Urnas Abiertas señaló a los partidos políticos de Nicaragua de ser «funcionales» al régimen Ortega Murillo, a través de un «sistema de pactos, repactos y prebendas» que se acomodan para que la pareja presidencial se mantenga en el poder.
«La mayoría de los partidos políticos que dicen ser opositores han demostrado ser funcionales al régimen nicaragüense», señala el observatorio independiente.
Además, recuerda el papel que ha desarrollado el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) desde el pacto entre el caudillo sandinista Daniel Ortega y Arnoldo Alemán en 1998, que le facilitó al Frente Sandinista el retorno al poder en el 2007, a través de reformas electorales y de la Constitución Política.
La advertencia de la expresidente Violeta Chamorro contra los pactos sigue más viva que nunca
«Quizás la historia de colaboracionismo más fiel y longeva es la que ha mantenido el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), pero con el tiempo el oficialismo ha ampliado y perfeccionado su sistema de pactos, re pactos y prebendas para que otros agentes de la política institucional sean parte de la destrucción del sistema político y electoral del país a cambio de beneficios mínimos e insignificantes», critica Urnas Abiertas.
La organización agrega que en este nuevo contexto, los partidos políticos han instaurado un sistema de «colaboracionismo» debido a los constantes «pactos y alianzas por debajo de la mesa, entre funcionarios y representantes de partidos opositores con el régimen orteguista».
Montos millonarios repartidos entre la oposición «funcional»
De cara a las votaciones municipales programadas para noviembre del 2022, se tiene previsto que el régimen reparta más de 450 millones de córdobas entre los partidos políticos que participarán en el proceso «sin condiciones ni garantías democráticas».
Para Urnas Abiertas, los partidos políticos únicamente cumplen con el papel de ser «funcionales» al régimen Ortega Murillo, ya que «se conforman con la anulación del 4% mínimo de votos adquiridos para acceder al reembolso por la campaña electoral y dejan en evidencia que su vocación tiene de todo menos de democrática».
Subraya que el silencio de los partidos políticos busca un reacomodo y favores dentro de las instituciones públicas, tales como la Asamblea Nacional donde la pasividad de los partidos «opositores» hacia las violaciones a los derechos humanos les garantiza una curul, «un salario y beneficios».
Urnas Abiertas señala que uno de los casos «más paradigmáticos es Wilfredo Navarro». «Tal parece que la afinidad entre la corrupción y el autoritarismo es más alta que cualquier valor ideológico. La participación pasiva de los partidos colaboracionistas en la Asamblea, con momentos de débil oposición, abstenciones e incluso votos a favor de las iniciativas sandinistas; ha develado su complicidad con la dictadura en el sostenimiento de la fachada democrática que intentan sostener», reprocha la organización.
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