“Los Diablitos” con su atuendo colorido y “Las Inditas” con sus trajes folklóricos, volvieron esta semana a las calles del municipio de Nandaime, departamento de Granada -al sur de Managua– donde celebraron la tradicional procesión en honor a las imágenes de Santa Ana y San Joaquín, la cual se había suspendido desde hace dos años por la pandemia.
Los festejos religiosos se celebraron el domingo 24 y el lunes 25 de este mes.
A diferencia del ejecutivo encabezado por Daniel Ortega que convocaba a eventos masivos en plena pandemia, la Iglesia católica había tomado la decisión de mantener cancelados los eventos religiosos que atraen a turistas tras reportarse los primeros casos de coronavirus.
Pero paulatinamente se han ido reanudando los eventos religiosos desde abril pasado, cuando la curva de contagios de COVID-19 han ido disminuyendo en el país centroamericano, el cual fue criticado por el secretismo con el que el gobierno mantuvo los casos de coronavirus.
El cardenal Leopoldo Brenes dijo meses atrás que durante los dos años que los católicos no habían podido celebrar con toda la solemnidad las actividades religiosas, señaló que de forma virtual «hemos vivido estos años nuestra cercanía y nuestro encuentro con Jesucristo”.
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Según cálculos del gobierno de Nicaragua, 244 personas han muerto en el país desde el comienzo de la pandemia, pero el independiente Observatorio Ciudadano contabiliza que han sido unos 6.000 los fallecidos a causa del nuevo coronavirus.
Feligreses se desbordan
La reanudación de estos eventos religiosos se dan en medio de los ataques a la Iglesia y la detención de sacerdotes. De hecho, en la localidad de Nandaime fue detenido el Padre Manuel García, quien fue condenado a dos años de cárcel mediante sentencia dictada por el juez local.
El religioso fue encontrado culpable del supuesto delito de amenaza con arma contra cinco personas.
En este contexto, los feligreses salieron a las calles en muestra de apoyo a la Iglesia. Testigos dijeron a la VOA que fue evidente la presencia de policías antidisturbios durante la trayectoria de la procesión el 24 de julio mientras se dirigía a la comarca La Orilla, en Nandaime.
“Buscan cómo evitar que la ciudadanía realice alguna petición de libertad por la detención del sacerdote Manuel Salvador García, que dirigía la iglesia Jesús de Nazareno”, dijo un residente local a la Voz de América vía telefónica, que evitó ser identificado por razones de seguridad.
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En la festividad resaltaron los atuendos típicos de «Los Diablitos», así como de «Las Inditas», quienes danzaron por kilómetros como forma de pagar promesas a las imágenes religiosas locales, que ven como milagrosas.
Alejandro Aguilar, de 42 años, es de los que ha dedicado su vida a bailar en estos eventos religiosos.
Las fiestas patronales en dicha ciudad iniciaron el 16 de julio con la bajada de las imágenes de Santa Ana y San Joaquín. Durante la homilía, los feligreses pidieron oración por los sacerdotes difamados por la administración de Ortega, en especial por el religioso Manuel Salvador García, detenido el 1 de junio.
Otras festividades
Está previsto que este año continúen con normalidad otras festividades religiosas. En agosto se celebrará en la capital nicaragüense las fiestas en honor a Santo Domingo de Guzmán.
En dichas festividades se realizan diversas actividades en honor a la imagen de Santo Domingo de Guzmán.
El gobierno de Ortega autoproclamó como mayordoma de las fiestas religiosas en Managua a la alcaldesa oficialista Reyna Rueda, sin que la decisión recibiera el aval de la iglesia.
“Esta fiesta los managuas la han estado esperando con muchas ansias porque también viene gente de otros municipios a disfrutar estas fiestas que la Alcaldía de Managua siempre está apoyando”, dijo Rueda a los medios oficialistas.
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