A raíz de las filtraciones de documentos secretos de seguridad del Pentágono, donde se mencionan los intereses económicos de la dictadura sandinista a cambio de acceso a las aguas nicaragüenses a buques chinos, algunos especialistas deploran la actitud ambiciosa y entreguista de la pareja de gobernantes en detrimento de los intereses de la población nicaragüense.
Para el exdiplomático José Dávila, Daniel Ortega y Rosario Murillo no tienen una política exterior en función de las necesidades nacionales, sino intereses sectarios, por eso sus aliados son gobiernos totalitarios.
“Ortega esta jugando de peón en la geopolítica entre el bloque de dictaduras encabezado por China y Rusia contra el bloque democrático que encabeza América y Europa. Con esto vemos que Nicaragua se declara enemigo de Estados Unidos, y solo le interesa la ideología totalitaria y marxista, y eso es una desgracia para este país centroamericano”, expone Dávila.
Sanciones a la vista
Un analista político nicaragüense que prefiere el anonimato, criticó que cuando una negociación entre dos naciones se hace en secreto, esto al final no conlleva nada positivo a sus pueblos, y en el caso de la dictadura Ortega Murillo es una traición a la patria y ven a Nicaragua como un botín para seguir agrandando su fortuna.
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De igual forma consideró que los intereses económicos y políticos de los Estados Unidos estarían amenazados y por lo tanto es muy remoto que ese acuerdo prospere. «Porque al haber perjuicio contra el principal socio económico de Nicaragua, lo único que esperaríamos es más sanciones contra la dictadura Ortega Murillo y acciones más concretas para detener esta ambición desmedidas del saqueo a nuestros recursos naturales”, afirmó el consultado.
Reconocimiento y dependencia económica
Para el investigador nicaragüense Manuel Orozco, China ha penetrado tácticamente en Latinoamérica y el Caribe, primero ganándose el reconocimiento soberano de ser la única China. En Centroamérica empezó por Costa Rica, Panamá, Nicaragua, El Salvador, y ahora Honduras.
Además, mencionó que ha formulado acuerdos de cooperación en temas de inversión en infraestructura, aunque con poco peso económico y consistencia en su cometido.
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“Sin embargo, la vinculación con Nicaragua refleja más que todo un interés de Nicaragua de apalancar su antagonismo con Estados Unidos, ofreciendo su territorio a China. Ya lo hizo primero con el tratado del canal (interoceánico), y ahora con estos rumores de construcción de un puerto”, precisó Orozco.
La presencia de China en la región latinoamericana, para Orozco tienen dos aspectos: El primero, en el inmediato, la estrategia diplomática de China ha consistido en forjar relaciones internacionales con cualquier nación, independientemente de su condición política, sea una dictadura o democracia.
“El segundo aspecto: El interés geopolítico de China resalta una consideración que si bien no es expansionista es de control de seguridad estratégica global: no solo se ha especializado en la exportación de textiles y artículos mercantiles, pero poco a poco está creando dependencia económica en tecnología, y tecnología militar, pasando por ventas de armamento, hasta consolidar footprint geográfico con acuerdos de seguridad”, explicó el especialista.
No obstante, sostiene que la presencia China en Nicaragua puede arriesgar el balance geopolítico y democrático en la región debido a sus intenciones.
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