenio azucarero. El 12 de julio de 1988, el comandante de la revolución, Jaime Wheelock, quien se desempeñó como ministro de Desarrollo Agropecuario y Reforma Agraria, lo declaró de “utilidad pública”. 

“Ese día yo sentí como que habían arrancado una parte de mi propio ser, tenía un cariño extraordinario para San Antonio y dije cómo será posible, probablemente nunca lo devolverán. Tal vez, de toda mi historia es el día más triste de mi vida”, recordó Pellas en la actividad del aniversario de Nicaragua Sugar y Flor de Caña.

“Jaime Wheelock llegó a San Antonio con Sergio Ramírez (vicepresidente de la época) diciendo que iban a convertirlo en el mejor ingenio del mundo y el año siguiente produjeron todavía 30 mil quintales menos”, dijo Pellas. 

En el ingenio se encontraron con unas 1,600 personas armadas, que no eran parte de los trabajadores tradicionales y provocaron huelgas constantemente, por lo que decidieron hacer un cierre de emergencia. 

Según Pellas, contrataron 250 ex miembros del Ejército Popular Sandinista (EPS), que habían sido despedidos, y crearon un “pequeñito ejército” dentro del ingenio. “Entraron por la noche para desarmar a la población, un operativo en el que se recogieron mil (fusiles) AK”, recordó Pellas. Daniel Ortega llamó a ese grupo armado como “los zopilotes de Carlos Pellas”, porque todos andaban vestidos de negro. 

El ingenio estuvo cerrado por 75 días y reabrió tras negociaciones con los sindicatos y contrataron a los antiguos trabajadores. Fue regresado a la familia Pellas el 13 de junio de 1992, luego del triunfo de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997). Les favoreció el hecho que los sandinistas habían confiscado los activos del ingenio, no la empresa Nicaragua Sugar Estates.

Los sandinistas también le confiscaron en los años ochenta otra lujosa propiedad. “El Banco de América que era de los Pellas quedó en manos del Estado, fue expropiado y pasó a manos del Estado, que era el edificio alto donde está ahora la Asamblea”, señaló a Nicaragua Investiga una historiadora e investigadora que habló bajo anonimato, debido a las circunstancias sociopolíticas del país. 

Los Pellas desde antes de la expropiación, ya habían sacado todo el dinero del banco. La confiscación se dio en la época que el régimen sandinista nacionalizó la banca en Nicaragua. “Prácticamente no quedaba nada, hubo una fuga de capitales entre el 77 y el 79 gigantesca que drenó prácticamente la totalidad del sistema bancario (…) gente que hipotecaba su propiedad para sacar créditos en los bancos, sacaban el dinero y el dinero salía del país”, rememoró la fuente. 

El castigo después de 2018

Antes de 2018, Pellas era uno de los empresarios del gran capital que también defendía los resultados económicos que ofrecía la relación con Ortega. Después de abril, su visión con respecto a  esas políticas cambiaron definitivamente y al ver la masacre contra el pueblo nicaragüense que se manifestaban, el empresario advirtió que “el modelo que traía el país se agotó”.

En una entrevista concedida a La Prensa, Pellas propuso reformas que llevaran a un “adelanto de elecciones en Nicaragua”. Su declaración marcó su distanciamiento con el régimen y eso le costó represalias. William Grigsby Vado lo acusó junto a otros de Ortega de financiar las protestas sociales de 2018. 

Después de cinco años, el régimen lanzó su primer ataque contra los Pellas. A través del Instituto Nacional de Promoción de la Competencia de Nicaragua (Procompetencia), impuso una multa de US$200,000 a la empresa Nicaragua Sugar Estates Limited por prácticas anticompetitivas.

En 2022, el empresario sufrió un revés cuando Estados Unidos excluyó a Nicaragua de la lista de países beneficiados con la cuota anual de importación de azúcar para el año fiscal 2023, afectando el Ingenio San Antonio, que produce unos 7.1 millones de quintales de azúcar por año, siendo el tercer más grande de Centroamérica.

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