La actual vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, se lanzó hoy contra la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, quien gobernó Nicaragua a inicios de la década de los 90.
Murillo se refirió específicamente a la venta del ferrocarril por parte de la administración de Barrios y a las privatizaciones de la época y llamó a «no olvidarlo nunca».
«¿Quién desapareció el ferrocarril?, no lo olvidemos nunca, ¿quién privatizó?, hasta el agua quisieron privatizar, no lo olvidemos nunca, por eso siempre decimos aprendidos, estamos aprendidos, hemos aprendido, sabemos optar, sabemos elegir porque sabemos y conocemos la diferencia entre un pasado de oscuridad absoluta, y de negación del amor, un pasado de insolidaridad» declaró la también portavoz del gobierno a través de su alocución de mediodía.
Murillo continuó lanzando críticas al gobierno de la UNO sin mencionar directamente a doña Violeta y aseguró que «ellos suspendieron la educación gratuita en el país». No obstante la funcionaria olvidó por completo mencionar el colapso económico al que fue sometido el país durante la administración sandinista.
«¿Quién quitó la educación gratuita que la revolución había garantizado?» se preguntó Murillo, y llamó a los nicaragüenses a «no olvidar» el hecho.
Luego la funcionaria se quejó, como ya viene siendo común, de lo que ella llama agresiones extranjeras y «crímenes de odio». Según Murillo, su gobierno ha sido víctima de «agresiones» de parte de la oposición.
«Hemos salido adelante en medio de las adversidades de todo tipo, de las agresiones de todo tipo, en medio de odios en nuestros tiempos recientes, hemos avanzado, hemos aprendido, estamos aprendidos y sabemos que lo único que puede llevar a un pueblo hacia adelante es el amor, el odio, los crímenes, la envidia, las arrogancias, las exclusiones, nunca, con odio nunca más».
De acuerdo a la primera dama, el odio y la destrucción son obra de sus adversarios y «cada vez que vemos esos rostros (en referencia a sus oponentes), que sembraron destrucción, crímenes, desgracias, retroceso, en esta Nicaragua que es de Dios, que es de paz, que es de bien, cada vez que lo vemos sabemos que con odio nunca más, lo repetimos, lo afirmamos, nadie les cree» dijo la esposa de Ortega, porque “nadie puede creer a destructores».
Ese «sufrimiento que nadie puede olvidar en esta Nicaragua bendita, con odio se crea sufrimiento, dolor, desaprobación total a quienes lo promueven como arma letal» continuó.
En un intento por explicar el proceso de privatización que vivió Nicaragua en 1990, el fallecido funcionario de la UNO, Antonio Lacayo, dijo que «la situación de deterioro en que se encuentran muchas de estas empresas (estatales), y la virtual imposibilidad por parte del gobierno de capitalizarlas, para que le puedan hacer frente al futuro, hace que el proceso de privatización tenga que ser acelerado.»
«Un proceso de ajuste económico fuerte y profundo hace que los recursos del Estado tengan que destinarse a prioridades superiores y no al reforzamiento económico de las empresas, razón por la cual, si no es mediante la privatización, estas empresas terminarían colapsadas» comentó Lacayo en una publicación de la revista Envío.
El proceso de privatización en Nicaragua ha sido criticado desde entonces por parte de simpatizantes del Frente Sandinista y ha sido utilizado por Daniel Ortega en diversas campañas políticas.
Violeta Barrios de Chamorro gobernó Nicaragua entre 1990 y 1997. A Barrios de Chamorro le tocó emprender un proceso de reconciliación nacional como consecuencia de la guerra civil entre contras y sandinistas de los años 80.
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