Entre el discurso de “amor y odio” de los dictadores de Nicaragua, siempre hay una carta bajo la manga. Mientras los nicaragüenses se alegraban de la liberación de 222 presos políticos el pasado 9 de febrero, Daniel Ortega y Rosario Murillo ya preparaban su siguiente arremetida contra los opositores. Siete días después, confiscaron los bienes de 94 personas más y las despojaron de su nacionalidad.
Sus actos no han sido del agrado ni tan siquiera de los gobiernos de izquierda, pese a que Ortega se muestra como uno de sus abanderados ideológicos.
Tras las últimas acciones represivas del dictador, varios países de la región han tendido la mano a los nicaragüenses desterrados, ofreciéndoles la nacionalidad, y da la casualidad que son del ala «progresista» como Colombia, Chile, México y Argentina.
El opositor Héctor Mairena, miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), refiere que el régimen de los “Ortega Murillo” es una dictadura “a secas”.
“Independiente de las autodefiniciones que ellos asuman, definiéndose de tal o cual forma son una dictadura, que además ha mantenido y mantiene las prácticas más fieles de las políticas económicas neoliberales, todo lo demás que digan en cuanto a su definición es pura demagogia, entonces los gobiernos progresistas, cada vez, al igual que toda la comunidad internacional democrática, se han ido convenciendo que las cosas son así, los Ortega Murillo son una dictadura y superando viejos esquemas, viejos apegos, varios de estos gobiernos y partidos políticos de izquierda han ido repudiando a la dictadura y su permanente violación a los derechos humanos…”, subraya Mairena.
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El pronunciamiento del día jueves de la Cancillería de Colombia, un país gobernado por el izquierdista Gustavo Petro, de acuerdo a Mairena fue una declaración contundente al expresar “su repulsión por las arbitrariedades de la dictadura de los Ortega Murillo».
«Además sienta un precedente que hasta ahora nadie, ningún gobierno había dicho y es que la dictadura de los Ortega Murillo es susceptible de ser llevada a la Corte Penal Internacional y plantea una puerta para eso, sienta un precedente importantísimo y además refleja la voluntad, la certeza de este gobierno que la dictadura tiene que pagar por sus crímenes, los Ortega Murillo tendrán que rendir cuenta ante la justicia nacional e internacional por sus crímenes”, añade el opositor.
Sacudió las conciencias
Por su parte Napoleón Campos, especialista salvadoreño en Relaciones Internacionales, integración regional y migraciones, expone que de ningún proyecto tiránico en Centroamérica, de los que están en proceso, se esperaba este nuevo paso que dio.
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“La que yo llamo la tiranía líder de la región, que es la de Daniel Ortega, de excarcelar y desterrar y expropiar el patrimonio de 222 paisanos y paisanas nicaragüenses, y luego una lista adicional de quienes ya habían salido del país, nadie se esperaba que este paso iba por fin a sacudir las conciencias de gobernantes, de ministerios de relaciones exteriores y de congresistas que presionaron para que se dieran estas expresiones que algunos dicen que divide a la izquierda que gobierna en América Latina y El Caribe en estos momentos, pero yo creo más bien que se trata de gobernantes de turno que aún se sienten comprometidos en mayor o en menor medida con los principios y valores democráticos”, manifiesta.
Un asunto de democracia versus tiranías
Campos menciona que todas esas atrocidades y esos abusos de la dictadura sacudieron las conciencias.
“En ese sentido justamente estas reacciones, a partir de que España ofrece la nacionalidad a estos excarcelados y desterrados, y que vemos ayer con asombro inicial el fuerte comunicado del ilustrado gobierno de Colombia, yo creo que más que hablar, creo que estuvimos siempre y seguiremos siempre del lado de la razón cuando afirmamos que no se trata de izquierda o derecha, sino que se trata de democracia o tiranía, de democracia o autoritarismo, de democracia o dictadura”, manifiesta el experto salvadoreño.
Así mismo, reflexiona y apunta que “esto nos lleva a pensar en el marco de la gran crisis de la política internacional, a un año de la cobarde agresión de vladimir Putin contra el pueblo de Ucrania, que los cercos se seguirán estrechando contra los tiranos en todas las latitudes, incluyendo los proyectos tiránicos en Centroamérica”, añade.
Hay que apuntar que en su comunicado del jueves el gobierno de Colombia llamó «al mundo entero a que reaccione» ante Daniel Ortega.
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