Tras su intento de disolver el Congreso e instaurar un gobierno de excepción, el presidente de Perú, Pedro Castillo, no solo fue destituido del cargo sino también detenido.
Medios peruanos indican que agentes de la policía lo arrestaron y lo trasladaron a una prefectura, luego de que saliera del Palacio de Gobierno.
En redes sociales han circulado imágenes de ciudadanos bloqueando los acceso a la embajada de México en Perú ante la posibilidad de que Castillo buscara refugio en esa sede diplomática.
La decisión del mandatario de izquierda de infringir un autogolpe de Estado generó un repudio internacional inmediato.
Igualmente muchos miembros de su gabinete renunciaron a sus cargos y luego 101 congresistas votaron a favor de destituirlo.
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