El dictador Daniel Ortega mantuvo a Nicaragua bajo terror permanente en 2022, revela el informe anual del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
“En 2022 el régimen Ortega Murillo ha impuesto un estado de terror permanente en Nicaragua a costa de numerosas estrategias represivas, que le permiten permanecer en el poder, aun cuando la voluntad de la gran mayoría de nicaragüenses es su salida y la rendición de cuentas por los crímenes cometidos”, son parte de los principales hallazgos del informe del Cenidh.
Nicaragua cerró el año con otro saldo negativo en materia de respeto a los derechos humanos en base a las leyes nacionales y estándares internacionales, subraya el Cenidh, cuya personería jurídica fue cancelada por el régimen sandinista en el 2018.
La principal arma del dictador
El dictador nicaragüense utilizó «el poder judicial como su principal arma para arrestar y enjuiciar inocentes en los denominados juicios nulos, los que se convertirán en la acción más aberrante y violatoria de derechos humanos en la historia más reciente de Nicaragua», devela el informe.
Cruel y degradante
Ortega también aparece señalado en el informe por su actuación “cruel” “inhumana” y “degradante” contra los más de 230 presos políticos.
“Torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes contra las más de 235 personas presas políticas que están en las distintas cárceles a nivel nacional, contra los que el régimen se ha ensañado violándoles todos sus derechos humanos”, denuncia el Cenidh.
Los prisioneros políticos son tratados como “no personas, al negarles lo más básico para poder vivir, como el agua, la comida, la salud, con el claro objetivo de destruirlos física y mentalmente junto a sus familias”, deplora el informe.
El patrón mafioso de Ortega
El caudillo sandinista, a juicio del organismo defensor de los derechos humanos, ha comenzado a utilizar un patrón mafioso sin precedentes en Nicaragua.
“Apresar a familiares de personas opositoras a las que aún no capturan, exigiéndoles que se entreguen a cambio de poner en libertad a sus parientes, una práctica que utilizan solo las mafias o las peores dictaduras del mundo”, denuncia el informe del Cenidh.
“La Policía, turbas y fanáticos del régimen están organizados para mantener constante vigilancia, hostigar, agredir y amenazar a personas consideradas opositoras en un afán de intimidar y recordar quién tiene el poder y de quién son las calles”, agrega.
Cero libertad de prensa y religiosa
El informe asimismo deplora el casi extermino de la libertad de prensa y religiosa en Nicaragua, tras el recrudecimiento de la represión de parte del régimen en contra las voces críticas de la prensa independiente y de la Iglesia católica en el país
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