“Mi papá era mago, apenas nací se desapareció”, fue la ocurrente frase con la que Alberto González Téllez, de 54 años de edad, graduado de la carrera de periodismo y comediante de vocación, se refirió a su padre, quien nunca se ocupó de él ni de sus otros siete hermanos. A sus tres años, ya acompañaba a su madre, María Elena Téllez, a los mercados capitalinos, quien se dedicaba a vender productos para llevar sustento a su familia.
Parte de esos recuerdos de una infancia precaria y melancólica, motivaron a González Téllez, a continuar su profesión como periodista y vestirse de payaso y dedicarse al noble oficio de hacer reír a los niños.
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“Recuerdo que cuando yo iba a la escuela mi camisa ya no era blanca, sino que era un colador de color café, ya que debía pasar por cada uno de mis hermanos, y yo era el octavo”, relató.
Junto a su esposa Fátima, con quien tiene 9 años de relación, González Téllez decidió continuar con la comedia como una pasión que nació desde 1994 cuando fue invitado por primera vez a un evento donde debía recibir a los niños.
«Yo nunca tuve esa alegría, ahora la veo en los niños y eso me hace feliz», dijo González Téllez.
De contar noticias a contar chistes
Fue uno de los pocos estudiantes que concluyó la carrera de periodismo en la Universidad Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (UCYT), creó su propia revista informativa impresa a la que llamó “El Guardabarranco” con un enfoque cultural, y pese a ello nunca se vio limitado a desarrollar sus habilidades artísticas, incluso, reveló que nunca llegó a sentir «vergüenza» por este noble oficio.
Con el nombre de Globlito, que luego cambió a Globitín, González Téllez se convirtió en un payaso muy carismático que se ganó el corazón de los niños, por lo cual decidió construir su pequeña empresa de artes que llamó “La Casa de Micky Mouse” y la cual hoy en día ofrece animaciones, show de títeres, show de payasitos, pintacaritas, entre otros.
A pesar que su revista impresa -la cual pasó a formato digital en 2021- creció exponencialmente desde 1996 al recorrer las emisoras América, Pirata, Mega Radio, Éxito, entre otras, continuó con su otro proyecto de vida como comediante.
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González Téllez es padre de tres hijos, mayor de edad y paciente cardiorrespiratorio como secuela de haber padecido el coronavirus en dos ocasiones y que casi le cuesta la vida, sin embargo, asegura que no dejará de trabajar para los niños vistiendo de payasos.
“Me gusta trabajar con niños porque la alegría que nosotros no tuvimos, me gusta verla reflejada en ellos”, manifestó González Téllez, y agregó que en más de una ocasión le ha tocado «llevar alegría a los niños, sin antes haber comido».
La pandemia detuvo las contrataciones como animador de show
Pero no todo ha sido felicidad para este matrimonio de comediantes, puesto que debido a los estragos de la pandemia, en 2021 solo recibieron cinco contrataciones que en comparación a años anteriores resulta deficiente para su economía.
Por esa razón, han tenido que “rebuscar” la manera de sobrevivir impartiendo clases de reforzamiento a estudiantes de primaria y secundaria, mientras continúa trabajando de forma paralela en el proyecto de su revista digital.
Por su parte, Fátima decidió aceptar la propuesta de impartir clases como sustituta en un colegio público, mientras logran recuperar las contrataciones que han perdido en los últimos años por la pandemia y la crisis económica.
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