José Salomón Carballo de 59 años, es originario de la ciudad de Masaya y tiene más de 40 años de habitar en la ciudad de Palacagüina, en el departamento de Madriz. Lugar al que llegó pues se enamoró de una joven, la que es actualmente su esposa y con quien formó un hogar.
Entre gotas de sudor y las cortaduras de sus dedos, transforma cada hilo de bambú en canastas para recolectar el grano de café en la temporada de cosecha en diciembre.
“Desde ese tiempo me dedico a hacer canastas a base de bambú, trabajo que me heredaron mis padres y con esto he podido mantener a mi familia y sacar adelante a mis hijos. Para la temporada de diciembre esto se pone muy bueno porque muchos cafetaleros me vienen a encargar los canastos para que los corteros echen el café”, cuenta el artesano.
Explica que el proceso de elaboración del canasto le lleva una hora. En esta temporada alta refiere que se levanta a las tres de la mañana para dar abasto y cierra su jornada tipo ocho de la noche.
Una vez que pasa la temporada navideña perfilan su trabajo en la creación de canastos para verduras. Viaja todos los lunes a Managua a dejar los encargos a los comerciantes del mercado Mayoreo y Oriental.
“Este es un trabajo rústico heredado de nuestros ancestros, pero hoy en día los jóvenes no quieren aprender este oficio que deja buenas ganancias y que se puede salir adelante, pero ahora con la tecnología a ellos no les gusta y, además, ya preparándose escogen otra carrera. Yo pienso que desapareciendo mi persona este oficio ya no existiría en el departamento de Madriz, aquí somos los únicos”, reflexiona.
El artesano expresa que la materia prima para hacer los canastos en la región norte del país abunda, es por eso que siempre ha tenido trabajo durante los 365 días del año.
Sus hijos seguirán el legado
Salomón Carballo Matute, indicó que él seguirá el legado de su padre porque con este oficio los ha sacado adelante y desde pequeño les enseñó a trabajar por lo que ahora le toca a enseñarle a su hijo este trabajo.
Productores de Río San Juan buscan certificación para exportar achiote
“Esto genera dinero todo el año y vamos a tratar de seguir para que no se pierda la tradición de elaborar canastos. Mi papá me ha sacado adelante con este trabajo yo me dedico más a andar en un taxi en Palacaguina, pero en ratos les vengo ayudar porque lo que se aprende no se olvida”, expone el joven.
Los artesanos indicaron que muchos jóvenes han querido aprender este oficio, pero al ver que no es fácil, a como se mira, ya no siguen llegando a su taller de canastos ubicado del centro de salud de Palacaguina media cuadra al norte.
You must be logged in to post a comment Login