Participar en las protestas antigubernamentales del 2018 y ser líder de movimientos estudiantiles le valió la expulsión de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y el rechazo de varias universidades nicaragüenses. Luego de cuatro años luchando para continuar sus estudios, ahora alista maletas para viajar a Europa a cumplir su sueño de ser un profesional. Esta es la historia de Elthon Rivera Cruz, de 28 años.
Originario de Matagalpa, Elthon se encuentra exiliado en Costa Rica. Es uno de esos miles de jóvenes que perseguidos por el régimen de Daniel Ortega deben reinventarse, superar obstáculos y no dejarse desfallecer fuera de su pais.
Desde Costa Rica ha continuado defendiendo los derechos de centenares de estudiantes que al igual que él no pudieron continuar sus estudios.
“Yo soy uno de los más de 150 estudiantes que han sido expulsados de las universidades en Nicaragua. A mí me expulsaron de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) en agosto del año 2018”, explica.
Casi terminaba su carrera cuando fue expulsado
Rivera Cruz se preparaba para cursar el último año de la carrera de medicina en esa universidad cuando fue sorprendido por las protestas del 2018, y se sumó a ellas.
“Desde entonces tomé participación en la lucha cívica en Nicaragua, participé en movimientos estudiantiles, llegué a liderar uno de ellos, fui el presidente del Movimiento Acción Universitaria y eso me complicó aún más las relaciones con el gobierno y con las autoridades universitarias”, subraya.
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No lo querían en ninguna universidad, ni pública ni privada
Intentó regresar a la universidad de donde le habían expulsado y no obtuvo respuesta, luego se dirigió a las universidades privadas, pero de una en una le fueron rechazando. Afirma que no lo aceptaban porque estaba en una lista negra que el gobierno les había entregado a esos centros de estudios.
“Hay universidades que tienen registrados quienes son los estudiantes activistas y defensores de derechos humanos que estamos en contra del gobierno porque el mismo CNU (Consejo Nacional de Universidades) y el gobierno les ha notificado y les da temor matricular a personas como yo porque temen que el gobierno tome represalias en su contra”, indica.
Según Elthon, las universidades utilizaban distintas excusas para no permitirle ingresar a estudiar. «Me decían que no habían cupos, que no me podían matricular o que me aceptaban, pero que me tenía que regresar al principio de la carrera lo cual era absurdo. Lo hacían para que yo desistiera de la solicitud”, agrega.
Víctima de otra ola represiva
Al ver que no podía continuar sus estudios de medicina en las universidades privadas, sus deseos de superarse lo llevaron a aplicar a la carrera de Ciencias Políticas en Universidad Paulo Freire, la única que le abrió sus puertas y donde co-fundó el “Programa para la continuidad de estudios superiores (PROCES)”, dirigido a aquellos estudiantes que fueron expulsados de las universidades estatales.
Como si el número cuatro estuviera presente en sus problemas, se encontraba cursando el cuarto año de Ciencias Políticas cuando el gobierno en sus arremetidas contra las universidades le canceló la personalidad jurídica a esa casa de estudios.
La situación obligó al exilio a Adrián Meza, rector de esa universidad, pero la situación no paró ahí, el régimen inició un proceso de investigación contra las personas que trabajaban en el programa PROCES, del cual Elthon era parte.
“Me tocó salir al exilio porque ya estaban investigándome a mi también y salí para proteger mi vida”, relata el joven, quien desde el exilio ha continuado haciendo eco en nombre de todos aquellos estudiantes que no han podido continuar sus estudios.
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Logrará su sueño de ser médico
Después de los largos 4 años de lucha personal y gremial, a Elthon Rivera le llegó una gran oportunidad. Una universidad europea, la Universitatea de Medicină, Farmacie, Științe și Tehnologie, de Rumanía, le abrió las puertas para continuar sus estudios de medicina. Le otorgaron una beca que cubre completamente todos los gastos.
“Mandé cartas y solicitudes, afortunadamente una universidad en Rumanía me dio la oportunidad reconociendo mis capacidades, la lucha que he llevado a cabo, que soy una víctima de violación a derechos humanos. Siento que ayudó mucho que ellos pudieran ver todo el sacrificio”, explica.
La barrera del idioma rumano podía ser un problema, pero afortunadamente, esa universidad ofrece un programa de formación de medicina en inglés, idioma que Elthon logró dominar aprovechando el tiempo en los últimos 4 años, sin embargo, ve una excelente oportunidad para aprender el idioma del país que le ha abierto las puertas para culminar la carrera que una vez inició en las aulas de la UNAN-Managua.
Seguirá apoyando a los jóvenes
El joven espera convertirse en profesional, tener buen empleo, poder ayudar a su familia, pero sobre todo lograr estabilidad personal, algo que lo entristece y que no ha podido conseguir debido a su condición de migrante.
“No puedo volver a Nicaragua, en el país donde estoy solo tengo residencia provisional y donde voy también será lo mismo”. Dice que quiere llevar un mensaje de esperanza a los jóvenes, pero sobre todo quiere volver a su amada nación.
Actualmente lidera la Iniciativa Puentes por los Estudiantes de Nicaragua (IPEN), una organización que pronto estará legalmente constituida y que funcionará desde Costa Rica. Con ella “buscamos gestionar apoyo de continuidad de estudios superiores para todos los jóvenes nicaragüenses que hemos sido víctimas de represión y que somos víctimas por diferentes tipos de vulnerabilidad”, explica Elthon.
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