La crisis económica y política que vive Nicaragua, la convirtió en un país en el que miles de nicaragüenses buscan mejores oportunidades en el exterior, principalmente en Estados Unidos.
En la última encuesta de CID Gallup, realizada entre el 26 de septiembre y el 10 de octubre, se reflejan datos muy alarmantes sobre la verdadera dimensión de la crisis.
CID Gallup realizó el estudio de opinión pública a través de entrevistas telefónicas a 1,200 ciudadanos nicaragüenses mayores de 16 años de todo el país y que cuentan con un celular. La medición tiene un margen de error de +/- 2.8.
De los encuestados, un 57% respondió que migraría si tuviera los recursos, y el 68% de quienes lo dijeron tienen menos de 40 años de edad. El 51% afirmó que migraría hacia Estados Unidos.
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En busca de mejor futuro económico para ellos y sus familias
“Los que quieren emigrar se muestran como los más decepcionados: son los que más creen que el país va por rumbo equivocado, los que tienen la peor situación económica familiar comparada con un año atrás, y los que menos creen que Ortega resuelva sus preocupaciones. Es decir, si finalmente migran, lo harán con la certeza de que cual sea el país que elijan (Estados Unidos, Costa Rica, España o Canadá, entre los preferidos), tendrán un futuro económico y políticamente mejor para ellos y sus familias”, señala la encuestadora.
El 80% de los consultados que tiene deseos de migrar, opina que el costo de la vida ha subido “algo” o “mucho”. En este sentido, CID Gallup concluye que hay al menos cinco problemas que han empeorado la economía familiar respecto a los datos del año pasado.
El principal factor es la falta de empleo, que fue destacado por el 26% de los encuestados; en segundo lugar está el costo de la vida con 24%. Como tercer problema, sitúan a la corrupción gubernamental, con un 18%; muy por debajo le sigue la inseguridad ciudadana y las repercusiones del Coronavirus con un 9 y 8% respectivamente.
Para el sociólogo y economista Óscar René Vargas, estos problemas reflejan la precariedad laboral, bajos salarios, el costo de la vida, la falta de oportunidades y las dificultades para emanciparse, que “marcan a la generación de jóvenes que optan por emigrar en busca de nuevos horizontes y oportunidades, mientras el país pierde capital humano (jóvenes, mujeres, profesionales, trabajadores y campesinos)”.
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“El país está viviendo un regreso masivo del hambre combinado con: degradación del sistema científico y educativo, desastre ambiental y humano, agravamiento de las desigualdades sociales y la precariedad laboral con bajos salarios, los sucesivos actos represivos, encarcelamiento y persecución”, explica Vargas.
El estudio de CID Gallup detalla que el 64% de los encuestados afirma que su situación económica familiar es peor en comparación al año anterior, siendo esta la percepción más alta desde 2016. Lo que hace más alarmante los resultados es que el 57% de los que quieren migrar son personas menores de 40 años.
Óscar René Vargas explica que la corrupción sigue siendo uno de los principales problemas que obligan a miles de nicaragüenses a migrar.
“La corrupción es un cáncer que crece porque ninguna autoridad la combate, lo que explica el enriquecimiento acelerado de muchos funcionarios y miembros de los anillos de poder y actúa como un factor de empobrecimiento de la mayoría de la población”, agrega el experto.
Migración “reduce significativamente las capacidades del país”
Los deseos de los jóvenes en Nicaragua por buscar oportunidades en otros países no es un tema nuevo, sin embargo, ha tomado mayor relevancia tras las oleadas migratorias de estos últimos años.
El desplazamiento de miles de nicaragüenses, especialmente de jóvenes que salen del país de manera forzada a causa de la persecución y represión, o bien porque sus condiciones económicas están sumamente limitadas y el futuro aparece muy incierto para ellos, genera un impacto social y económico, que según apreciaciones de la socióloga Elvira Cuadra, reduce significativamente las capacidades del país.
“La gente que está saliendo de Nicaragua es gente en plena capacidad laboral, muchos de ellos con cierto nivel de tecnificación o preparación académica, de tal manera que el país está perdiendo un valioso recurso para el desarrollo. El impacto se verá en el corto, el mediano y largo plazo porque reduce significativamente las capacidades del país”, explica la socióloga.
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Cuadra expone que si todos esos jóvenes salen del país, Nicaragua se va a quedar con una población integrada principalmente de personas adultas mayores y menores, y que con ello “se habrá perdido la oportunidad del llamado bono demográfico y el desarrollo futuro del país está comprometido, pues se reproducirán las condiciones estructurales de pobreza y marginalidad”.
En cuanto a si se pueden revertir los dramáticos cambios demográficos y con ello sus repercusiones, la socióloga explica que la única forma sería con la salida del régimen de Daniel Ortega, pero que además de eso, la transición debe ser “un proceso genuinamente democrático que promueva oportunidades de inserción y movilidad social y económica para las personas jóvenes, alentándolas a permanecer en Nicaragua y contribuyendo al cambio”.
Mientras dichos cambios planteados por los analistas no ocurran, más nicaragüenses y principalmente jóvenes, seguirán emigrando a destinos como Estados Unidos, que según Cid Gallup, sigue siendo el país preferido para emigrar con un 51%, otros podrían optar por Costa Rica que tiene un 15% de aceptación, seguido de España con un 9% y Canadá con 5%.
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