Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), detalló que 1,2 millones de nicaragüenses sufren de hambre. Dato contrario al discurso del dictador Daniel Ortega, en el que se jacta de supuestamente encabezar un gobierno que “lucha contra la pobreza”.
El informe Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe 2022, de la FAO, también revela otros datos de interés como el costo de una dieta saludable y de su inasequibilidad para los nicaragüenses.
“En Mesoamérica, Nicaragua fue el país con mayor prevalencia de subalimentación (18,6%) en el período 2019-2021, seguido de Guatemala (16%) y Honduras (15,3%). Lo que equivale a casi 5 millones de personas con hambre en estos tres países más pequeños (1,2, 2,9 y 1,5, respectivamente)”, detalla el informe.
Aumenta el hambre en la región
En términos generales, en América Latina y el Caribe, el hambre aumentó de un “5,8% en 2015 a un 8,6% en 2021” y entre 2019 y 2021, años en los que el mundo se debatía en una fuerte lucha contra el coronavirus, se acrecentó un 28%.
Hasta 2021 “la inseguridad alimentaria afectaba al 40% de la población de América Latina y el Caribe, en comparación con la prevalencia mundial del 29,3%”. Este dato es reflejado en al menos 131 millones de personas a quienes les resulta inasequible una dieta saludable. Realidad casi palpable en Nicaragua.
Según la OMS y la FAO, las dietas saludables se basan en una amplia variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados. Debe ser equilibrada entre todos los grupos de alimentos, incluyendo un mínimo de cinco porciones de frutas y verduras al día. Algo que para muchos nicaragüenses resulta casi imposible, sobre todo porque este grupo de productos esenciales de la canasta básica ronda los 13,600 córdobas, equivalente a dos salarios mínimos promedio.
Más de un tercio de nicaragüenses “no puede permitirse una dieta saludable”
“En Mesoamérica, más de la mitad de la población de Honduras (51,3%) no puede permitirse una dieta saludable, como tampoco puede hacerlo más de un tercio de los habitantes de Nicaragua y Belice (35,7 y 36,4%), y más de una cuarta parte en México (26,3%). En Panamá y Costa Rica, menos del 20% de la población no puede permitirse una dieta saludable”, detalla el informe de la FAO.
Las repercusiones internacionales que ha dejado la pandemia de coronavirus y recientemente la guerra de Rusia contra Ucrania, han elevado los precios internacionales, junto a la inflación, que tan solo en Nicaragua cerró por encima del 10 % en 2022; han “incrementado los costos y la inasequibilidad de una dieta saludable”.
“América Latina y el Caribe se enfrentan a un escenario complejo con una inflación alimentaria alta y en aumento, incremento de la pobreza en el contexto de la pandemia de la COVID-19, altos niveles de desigualdad de ingresos y niveles crecientes de hambre, inseguridad alimentaria y obesidad”, señala el informe.
Índice de pobreza no cuadra con realidad nicaragüense
Desafortunadamente, en Nicaragua no se tiene datos actualizados del comportamiento de los niveles de pobreza, y si los hay, al menos de la parte estatal, el régimen los oculta. Lo único que se maneja son estimaciones del Banco Mundial, institución internacional que indicó que en 2022 el índice de pobreza en Nicaragua cerró en 13 %.
Sin embargo, esas estimaciones parecen no cuadrar con la realidad de los nicaragüenses y tampoco con los datos presentados por la FAO. En temas de subalimentación en la región, Nicaragua se ubica en el tercer lugar, tan solo por debajo de Haití y Venezuela. Un panorama contrario al que se aprecia en países como Chile, Barbados, Costa Rica y Brasil, donde las personas están mejor alimentadas.
A modo de ver una noticia positiva en Nicaragua, la FAO detalla que el país centroamericano ocupa el tercer lugar en Mesoamérica, con la dieta saludable de más bajo costo ($3.33 por día), solo por debajo de Belice y México. Contrario a esto Costa Rica y Panamá, son los que tiene los costos más altos; sin embargo, “estos dos países tienen el porcentaje más bajo de personas que no pueden permitírsela”.
No obstante, las noticias para los nicaragüenses, al menos en temas económicos, no siempre son buenas, pues al equiparar el costo de la dieta con el nivel de ingresos del país, “Haití, Honduras y Nicaragua presentan la mayor inasequibilidad observada en la región”, es decir, el salario de los nicaragüenses no alcanza para cubrir todos los alimentos esenciales para una dieta saludable. Nada nuevo en una nación en la que se necesitan tres salarios mínimos para cubrir la canasta básica.
Bajar el costo de los alimentos, parece una tarea imposible en Nicaragua. Mientras la guerra de Rusia contra Ucrania continúe y peor aún, si varias de las economías importantes del mundo, especialmente Estados Unidos, llegara a sufrir una recesión este 2023; el país se va a ver fuertemente afectado, sobre todo porque según el informe de la FAO, “los fertilizantes rusos representan entre el 10 y el 20% de las importaciones totales de fertilizantes en El Salvador, Nicaragua y Uruguay”.
Es decir, los altos precios de esos insumos agrícolas se van a reflejar en los costos de los productos que todos consumimos.
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