Las recientes acciones del gobierno de Nicaragua en contra de la empresa privada ponen en riesgo el rumbo económico del país, pues esto genera incertidumbre tanto a empresarios nacionales como a inversionistas extranjeros. Con la reciente detención del Presidente Ejecutivo del Banco de la Producción (Banpro), Luis Rivas y el congelamiento de cuentas de Juan Carlos Sansón, Gerente General de BAC Credomatic, la inseguridad alcanza hasta la banca nacional.
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El economista Marco Aurelio Peña considera que este tipo de acciones inciden de manera negativa en la imagen país, y que «lanzan un mensaje para el sector privado, para el inversionista nacional y para el inversionista extranjero«; por lo que las posibilidades de un crecimiento económico para Nicaragua este 2021 se ven cada vez más nubladas con el paso de los meses y el acercamiento de unos polémicos comicios electorales.
Peña señala que las detenciones afectan en indicadores como “facilidad para hacer negocios y libertad de empresa” e insiste en que estas ahuyentan la inversión extranjera directa. «Si se estuviera pensando en una política de estabilización y recuperación económica en el corto plazo, esto no debería de hacerse, porque no abona de ninguna manera a una solución a la crisis sociopolítica» apunta.
Ligia Gómez, exgerente de investigaciones económicas del Banco Central de Nicaragua (BCN), sostiene que en estos momentos «los bancos están revisando sus proyecciones, si querían ampliar servicios los van a detener y van a revisar toda su cartera para controlar el riesgo» lo que provocará que «todo lo que estaba en proceso se frene».
«Si la banca nacional se siente amenazada tomará medidas para controlar el riesgo de sus operaciones y se centrará más en la recuperación de su cartera, invertirá más esfuerzo en controlar la mora y restringirá el crédito. Eso hace que haya menos recursos para invertir, si alguien estaba buscando un préstamo para un negocio es probable que ya no se lo aprueben. Las cuentas de ahorro recibirán menor tasa de interés y es probable que aumente el costo de los créditos que se coloquen de ahora en adelante. Eso provocará más desempleo y más pobreza» detalla la economista.
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La crisis económica surgida a raíz del estallido sociopolítico de 2018 ha dejado un ambiente de inseguridad, desconfianza e incertidumbre para los nicaragüenses, «no sabemos lo que va a pasar, no sabemos a dónde vamos a parar, no sabemos cómo estarán las cosas el día de mañana y hasta el momento el panorama no se ve nada positivo» comparte Peña.
Pánico bancario
Ante el contexto actual, expertos temen que en el país se de una corrida bancaria, es decir, que muchos depositantes al ver la incertidumbre traten de sacar de forma masiva sus depósitos del sistema bancario, haciendo que la posición de buena liquidez que ha tenido la banca nacional hasta este momento se revierta y entre en déficit —es decir, que cuenten con más pasivos que activos—.
Para Peña los escenarios aún son inciertos. Considera que puede haber personas que tomen la decisión de retirar su dinero, otras que no, y otras que se encuentran consultando con algún asesor, con algún profesional o con “alguna amistad” sobre cómo actuar. «Por supuesto que la gente se lo está preguntando o ya está tomando una decisión».
Sin embargo, el economista llama a guardar la calma y tomar decisiones con “la cabeza fría”. «Una corrida bancaria provocada por un pánico generalizado en el público tiene efectos y consecuencias bastante perniciosas para el sistema financiero nacional y puede ocasionar pérdidas colectivas», y recomienda a los usuarios «informarse, indagar, preguntar con un especialista y no dejarse llevar por la primera impresión, el primer sentimiento».
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Por otro lado, Gómez reconoce que los nicaragüenses que tienen dinero en el banco son la minoría de la población, pues la mayoría «lo que tiene es una cuenta para recibir su salario y una vez que le depositan el salario solo lo distribuyen en pagos a sus tarjetas de crédito y pago de sus facturas» y en el caso de quienes tienen ahorros menores a 10 mil dólares estos están protegidos por la ley, aunque desconfíe de que ese fondo sea suficiente para honrar tal compromiso. En el caso de quienes cuentan con mayor dinero, asegura que «ya lo tienen en forma que diversifica el riesgo» y «lo que si harán es que preferirán detener la venta de activos y detendrán la inversión».
Fragilidad económica
Organismos multilaterales, así como el mismo BCN, han proyectado un crecimiento económico para Nicaragua este 2021, y aunque en este primer trimestre las estadísticas han reflejado un comportamiento positivo en comparación al año pasado, ante los recientes eventos políticos expertos no consideran oportuno abonar por un crecimiento en el corto plazo.
Hasta el momento, algunas medidas que habían favorecido a desacelerar la caída y que han incidido en la estabilización de la economía fueron las políticas económicas de corte monetario y fiscal, el crecimiento de los flujos de remesas monetarias, el aumento de las exportaciones ya que se ha mantenido la demanda de materia prima, y además el acceso a crédito que tuvo el país tras el paso de los huracanes Iota y Eta.
El problema es que desde entonces el panorama para el sector privado se deteriora considerablemente. En los próximos meses, Peña alega que el país podría estar enfrentando una ralentización de la actividad económica, pues «los eventos en materia política están teniendo su impacto en la actividad económica».
“Nuestra economía es frágil, vulnerable, tenemos calificación B- ante las agencias internacionales de calificación crediticia, y las elecciones de noviembre van a indicarnos hacia donde iríamos, si hacia un mejor clima o si continuamos en una tormenta”.
«El estado de derecho, el cumplimiento de contrato, la resolución eficaz de controversias por un Poder Judicial independiente, la capacidad de llegar a acuerdos, el respeto de los derechos de propiedad y propiedad intelectual, y los esquemas de incentivos para los agentes económicos, son parte fundamental para que una economía funcione, es lo que llamamos la economía institucional, entonces si las instituciones no andan bien, la cosa no va a funcionar bien, pues eso puede influir en la formación de expectativas en los agentes económicos» advierte.
«Todos los que se dedican a hacer proyecciones económicas han calculado un crecimiento económico moderado, impulsado por la recuperación de la demanda mundial post Covid-19. El gran capital está apostando a seguir igual, haciendo negocios independientemente del nivel de deterioro institucional del país, espera que todo siga moviéndose por su propio peso; pero si se aprueba la Ley Renacer eso puede cambiar, eso los obligara a romper lazos en sus negocios con los Ortega«, alerta por su parte Gómez.
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