Cuando Rubén Darío se encontraba en Europa como corresponsal del diario argentino La Nación y se dispuso a escribir «Salutación del Optimista», probablemente jamás se imaginó que más de un siglo después su poema sería cancaneado por un caudillo autoritario que gobernaría la tierra que lo vio nacer bajo un férreo control policial.
Este poema se encuentra publicado en la obra de Darío Cantos de Vida y Esperanza, publicada a inicios del siglo XX y retomada por Daniel Ortega el pasado 11 de enero para despotricar contra el «imperio norteamericano». La imagen de Darío, sus obras, su legado y el valor que representa el poeta para la literatura hispana han sido constantemente manipulados y en ocasiones ridiculizados por los gobiernos de turno, y el de Daniel Ortega no ha sido la excepción.
La vicepresidenta y vocera gubernamental Rosario Murillo, en cada una de sus diatribas de medio día también suele mencionar al poeta como si fuera su hermano, lo llama solo por su nombre, «Rubén» y lo acompaña de Sandino para decir que Nicaragua es la patria de ellos, además de todo el santerio y vírgenes de la Iglesia Católica que Murillo invoca en cada uno de sus discursos.
El falso catolicismo de Rosario Murillo
Los manuscritos de Darío para Hugo Chávez
El presidente Ortega incluso le regaló en 2007 el Patrimonio Cultural de la nación al fallecido ex presidente de Venezuela Hugo Chávez, materializado en dos manuscritos de Rubén Darío. El artículo 6 de la Ley 333, Ley Para la Protección y Promoción de la Obra de Rubén Darío precisamente establece que toda la obra del poeta es considera como Patrimonio Cultural, Artístico e Histórico de la nación.
Tras la fuerte crítica nacional e internacional que despertó el obsequio de Ortega a Chávez, el mandatario nicaragüense se excusó en un discurso público que «parece que hasta ahora algunos descubrieron que existen los manuscritos de Darío. Ahora que le llevé al presidente Chávez dos poemas manuscritos de Darío, dedicados a Simón Bolívar, (…) parece que ignoran que los manuscritos de Darío, por la grandeza misma de Darío, están por todo el mundo”.
“¿Qué mejor lugar, para esos escritos de Darío, que la República bolivariana de Venezuela, la patria de Simón Bolívar?, estoy seguro que Rubén está contento en este momento, desde el Cielo está contento”, justificó Ortega y señaló que en otros países como España, Argentina, Chile y Estados Unidos también se encuentran obras manuscritas de «El Nicaragüense Universal de los Siglos«, a como declara la Ley 333 a Rubén Darío.
Ortega también indicó que “estamos haciendo una colección de todo lo que escribió Darío sobre Bolívar», aunque no mencionó si los manuscritos de esa colección también serían regalados a Venezuela.
De secretaria del mártir de las libertades públicas, a una censuradora: La metamorfosis de Rosario Murillo
Años más tarde, en 2016, el escritor Edwin Sánchez defendió la iniciativa de Ortega de ofrendar el Patrimonio Cultural de la nación a su aliado político. «Quisiera ver cuál sería la reacción local si en vez de ser Chávez el destinatario de tan inusual regalo hubiera sido el presidente George W. Bush, en el entendido de que sería un buen signo de las relaciones que la nueva administración pretende establecer con los Estados Unidos» expresó Sánchez a través de un artículo publicado en El 19 Digital.
El escritor también menciona que en los anaqueles de la Biblioteca Widener, de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos «se encuentran no una ni dos originales, sino hasta buena parte de la biblioteca personal del creador», y que hasta la fecha Nicaragua no ha recibido un solo centavo por derechos de autor.
«Nicaragua no ha recibido un solo centavo por los derechos de autor. Nadie se ha preocupado por tutelar este magnífico bien. Si nuestro país fuera desarrollado, bueno, que el resto del mundo comparta uno de nuestros mejores tesoros. Pero nunca hemos estado en condiciones económicas tan solventes como para entregar algo tan valioso sin recibir nada a cambio», apunta Sánchez.
Admiración vacía para Rubén Darío
Mientras en otros países se enaltece al príncipe de las letras castellanas, en Nicaragua se conoce muy poco de su obra. El sistema educativo está obligado por la contemplado en el artículo 14 de la Ley 331 a incluir en los planes de estudio escolares el estudio e investigación sobre la obra de Darío, pero este no deja de ser muy superficial.
«El Ministerio de Educación, Cultura y Deportes deberá establecer en los programas de enseñanza, el estudio y la investigación de la obra dariana, así como la promoción y respeto a la imagen de Rubén Darío» señala la norma citada y para la poetisa Gioconda Belli, «aquí se le brinda una admiración vacía y vacua a Rubén Darío».
Belli menciona que hay autores que le han dedicado pensamientos y obras a Darío como Edelberto Torres Espinosa, quien escribió una biografía del poeta titulada «La dramática vida de Rubén Darío», o el ex vicepresidente y escritor Sergio Ramírez que en varias de sus obras también enaltece al poeta.
Movimiento Dariano: «verguenza nacional» que Ortega y Murillo manipulen al poeta Rubén Darío
«Rubén tiene muchísima dimensión, mucho más grande y profunda de la que los gobiernos que lo han ocupado como muñeco conveniente han sabido respetar y darle su lugar» indica Belli quien también lamenta que en la propia tierra de Darío se conozca muy poco sobre él y su obra.
Según la poetisa, para recordar a Darío se usa la parte menos notable y suele invocársele con imágenes de cisnes o jardines «que no son una aberración de Rubén Darío pero que no son lo mejor de Darío (…) aquí lo que se enaltece es que nació en Metapa, que fue pobre, que fue un niño prodigio, pero no se profundiza en el conocimiento de Darío, lo cual es una lástima»
Sin embargo, para Gioconda Belli la burla más grande que se le pudo haber hecho a Darío fue cuando se ocupó su ciudad, su fecha de nacimiento y su casa convertida en museo para que la Asamblea Nacional en una sesión especial aprobara la imposición de la Cadena Perpetua para nicaragüenses que cometan lo que el gobierno considera como crímenes de odio. El hecho para Belli fue «tan antipoético, tan contrario al humanismo y a los valores que Rubén Darío exaltó».
You must be logged in to post a comment Login