Para muchas niñas y niños es cada vez más común el uso de las redes sociales. A una edad cada vez más temprana piden un teléfono inteligente a sus padres o familiares que muchas veces pasan inadvertidos el tipo de riesgos a los que se enfrentan sus hijos con estos aparatos. Muchos usuarios navegan por las redes para acosarles sexualmente y por lo general, usan mensajes por Facebook para contactarlos.
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En el año 2016, hubo un caso que trascendió a los medios de comunicación cuando los padres de familia de tres estudiantes de una escuela privada en Rivas señalaron a dos maestros de sus hijos de cometer abuso sexual y acoso a través de la esa red social.
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De acuerdo con la información que registró El Nuevo Diario, los dos maestros daban clases en el colegio «Nuestra Señora de Fátima«. Según los denunciantes, los docentes utilizaban las redes sociales supuestamente para pedir a sus estudiantes que les enviaran fotos desnudos o masturbándose, y añadían mensajes de texto acosándolos.
«Después los invitaban a comer raspados u otras cosas y terminaron violando a uno», comentó, Pedro Ruiz, padre de uno de los niños que denunció haber sido acosado a través de mensajes en las redes sociales.
Expuestos a los «depredadores»
Imelda Torres, psicóloga clínica con especialidad en psicología forense y violencia intrafamiliar, asegura que los niños mediante el uso de las redes sociales están expuestos al ciberacoso, a los «depredadores» y a material sexual y violento. Afirma que estas personas buscan a los niños y le hablan como si el acoso fuera un «juego de entretenimiento»: «vamos a guardar un secreto, enséñame tus partes privadas«, son parte de los argumentos para incitar a los menores de edad a facilitar lo que solicitan, según la experta.
De acuerdo a la opinión de la psicóloga, los padres «tienen que activar el control parental, una función que traen los dispositivos donde evitan que entre material sexual o no apto para los niños», y sugiere que estén pendientes de lo que los niños ven en las redes sociales.
Desarrollar confianza plena
También sugiere que los padres establezcan una comunicación de confianza con los hijos para que estos sientan la libertad de contar cuando experimentan situaciones de abuso o acoso.
El mes de julio del año 2016 –meses después que los padres denunciaron a los dos docente en Rivas– el Colegio Aldeas SOS de Managua informó que una de sus estudiantes de primaria, una niña de 10 años, tuvo la valentía de denunciar al profesor Henry Cáliz por acoso sexual.
Según la denuncia de la Fiscalía, la estudiante era acosada por el docente quien le enviaba mensajes de texto e imágenes obscenas a su teléfono móvil. La niña expresó a su papá con mucha confianza lo que estaba sucediendo. Este creó una cuenta ficticia de su hija en Facebook para corroborar el acoso, lo que sirvió para denunciarlo. Al menos 95 imágenes de contenido pornográfico fueron enviadas y esto formó parte de las evidencias que permitieron una sentencia de culpabilidad.
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«Tiene que encontrar en la casa ese grupo de apoyo que esté en el papá y la mamá», enfatizó la psicóloga. «Todo padre de familia tiene la obligación de revisar el teléfono de los niños para evitar cualquier» comunicación con adultos, insiste la especialista.
Sin límites, aumenta el riesgo
Torres llama a los padres a tomar consciencia ya que está en sus manos que el niño se convierta en un «adicto» a las redes sociales y sostiene que los infantes están probando los límites de sus padres.
«Si el padre pone las reglas y se cumplen, ese niño está mentalmente y físicamente protegido, pero tienen que tomar consciencia los padres de que no se está haciendo nada y están promoviendo al entregarle la crianza de su hijo a un aparato electrónico, y al dar el mal ejemplo: se están durmiendo de madrugadas porque están con el teléfono, no están hablando con sus hijos por estar con el teléfono», critica la especialista.
La experta aconseja a los padres de familia tomar en serio el uso de las rede sociales de los niños. «Abusadores y pedófilos están invadiendo las redes de sus hijos y necesitamos un vigilante permanente. Una línea de comunicación abierta mediante el ejemplo y la comunicación podemos lograr que nuestros hijos identifiquen el peligro e inmediatamente nos comuniquen que alguien está queriendo obtener imágenes de ellos», recomendó.
Consecuencias cuando se abandona los estudios por las redes sociales
Por otro lado, Cefas Asensio Flórez, especialista en educación y desarrollo humano, afirma que hay diferentes estudios que demuestran, en primer lugar, que una sobreexposición a los dispositivos tecnológicos es perjudicial para la niñez. «Limita el desarrollo del coeficiente intelectual, especialmente cuando no hay un acompañamiento pedagógico, ya que el cerebro termina por mecanizarse», expone.
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También señala que la sobreexposición tecnológica pone en riesgo la estabilidad emocional de los niños, ya que no logran interpretar por sí mismos los mensajes de imágenes y videos. Evidentemente, «si hay acompañamiento pedagógico, docentes que orienten los sitios y los ejercicios, faciliten las reflexiones y manejen los tiempos, esto será una experiencia de aprendizaje efectivo».
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