En la Iniciativa de Ley del Presupuesto General de la República para 2021, la institución que presenta el monto más bajo es el Ministerio de la Mujer (Minim), al cual se le han otorgado únicamente 30.3 millones de córdobas en fondos para el próximo año. Un monto lamentable ante el elevado grado de violencia de género en el país, pero que al mismo tiempo no sorprende a organizaciones de mujeres debido a la ausencia del Ministerio en atender dichos problemas.
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Maryce Mejía, de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV), desconoce las estrategias de trabajo del Minim, «no sabemos si es para disminuir la violencia o la pobreza que cada día está afectando a las mujeres» revela. Un desconocimiento compartido en otros colectivos de mujeres.
Creación del Minim
En 1987 se creó el Instituto Nicaragüense de la Mujer (INIM) el cual tenía por objetivo «erradicar todas las formas de opresión y discriminación a la mujer y establecer un nuevo tipo de relaciones sociales y personales, a fin de lograr su plena integración a la vida social del país». Esta institución surge bajo el contexto del triunfo de la Revolución Sandinista, durante un periodo en el que se experimentó un auge para la reivindicación de los derechos de las mujeres, que más adelante volvería a detenerse.
En 2013 el INIM fue absorbido por el ahora Ministerio de la Mujer bajo la reforma y adición a la Ley 290. En esta se establece que las funciones del Minim son «formular, promover, coordinar, ejecutar y evaluar, políticas, planes, programas, y proyectos gubernamentales, que garanticen la participación de las mujeres en el proceso de desarrollo económico, social, cultural y político del país». Sin embargo, mujeres de diversos colectivos aseguran no presenciar desde entonces ninguna de estas labores.
María Teresa Fernández, de la Coordinadora de Mujeres Rurales, comparte que en 2007 el INIM buscó a las organizaciones de mujeres para supuestamente mejorar la participación de dos comisiones que tenían en ese momento: la comisión interinstitucional de mujeres y desarrollo rural, y la comisión contra la violencia hacia las mujeres. Pero tras dichas reuniones nunca más volvieron a saber del Ministerio.
Minim calla ante ola de violencia
Según el plan de trabajo de 2020 presentado por el Ministerio de la Mujer, el objetivo para este año es «fortalecer el modelo de reconciliación, cultura de paz, dignidad y no violencia», pero hasta el momento el Minim no ha emitido pronunciamiento alguno respecto a la creciente ola de violencia contra las mujeres, un silencio que es cuestionado por activistas y colectivos feministas.
Mejía señala que el Minim «no ha sido preponderante, ni en este año, ni en años anteriores, para erradicar la violencia y los femicidios que necesitan urgente de un plan de nación que involucre a todos los sectores y a todos los ministerios». Además en Nicaragua no existe ninguna institución específica a la cual las mujeres puedan acudir en caso de violencia de género, «debería haber un modelo de atención integral articulado para acabar con la violencia y los femicidios, y no está, cuando cerraron las comisarías eso se desarticuló».
Las Comisarías de la Mujer eran el ente especializado para atender esta problemática pero estas fueron cerradas por completo en 2016, hasta este año en que volvieron a ser reactivadas. Sin embargo, feministas nicaragüenses desconfían de la atención en las mismas debido a que no se cuenta con personal especializado en atender estos casos. «Hay una reapertura pero ha quedado solo en infraestructura, no sabemos realmente si están atendiendo bien a las mujeres, aunque según testimonios ni siquiera están tomando las denuncias» asegura Mejía.
Y puntualiza que en Nicaragua «no hay una institución especializada para atender las necesidades de las mujeres, siguen siendo las organizaciones de la sociedad civil» quienes asumen el trabajo. Para Mejía el Ministerio de la Mujer es una organización partidaria donde la misma Ministra del Minim, Jessica Padilla Leiva, «es parte de la Juventud Sandinista (JS)», por lo que sus funciones «no son para todas las mujeres y pueden haber exclusiones».
Presupuesto del Minim refleja desinterés por las mujeres
Este pasado lunes, el Ministerio desconocido por muchas mujeres, reapareció presentando una cartilla denominada «Mujer y derechos» el cual explica el proceso de lucha de las mujeres nicaragüenses por la restitución de sus derechos. La cartilla destaca leyes que han sido implementadas por el gobierno sandinista a favor de las mujeres y que en Nicaragua prevalece la equidad debido a que «más del 50% de trabajadores estatales son mujeres».
Pero aunque las estadísticas sitúan a Nicaragua como uno de los países con mayor igualdad de género, la realidad dentro del país es otra. «Hay que revisar la calidad de la participación de las mujeres dentro de las instituciones, porque puede haber 50 mujeres en un lugar pero si hay un hombre que las calla a todas entonces no se puede hablar de equidad de género» resalta Mejía.
De igual forma, Fernández destaca que aunque existan leyes que han sido impulsadas por las mismas mujeres en la realidad estas no se cumplen, por lo que el Minim debería velar en que estas se cumplan «es su responsabilidad, pero no dicen nada». Para Fernández, si el Ministerio cumpliera realmente con sus funciones, debería obtener un aumento en su presupuesto pues este no es suficiente para desarrollar proyectos en favor de las mujeres.
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«Primero debe asignársele suficientes recursos al Minim, las mujeres son el 52% de este país, en el campo son el 49%» y por esta proporción sostiene que deben asignarse recursos a disposición de las mujeres para una amplia gama de programas. El problema es que son casi 12 o 13 años que no tienen conocimiento de ningún proyecto que se esté llevando a cabo en alguna comunidad por el ausente Ministerio, asegura Fernández.
Por ello aunque el «empoderamiento» e impulso de las mujeres en el ámbito económico supone ser el pilar principal del Minim, para las mujeres esto nunca ha podido constatarse. Mejía sostiene que «en un país tan politizado como en Nicaragua, todos estos recursos y beneficios puede ser que no lleguen a todas las mujeres del país» porque han observado y confirmado con testimonios que no se otorgan beneficios a mujeres que estén fuera del partido de gobierno.
En un escenario ideal, en que los ministerios estuviesen despartidizados, Mejía considera que el Minim debería tener un mayor presupuesto, «un país que hable de progreso y desarrollo tiene que tener en todas sus estrategias de nación cómo reducir las brechas de desigualdad de género». Y destaca que el hecho de que este sea el Ministerio con menor presupuesto refleja que las necesidades de las mujeres no son «prioridad en este país».
Un largo camino para recorrer
Fernández considera que es necesario darles trabajo a este tipo de ministerios y otorgarles los recursos necesarios para que se cumplan verdaderamente las políticas y leyes. «En un nuevo panorama, debe detener recursos para que se trabaje fuerte y se implementen las leyes, hay tanto que hacer para una vida mejor para las mujeres».
Mejía coincide que «en Nicaragua falta mucho para que logremos la equidad de género, principalmente con erradicar la violencia contra las mujeres y que podamos tener realmente un rol protagónico en cada uno de los espacios». Y destaca la necesidad de que se creen programas de emprendedurismo que no «romanticen la precariedad», pues sostiene que hasta ahora los únicos proyectos desarrollados en favor de las mujeres se tratan de pequeños fondos a corto plazo, «no existe empoderamiento, son mujeres que no cambian su vida a largo plazo o que no alcanzan una condición de vida distinta».
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