Constantemente el régimen de Daniel Ortega hace alarde de supuestos acuerdos con Rusia, China e Irán, países con los que Estados Unidos, mayor socio comercial de Nicaragua, tiene serias diferencias.
Recientemente medios oficialistas informaron que el embajador de Nicaragua en Irán, Isaac Bravo Jaen, se había reunido con Rasool Jalill, rector de la Universidad Sharif en Teherán para “establecer el inicio de los lazos de colaboraciones académicas” entre dicho centro de educación terciaria y las universidades de Nicaragua.
Para nadie es un secreto que el régimen ha pretendido afianzar estas relaciones con estos y firma acuerdos que son anunciados con bombos y platillos, pese a que nunca se llevan a la práctica. pero quizá la finalidad de la dictadura es tratar de mostrarse fuerte y acuerpada por gobiernos enemigos de Estados Unidos.
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“Sombrerazos de la dictadura”
A criterio del economista y analista político Enrique Sáenz, estos “lazos” con la universidad Sharif “no significan nada” y no son más que “sombrerazos de la dictadura para apantallar y presumir de alianzas con enemigos de Estados Unidos”.
Los posibles acuerdos con Rasool Jalill, director del centro de educación terciaria iraní, tienen un aspecto muy importante de destacar. La universidad Sharif estuvo ligada a “actividades de adquisición ilícitas de tecnología nuclear de Irán” en 1990, según un reporte de Reuters.
Nicaragua no tiene las condiciones
Al tomar en cuenta que dicha universidad está ligada a temas nucleares y que los medios oficialistas del régimen de Nicaragua la describen como “prestigiosa y líder” en “ciencia y tecnología”, coincidiría con las ideas del régimen Ortega-Murillo de generar energía nuclear. Proyecto muy poco probable, a criterio de Enrique Sáenz.
“Para que pueda darse una colaboración real en esta materia Nicaragua necesita una infraestructura tecnológica y de recursos humanos con capacidad para servir de contraparte a investigaciones y desarrollo de proyectos. Y en Nicaragua hasta se eliminó la carrera de Física de las universidades, lo que se ofrece ahora es como una rama de ciencias de la educación”, explica Sáenz.
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Al igual que ha pasado con proyectos como el gran canal interoceánico, la hidroeléctrica Tumarín o el puerto de aguas profundas en el Caribe, el analista ve improbable que algo relacionado con energía nuclear se pueda dar en Nicaragua, pues “no hay un solo físico nuclear, ni un solo laboratorio, ni existe como carrera, ¿cómo vamos a creer que esto es serio?”, indica el analista.
“Lo que sí puede hacer la dictadura, en su actitud demencial, es que los iraníes instalen algún mamotreto de laboratorio, bajo su control, para dar visos de credibilidad a lo que no es más que una patraña de la dictadura”, afirma Enrique Sáenz.
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