La reforma constitucional aprobada en Nicaragua «consolida un régimen autoritario» al oficializar «la concentración absoluta del poder en el Ejecutivo», denunció este miércoles la CIDH, sumándose así a otras condenas de Estados Unidos y de expertos de la ONU.
Entre los «cambios más preocupantes», la reforma establece un modelo que «centraliza el poder en la presidencia», encabezada por Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, afirma la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
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Este modelo «elimina el principio de separación de poderes» y permite al Ejecutivo «destituir a personas que ocupan cargos públicos y que no se alineen con los ‘principios fundamentales’ de la Constitución», denuncia.
Además refuerza el control sobre las fuerzas armadas y policiales, «profundizando la capacidad del régimen para sofocar cualquier disidencia», sostiene este órgano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de la que Nicaragua se ha salido.
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Facilita el uso del ejército «para reprimir a la oposición» y oficializa la policía voluntaria, un cuerpo auxiliar compuesto por ciudadanos cuya actuación ha sido vinculada a actos represivos desde las protestas de 2018, detalla.
La Comisión también considera preocupante «la alteración de las funciones de la Corte Suprema de Justicia, profundizándose su falta de independencia».
Por eso hace un llamado a la comunidad internacional «para que redoble esfuerzos encaminados a promover la restauración de la democracia» en el país latinoamericano.
La semana pasada, el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols, ya condenó «los movimientos de la corrupta Asamblea Nacional de Nicaragua para cambiar – sin revisión ni discusión – la constitución con el fin de consolidar más poder en manos de Ortega/Murillo».
«El régimen utilizará este poder para oprimir a los nicaragüenses y aislar aún más a Nicaragua de la comunidad internacional», añadió en la red social X.
Un grupo de expertos de la ONU advirtió este lunes de las «nefastas y trascendentales consecuencias» de la reforma para los derechos humanos.
Ortega, exguerrillero de 79 años que gobernó Nicaragua en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, se mantiene en el poder desde 2007 luego de tres reelecciones, la última en 2021 en comicios con la oposición presa o en el exilio.
El mandatario ha reformado 12 veces la Constitución, según los expertos para «legalizar y consolidar su control sobre el poder sin restricciones».