El 20 de marzo la representante de la OPS Ana Solís Treasure, brindó declaraciones al canal 13 de televisión propiedad de Camila Ortega Murillo en las que consideró correcto y eficiente el trabajo de las autoridades nicaragüenses sobre el manejo del Covid-19 en el país.
«Nicaragua desde que se anunció la emergencia sanitaria organizó un comité intersectorial, se estuvo haciendo la epidemiología en las entradas, se estuvo mirando un seguimiento claro a quien llegaba, un monitoreo», dijo Solís.
Según la funcionaria el trabajo del gobierno fue coordinado con la OPS para garantizar el cumplimiento de todos los protocolos de seguridad.
«Hemos estado acompañado los procesos que se han estado haciendo a nivel salud con respecto a las recomendaciones y guías de alistamiento de los servicios de salud, de la epidemiología y la comunicación de esto», informó la representante del organismo internacional.
También halagó al Ministerio de Salud y su modelo de atención, que consideró debe ser retomado en otros países del mundo.
«Nicaragua tiene un modelo de atención familiar y comunitaria que permite estar bien involucrado en lo que pasa en la comunidad esto nos permite poder hacer pesquisas, poder identificar a tiempo cualquier enfermedad tipo influenza o respiratoria que se pueda captar», informó.
Las declaraciones de Solís y otros de sus funcionarios en la misma linea de aceptación a las acciones oficiales, despertaron críticas entre varios sectores, debido a que obviaron el llamado a marchas y eventos masivos del gobierno, lo cual contraviene las indicaciones de la organización que representa, así como de la OMS.
Tampoco cuestionaron la forma poco clara en que se informa de los casos positivos de Covid-19 en el país.
La nueva posición
Sin embargo el pasado 7 de abril, luego de un largo silencio sobre estos asuntos, la misma Directora General de la OPS a nivel internacional Carissa Etienne criticó el papel del gobierno de Nicaragua sobre la pandemia y señaló preocupación por varios de los puntos que en su momento Solís había resaltado como positivos para el gobierno nicaragüense.
«Tenemos preocupaciones por la falta de distanciamiento social, la convocatoria a reuniones masivas. Tenemos preocupaciones sobre los tests, el seguimiento de los contactos, la forma en que se reportan los casos”, dijo Etienne.
Etienne aseguró que en varias ocasiones y varios niveles se planteó esas preocupaciones al gobierno nicaragüense sin obtener respuesta.
La sinceridad de Etienne tuvo respuesta gubernamental. Hace cuatro días el Director de Emergencias de la salud de OPS Ciro Ugarte dijo que el gobierno de Nicaragua redujo «la interacción con la OPS respecto al Covid-19» y ahora mismo solo está recibiendo datos sobre los casos confirmados, pero se desconocen otros datos epidemiológicos de interés.
La misma mañana que la OPS fue capaz finalmente de cuestionar el manejo de Nicaragua sobre la pandemia, el Presidente de Estados Unidos Donald Trump había emitido una dura crítica contra la OMS (Cuya filial para América es la OPS) y amenazó incluso con congelar los fondos de ayuda de su país a la organización por considerar que hizo un manejo negligente del coronavirus.
Trump cumplió más adelante su amenaza y congeló más de 58 millones de dólares a la organización. En tanto la representante de la OPS para Nicaragua Ana Solís, quien en una conferencia a media noche llegó incluso a pedir disculpas al gobierno por un error de digitación en su web, no ha vuelto a aparecer en medios oficialistas y el argumento del gobierno de contar con el respaldo de esta organización se diluyó por completo de su agenda.
Foto principal: AFP
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