El reverendo John I. Jenkins, presidente de la Universidad de Notre Dame, de Indiana, Estados Unidos, denunció que el dictador Daniel Ortega intenta desaparecer a la Iglesia católica en Nicaragua.
En un artículo de opinión publicado este jueves en The Washington Post, Jenkins reprochó la toma de la Universidad Centroamericana (UCA), institución educativa que era dirigida por los jesuitas. Este “fue sólo el último episodio de la campaña de cinco años del gobierno para silenciar a la Iglesia Católica”, manifestó.
Tras la cancelación de la personería jurídica de la UCA, el régimen creó otra universidad en las instalaciones de la extinta universidad jesuita, a la que nombró Casimiro Sotelo Montenegro.
En el artículo, Jenkins expresó que “desde 2018, sacerdotes católicos y laicos críticos con el gobierno han sido acosados, exiliados, encarcelados, torturados y asesinados”.
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Denuncia cierre de Cáritas y Cruz Roja
El reverendo señaló que desde que estalló la crisis sociopolítica en Nicaragua, Ortega ha ilegalizado a más de 700 organizaciones sin fines de lucro y agencias no gubernamentales, incluidas la organización benéfica católica Cáritas y la Cruz Roja.
“Este año, el gobierno prohibió más de 1.000 procesiones católicas durante la Cuaresma y la Semana Santa. A los sacerdotes se les prohibió ungir a los enfermos, realizar bautismos y celebrar misas. Incluso rezar el rosario se considera ahora un acto subversivo en Nicaragua”, indicó.
«El intento de Ortega de extinguir el catolicismo en Nicaragua merece una condena mundial en una escala mucho mayor y más ruidosa. Como presidente de una universidad católica, estoy especialmente ansioso por movilizar a los líderes universitarios en oposición a esta persecución. Pero los líderes de todos los ámbitos de la vida deberían condenar a Ortega en los términos más duros. Su régimen debería ser aislado como un paria internacional por intentar “desaparecer” el catolicismo, la libertad de culto y la libertad de expresión», subrayó.
Los ataques de Ortega contra la Iglesia
Un último informe presentado en los primeros meses de este año por la abogada e investigadora Martha Patricia Molina, autora del documento “Nicaragua: ¿Una Iglesia Perseguida?”, indica que desde el año 2018, la dictadura ha cometido más de 530 ataques en contra de la Iglesia Católica.
Molina también ha contabilizado más de 80 religiosos expulsados de Nicaragua, entre ellos el nuncio y varias monjas que tenían a cargo proyectos benéficos en favor de la sociedad más vulnerable.
El informe recoge el caso de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, condenado a 26 años de prisión por negarse a ser desterrado por el régimen el pasado 9 de febrero junto a 222 presos políticos.
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