El empresario chino Wang Jing junto al presidente Daniel Ortega no solo prometieron el megaproyecto Canal Interoceánico. En los primeros discursos, cuando vendían la idea del «Gran Canal», Jing afirmó un «plan de beneficio social» de otorgar becas completas para 50 estudiantes nicaragüenses en China, pero esto nunca se dio luego de ocho años de «existir» el proyecto.
Como beneficio social de la empresa HKND de Wang Jing, las 50 becas universitarias se iban a llevar a cabo en centros de estudios especializados en China, para cursar carreras afines a proyectos del Gran Canal y de esa manera contribuir al desarrollo de Nicaragua.
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De hecho, Telémaco Talavera reafirmó que para los profesionales y técnicos que no se puedan formar en el corto plazo en Nicaragua, estaba un plan de becas completas en las mejores universidades de China.
«No podemos dar cifras todavía, pero sí está proyectado que a partir del año que viene (2015) tengamos una nueva oferta nacional y un nuevo programa de becas nacionales e internacionales. Hay compromisos claros, para que estudiantes talentosos puedan formarse o especializarse fuera del país, y otros lo harán en Nicaragua», dijo Telémaco Talavera.
No hubo una estrategia realista
Cefas Asensio Flórez, especialista en educación y desarrollo humano, indicó que no conoce de un plan de adecuaciones o nuevas carreras técnicas y profesionales con perfiles para el canal que hayan implementado las universidades y centros tecnológicos nacionales.
«Si bien hubo declaraciones y promesas, y quizás se elaboraron planes, la falta de implementación indica que no hubo una estrategia realista de tecnificación y profesionalización. Con metas, resultados y procesos de organización académica y coordinación con empresas internacionales participantes verificables», explica el especialista.
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De acuerdo con su opinión, esta ausencia refleja la falta de visión de independencia nacional, en el sentido de manejar los nicaragüenses inversiones o conversiones internacionales con el desarrollo de capacidades nacionales.
«Cualquier concesión que atente contra la soberanía nacional, no es una concesión que pueda traer beneficio al país en ningún término, incluyendo el educativo», destaca Alex Bonilla, especialista e investigador en temas de educación. Comenta que el impacto educativo sería mínimo cuando se trata de una empresa concesionaria que está «atentando contra la soberanía nacional, los pueblos indígenas y el campesinado».
Un beneficio para Nicaragua si el canal existiera
Según Alex Bonilla, los beneficios eran relativos para el país en función de que si la construcción del Gran Canal hubiese sido una realidad. Explica que si tratara de un acuerdo nacional o binacional, el gobierno como contraparte de ese acuerdo asume la formación especializada de los cuadros necesarios para poder desarrollar el capital humano que necesita la construcción de una obra de esa magnitud.
«El país hubiese sido beneficiado mediante un proceso de formación especializada, se hubiera obtenido la cualificación de personas con habilidades únicas», destaca, pero deja claro que no es un acuerdo binacional, sino que fue una concesión.
Asegura que si el programa de la becas hubiese sido financiado y una vez finalizado el megaproyecto, Nicaragua tendría ese mismo personal cualificado para contribuir al desarrollo de otro tipo de proyectos importantes en el país. «No es lo mismo la infraestructura vertical y horizontal, que en este caso son las carreteras, a la infraestructura de gran magnitud como es la construcción del Gran Canal Interoceánico», ejemplifica.
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De acuerdo a la opinión de Bonilla, estas becas mostrarían resultados a mediano o largo plazo en el sistema educativo por la formación de profesionales capacitados en administración, gestión y construcción en obras de gran dimensión.
«En el proyecto no existe engaño»
«En todo el proyecto no existe engaño, no existen mentiras. Vamos a estudiar la empresa junto con la comisión del Gran Canal, analizar y lograr establecer mecanismos, todo lo que sea necesario para que sus preocupaciones, para que sus inquietudes puedan expresarse plenamente», dijo Wang Jing en una conferencia de prensa en el año 2014.
En el acto asistieron representantes de la empresa privada, el Ejército de Nicaragua, la Policía Nacional y funcionarios del gobierno sandinista. Los cuales fueron testigos de las promesas de Wang Jing quien vendió al mejor estilo el megaproyecto.
Otra promesa sin cumplir fue la supuesta donación de 10 ambulancias y camiones de bomberos, así como la rehabilitación y ampliación de tres hospitales en áreas relacionadas al Gran Canal.
Por otra parte, el programas de becas y el megaproyecto nunca se llevó a cabo a pesar que existe una delegación «fantasma» que continúa recibiendo recursos públicos. Incluso, Ortega aseguró que «no ha renunciado» al proyecto para construir un canal interoceánico, que fue entregado a la empresa china de Wang Jing hace varios años y cuyas obras no se vislumbran. En la planificación original, el canal debía ser inaugurado en 2020 tras una inversión de 50.000 millones de dólares.
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