El sacerdote Óscar Benavides, párroco de la iglesia Espíritu Santo del municipio de Mulukukú fue arrestado el pasado 14 de agosto por Policía tras salir de una misa. Ahora ha sido formalmente acusado de los supuestos delitos de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional», conocido como «traición a la patria», y de «propagación de noticias falsas».
El sacerdote ya fue remitido a juicio oral y público por la jueza del Juzgado Décimo de Distrito Penal de Audiencias de Managua, Gloria Saavedra Corrales, durante una audiencia inicial celebrada el 6 de octubre.
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De acuerdo a Despacho 505, Saavedra «dejó a consideración» de la nueva jueza del caso la fecha del inicio del juicio.
Manuel Rugama, fiscal acusador
El medio de comunicación informó que el fiscal acusador fue Manuel Rugama, de la Unidad Especializada Contra Delitos de Delincuencia Organizada (UECDO). Este manifestó que cuenta con las “pruebas suficientes y pertinentes” contra el sacerdote.
Rugama ha sido señalado por los opositores de ser un verdugo de los presos políticos.
Ola de arresto de sacerdotes
La Iglesia católica de Nicaragua sufre actualmente uno de sus momentos más difíciles, tras el encarcelamiento de varios sacerdotes críticos con el régimen de Daniel Ortega, entre estos el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
El último sacerdote arrestado ha sido el padre Enrique Martínez, de la iglesia Santa Martha, de Managua. A este religioso los policías lo sacaron con lujo de violencia de su casa el pasado 13 de octubre y lo trasladaron a la cárcel.
El 28 de septiembre en un acto de la Policía Nacional, Daniel Ortega tachó a los sacerdotes de «golpistas» y acusó a la Iglesia católica romana de ser la «dictadura y la tiranía perfecta».
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