«Chin chinga la burra chinga«, fue el último grito de protesta que hizo Violeta Granera Padilla contra oficiales de la Policía Nacional que se tomaron la casa de la aspirante presidencial Cristiana Chamorro, acusada por el supuesto delito de lavado de bienes y activos.
Fue un tres de junio a eso de las diez de la mañana, cuando Violeta Granera junto a «un grupo de mujeres amigas de Cristiana» abordo de alrededor de diez carros, tomaron la iniciativa de hacer un «piquete» (protesta) contra el arresto domiciliar de la aspirante y «desafiando a los antimotines» que rodeaban el frente de la casa de la ex directora de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro.
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«Todos para uno, y uno para todos«, repetía la opositoras mientras recordaba a los presos políticos que aún están en «las mazmorras» (cárceles) y los que continuarían siendo detenidos, sin imaginar que ella sería la próxima «secuestrada» en medio de una ola de arrestos violentos iniciados contras líderes opositores de Ortega-Murillo.
El padre de Violeta fue asesinado por la guerrilla sandinista
Violeta Mercedes Granera Padilla nació en 1951, es socióloga graduada de la Universidad de Niza en Francia, y madre de 5 hijos. Dos de ellos actualmente en el exilio desde 2018 por hostigamiento y persecución política.
Granera Padilla proviene de una familia liberal, su padre Ramiro Granera, fue senador en la década de 1970 durante la dinastía Somocista. Fue asesinado en 1978 por la guerrilla sandinista, un año antes de que tomaran el poder en Nicaragua en 1979.
Tras este acontecimiento, Granera Padilla junto a su familia se trasladaron al exilio en Guatemala, donde participó de la fundación de la Asociación de Mujeres Nicaragüenses, de carácter humanitario y en apoyo a migrantes.
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En 1990 regresó a Nicaragua cuando el país iniciaba un cambio de gobierno bajo la administración democrática de Violeta Barrios de Chamorro, quien ganó las elecciones presidenciales en ese año.
Según datos recogidos por su familia, Granera Padilla inició a trabajar en organizaciones que colaboraron para la «pacificación» del país y una cultura de defensa a los derechos humanos, luego que Nicaragua permaneciera por más de una década bajo militarización y asedio político.
Granera inicia su trayectoria política
Desde ese momento, Granera Padilla ha sido una férrea defensora de la democracia y de los derechos humanos universales. Por ello, entre 1995 y 2002 asumió la dirección ejecutiva del Grupo FUDEMOS, y formó parte del Banco Mundial para Nicaragua y Honduras mientras supervisaba proyectos sociales.
Durante este tiempo, la feminista María Teresa Blandon, tuvo la oportunidad de conocerla más de cerca y la describe como una iniciadora de «espacios de debates» y sin fanatismo.
«Yo la conocí a partir de la década de los 90 cuando trabajaba con el Grupo FUNDEMOS, y ya desde entonces Violeta promovía espacios de debates, reflexión, con una mirada plural, es decir, es una mujer que está lejos de todo fanatismo (…) y siempre ha estado interesada en crear coaliciones amplias que aporten al desarrollo de la democracia», dijo Blandon.
En 2006, el Gobierno del conservador Enrique Bolaños nombró a Granera Padilla directora del Consejo Nicaragüense de Planificación Económica y Social (CONPES), una de las instituciones estatales que ahora se declara extinta en el país.
Luego, inició a encabezar marchas y campañas cívicas en contra de los fraudes electorales y a favor de la transparencia cuando asumió la dirección ejecutiva del Movimiento por Nicaragua en 2007. En este organismo Granera Padilla continúo su lucha política contra el gobierno sandinista que empezó a concentrar su influencia en todos los poderes estatales.
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«Violeta viene de una historia bien difícil con el sandinismo de la década de los 80, lo cual no le impidió para nada fomentar alianzas, por ejemplo donde estaba el MRS (Movimiento Renovador Sandinista) ahora UNAMOS, lo cual habla muy bien de su madurez política. Es una mujer que no alimentó sentimientos de odio o espíritu de venganza, ella hace política desde una auténtica vocación democrática y un auténtico compromiso para que Nicaragua salga de estos ciclos de autoritarismo», agregó la feminista.
Granera Padilla fue candidata a la vice presidencia
Para las elecciones presidenciales 2016, Granera Padilla fue candidata a la vice presidencia por el Partido Liberal Independiente (PLI) junto a Luis Callejas como candidato a la presidencia. Sin embargo, la nominación de la opositora duró poco, ya que fue excluida cuando el gobierno a través del Consejo Supremos Electoral (CSE) modificó la personería y la boleta de ese partido.
Tras el inicio de las protestas antigubernamentales en 2018, Granera Padilla participó en la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) en representación del Frente Amplio de la Democracia (FAD). Además fue fundadora de la Coalición Nacional, uno de los bloques opositores más fuertes en el país, y que ha sido desgranado por Ortega tras el inicio de las detenciones de sus líderes.
Debido a su interés por ver un cambio social y político en el país, a sus 68 años de edad Granera Padilla fue detenida por primera vez en su vida la noche del pasado 11 de junio por agentes de la Policía Nacional.
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Y fue hasta 80 días después que tuvo visitas en el Complejo Policial Evaristo Vásquez mejor conocido como el “nuevo Chipote” en Managua.
Según su hijo Julio Sandino Granera, graduado en arquitectura, Granera Padilla es sometida a constantes interrogatorios ocasionando afectaciones psicológicas. Su madre es paciente diabética, desde que está detenida ha bajado alrededor de 20 libras de peso, es decir «está muy delgada».
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Además, es sometida a dormir en una cama de concreto, y debido al frío le toca usar una colchoneta para cubrirse del clima fresco, ya que no tienen las condiciones de abrigo para calmar el frío.
Sandino Granera sostuvo que su mamá mantiene el tratamiento médico tras revisión de un doctor de planta dentro del reclusorio. Sin embargo, dada las condiciones en las que se encuentra, aún cree «en la continuidad de la lucha» que inició en abril de 2018.
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