Desde organizaciones religiosas, humanitarias, de apoyo a la niñez y adolescencia, hasta las que atendían enfermos crónicos, optaron por la "disolución voluntaria".
"Quienes adquieran las viviendas del programa "Bismarck Martínez", construídas en terrenos confiscados, deben entender que esa propiedad no es de ellos", dijo exconcejal.
Simpatizantes sandinistas, propagandistas y familiares de funcionarios huyen de la situación actual del país, lo que contradice el discurso oficial de la dictadura.