Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, propuso al presidente de Colombia, Gustavo Petro, suscribir un acuerdo que ratifique el cumplimiento de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de 2012 que le otorgó 75 mil kilómetros cuadrados de mar en el Caribe al país centroamericano.
La solicitud de Ortega llega después que el tribunal internacional rechazó la petición de Nicaragua de extender su plataforma continental más allá de su frontera marítima con Colombia.
«Nicaragua acata lo que dice la Corte. Ese es un principio», dijo Ortega.
Pero, «si la Corte ya falló a favor de ellos (Colombia) y la Corte ya falló a favor nuestro, ahí tenemos la salida para que busquemos la forma de plasmar esto en un decreto, acuerdo, donde queda claro que Nicaragua ya es dueña y está ejerciendo soberanía en esos 75 mil kilómetros cuadrados que le dio la Corte en el mar Caribe», señaló.
El mensaje enviado a Petro va con «el mejor espíritu de paz y de entendimiento», añadió Ortega durante el acto del 44 aniversario del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio.
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Según el dictador ningún gobierno de Colombia se interesó en normalizar las relaciones con Nicaragua reconociendo la sentencia de 2012. Sostuvo que, por el contrario, era «un riesgo» incursionar en las aguas soberanas por la amenaza de barcos de guerra colombianos contra los «barquitos pesqueros y lanchitas pequeñitas» del país centroamericano.
En su relato, esa fue la razón por la cual Nicaragua recurrió nuevamente a la CIJ ahora pidiendo más espacio marítimo y ya sobre la zona del archipiélago de San Andrés y Providencia.
Pero, «la Corte dijo que no podía entregarle a Nicaragua más espacio marítimo (…) porque no existen ni siquiera antecedentes».
«Inmediatamente aceptamos el fallo», reiteró.
Sin embargo, «¿qué esperaríamos de parte de Colombia? Nosotros lo estamos acatando ¿El fallo de la Corte que nos beneficia a nosotros lo van a acatar? No hay más camino que acatar», insistió.
Daniel Ortega aprovechó para recordarle a Petro la cercanía de la organización sandinista con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, desde su primer gobierno en los años 80. Según Ortega, acercamientos que también sostuvieron en respaldo al proceso de paz en Colombia.
«No hemos sido naciones ajenas en los procesos de paz; no hemos sido naciones que hemos tenido grandes confrontacionees en otro orden. Los problemas han sido de orden limítrofe», rememoró Ortega a Petro.
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