A pocas semanas de transcurrir la celebración de La Gritería, una de las más grandes festividades religiosas del país, el padre Antonio Saballos, párroco de la iglesia Corpus Christi, en Villa Libertad, dijo a este medio que seguirán tomando las mismas medidas orientadas el año pasado por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) mientras las autoridades eclesiásticas no indiquen lo contrario.
En 2020, la jerarquía católica nicaragüense suspendió la celebración oficial de La Gritería debido al impacto de la pandemia de la COVID-19 en el país, sin embargo, devotos de la purísima se arriesgaron a celebrar el tradicional evento religioso, que moviliza a miles de nicaragüenses para cantarle a la Inmaculada Concepción de María.
La COVID-19 vuelve a surgir y se prevé una tercera ola de contagios. ¿Qué tomar en cuenta?
«Para este año la pensamos hacer normalmente haciendo el altar, exponiéndolo al público, y si la gente llega a repartir pues que lo haga, pero no estamos haciendo nada pomposo en el sentido de que la gente llegue, porque hay muchos que no se están cuidando (contra la enfermedad)», aseguró el sacerdote.
Al ser cuestionado sobre los casos de contagios en la iglesia, dijo que «los hemos superado» y agregó que en su «parroquia siempre se está utilizando el alcohol al ingresar al templo, el uso de mascarilla y lavado de manos».
Otras iglesias, como la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Ticuantepe, dirigida por el sacerdote Yuber Baltodano, continuarán con la celebración de La Gritería de acuerdo a las medidas sanitarias y orientaciones desarrolladas el año pasado, iniciando con la novena a la virgen, y finalizando con el grito a la Purísima el 7 de diciembre.
Extraoficialmente se conoce que algunas parroquias se estarán reuniendo los próximos días para coordinar si habrán cambios o continuarán implementándose las mismas medidas del año pasado.
Hasta ahora, expertos preven una tercera ola de contagios pese a la reducción consecutiva en los casos confirmados por coronavirus en el país. Las actividades decembrinas, y la irresponsabilidad gubernamental al organizar celebraciones masivas cada fin de semana, podría desencadenar un nuevo brote del virus si la población relaja las medidas de salud pública.
El epidemiólogo nicaragüense, Leonel Argüello, reiteró que «no estamos en tiempos normales, y que nos estamos jugando la vida y el riesgo de quedar con daños en la salud» como resultado del contagio de la COVID-19.
«España va por su sexta ola, lo que demuestra que el relajamiento de medidas de prevención hacen posible la continuidad de la epidemia. Todos los eventos que junten familias y personas deben seguir con los protocolos de prevención», recomienda el epidemiólogo.
Altares religiosos valorados en millones de córdobas
Por su parte, el régimen de Daniel Ortega dio inicio este pasado lunes con la instalación de 51 altares a la Purísima que se exhibirán en la avenida de Bolívar a Chavez, en la capital. Según medios oficialistas, los altares deberán estar listos para el próximo 20 de noviembre.
No hay crisis que detenga derroche gubernamental con altares en Managua
Aunque el costo exacto de cada altar no se conoce con exactitud, se estima que algunos llegan a costar 1.5 millones de córdobas. Solo en 2018, en medio de una crisis social y política, la familia presidencial destinó 79.5 millones de córdobas en la instalación de estos altares en la avenida a Bolívar. Este dinero sale del presupuesto de las diferentes instituciones estatales.
De acuerdo al artículo 14 de la Constitución Política de Nicaragua, el Estado «no tiene religión oficial», sin embargo, desde que Ortega asumió el poder en el 2007, el Gobierno se muestran como grandes cristianos y han hecho todo lo posible por congraciarse con líderes de la Iglesia Católica y pastores evangélicos.
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