El lunes 23 de enero el Banco Central de Nicaragua (BCN) anunció el establecimiento de una nueva tasa de deslizamiento del tipo de cambio del córdoba con respecto al dólar, pasando de un 2 % a un 1 % a partir del 1 de febrero.
Según la autoridad monetaria, la nueva medida “ayudará a compensar en nuestra economía los efectos de la inflación internacional y reforzar la previsibilidad del tipo de cambio nominal, fortaleciendo así la estabilidad de la moneda nacional”.
Sin embargo, al igual que en diciembre de 2020 cuando se hizo la transición del 3 % al 2 %, la medida tiene impactos positivos y negativos, y afectará a unos sectores, pero aliviará ciertas cargas para otros, lo que según el economista Enrique Sáenz se traduce en “que ahora por cada dólar te van a dar menos córdobas” y que con esta medida el Banco Central lo que busca es presentar una economía “estadísticamente robusta”.
¿Quienes serán afectados?
El espectro de los afectados es amplio, va desde los jubilados, el que recibe o envía remesas, quienes ganan en dólares, ahorrantes y hasta exportadores. Si bien la medida causará un impacto de entrada, el economista Marco Aurelio Peña, espera que con el paso del tiempo esto ayude a “mitigar o paliar un poco la pérdida del poder adquisitivo ante el alza generalizada de los precios”, tal como lo estima el BCN.
En primera línea, se verán afectados aquellos que reciben remesas en dólares desde el exterior, quienes notarán que su poder adquisitivo ha mermado y tendrán que pedir a sus familiares que le envíen más dinero para cubrir sus necesidades básicas.
Otro grupo afectado son los 300 mil pensionados, quienes ya no verán un ajuste del 2 % en sus pensiones como concepto de mantenimiento de valor, esa cifra pasa al 1 %. Ante esto, Enrique Sáenz expresa que a estos se les está “castigando y los están obligando al hambre”. En tanto, Marco Peña agrega que el impacto será “negativo en un primer momento”, pero una vez que la medida se internalice esperaría que al comprar productos dolarizados, los jubilados sientan menos el golpe en la relación del cambio.
“Salen relativamente perjudicados todos aquellos que ganen en dólares y los receptores de remesas monetarias, también los profesionales que gana en dólares como freelance, los consultores, profesionales independientes y colaboradores de call center”, explica Peña.
En caso de quienes tienen cuentas bancarias en córdobas y reciben un porcentaje diario por mantenimiento, Enrique Sáenz expone que va a tener un impacto “porque no hay correspondencia entre la tasa de carestía de la vida y la tasa de cambio”. Agrega que estos cambios realizados por el BCN son cuestionables, pues tras el cambio del 3 al 2 % de 2020 no hubo muestras de mejora; el precio de la canasta básica, tan solo en 2022 aumentó un 17 % y los 23 productos alimenticios de esta alcanzaron una subida de precios del 22 %.
“Los más perjudicados, como de costumbre son los más vulnerables, sin que esto realmente haya demostrado que es efectivo para reducir la inflación, tal como se demostró en el 2022, que la inflación más alta de Centroamérica fue la de Nicaragua”, afirma Sáenz.
Si el tema es llevado a nivel macroeconómico, unos podrían verse afectados y otros beneficiados. En este sentido, los exportadores percibirán menos ganancias por sus ventas al exterior, lo que según Enrique Sáenz, tendrá “repercusión en las exportaciones”, pues al “recibir menos córdobas, tengo menos incentivos para invertir en ampliar la producción”. Lo que significa otro problema si tomamos en cuenta que miles de nicaragüenses que hacían labores de campo han migrado a otros países en busca de mejores oportunidades.
Los beneficiados
“Quienes saldrían relativamente beneficiados, son todos aquellos que ganan en córdobas porque el córdoba se está revaluando, todos aquellos que hayan adquirido o vayan a adquirir deudas y obligaciones dolarizadas con las entidades bancarias, de hecho, el mantenimiento de valor de los bancos ahora va estar sujeto a una tasa de deslizamiento menor… salen relativamente beneficiados los importadores porque ahora van a pagar menos córdobas, van a importar más barato los bienes manufacturados y los bienes provenientes del sector externo”, detalla Marco Aurelio Peña.
Enrique Sáenz cuestiona la nueva medida tomada por la autoridad monetaria para “controlar la inflación”, pues a su criterio, los cambios en el deslizamiento de la moneda no han servido de mucho. “En el 2022 la inflación en Nicaragua fue la más alta de Centroamérica y ya le habían bajado al deslizamiento del 3 al 2 % (2020) y en consecuencia no sirvió esa medida cambiaria para reducir la inflación, ¿por qué va a servir en esta oportunidad?”.
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¿Un nuevo esquema de política monetaria?
En este mismo sentido, el economista Marco Aurelio Peña, expone que el sistema “crawling peg o sistema de minidevaluaciones preanunciadas”, ya “cumplió su función”, pues estabilizó macroeconómicamente al país y sirvió de ancla nominal de precio, pero ahora que nos enfrentamos a una “inflación galopante” del 11 %, es probable que se dé un paso adelante a una estrategia o un esquema de política monetaria.
A lo que Peña se refiere es que estas nuevas medidas que se vienen adoptando desde que Ortega llegó al poder en 2007, son una especie de “ensayo” y está en la búsqueda de condiciones “para contemplar un régimen cambiario de flotación sucia” similar al de Perú y Costa Rica que han tenido buenos resultados, es decir, el Banco Central podría estar buscando el modo de abandonar el “crawling peg”.
“¿Por qué un régimen de libre flotación? Porque luego en el mediano y largo plazo o en el corto en el caso de este gobierno, querrían atraer inversión extranjera directa con un régimen cambiario más atractivo, quizá por los buenos resultados en Perú en Costa Rica”, detalla el economista.
Régimen de libre flotación podría ser “un riesgo”
En un régimen de flotación el tipo de cambio va a ser definido por el libre juego de la oferta y la demanda del mercado internacional de divisas, de manera que ya no es una autoridad monetaria el que define un tipo de cambio oficial, algo que según Peña puede significar “un riesgo”.
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“En este régimen cambiario de flotación sucia, el Banco Central solamente intervendría para corregir ciertas situaciones, previendo distorsiones, comprando o vendiendo divisas y sobre esa lógica mantener el tipo de cambio sobre ciertos límites. Eso ha funcionado en Perú y también prevalece en Costa Rica”, explica.
En cuanto al tema inflacionario, motivo por el cual la autoridad monetaria adoptó la tasa de deslizamiento de 1 %, el economista explica que no depende directamente del Banco Central sino del comportamiento de los precios internacionales y que es probable que siga en aumento, pues las medidas adoptadas solamente sirven para contenerla.
“Como objetivo y fin de este instrumento de política se estaría buscando contener la inflación. Contenerla al menos, es decir, que no siga subiendo, son dos cosas distintas, una cosa es contenerla a que no siga subiendo y otra es revertirla y que baje… que eso lo veo un poco más complicado con la medida, no creería que la medida es para eso, no lo dicen tampoco en el comunicado”, concluye Marco Aurelio.
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