Las autoridades de la UNAN-León continúan tomando fuertes represalias contra los jóvenes universitarios que protestaron en abril de 2018. Los estudiantes que retomaron sus estudios fueron sometidos obligatoriamente a participar en actividades políticas, y para tener una prueba de su participación, les indican que deben tomarse fotos para luego subirlas a redes sociales.
Además, las autoridades de la UNAN-León, la cual está controlada por personas afines al gobierno sandinista, también ponen trabas en las gestiones que realizan los jóvenes para que desistan y no puedan volver a las aulas de clases. Y ahora, como requisito, les están solicitando a algunos universitarios el aval del secretario político del barrio o la comunidad de esa ciudad, para poder defender su monografía, lo que es considerado como violatorio a la autonomía universitaria según Byron Estrada, líder estudiantil.
Un estudiante de esa universidad, que prefiere mantener su nombre bajo anonimato por temor a represalias, dijo a Nicaragua Investiga que si un universitario tiene problemas con algún docente, te dicen: “vení, te necesito en esta actividad y que te anotés, que salgás en la foto. Posteriormente yo te ayudo con este profesor”, denuncia el joven, quien dice que se debe participar constantemente o dejan de ayudar a un estudiante que participó en las manifestaciones de abril de 2018.
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Este joven retomó sus estudios en 2020 luego de estar dos años en desobediencia estudiantil. Cuando volvió a la UNAN-León lo profesores lo citaron al departamento de su carrera, lo sentaron y escuchó un discurso de al menos una “hora diciéndome lo mal que habíamos hecho los estudiantes en abril de 2018. Me empezaron amenazar diciéndome que había incurrido en faltas graves porque había dañado aparatos de la universidad, que había hablado que los profesores eran servidores políticos”, asegura.
Él sostiene que estos señalamientos son falsos porque no dañó nada de la universidad. “En ningún momento nos atrincheramos, ni siquiera se intentó. Lo que hizo el Movimiento Estudiantil es hacer tranques fuera de la universidad, nunca lo hicimos en la universidad”, afirma.
Lo obligaron a ser parte del CUNN
Manifiesta que una de las “amenazas” era que tenía que ser miembro del Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN), el cual es controlado por simpatizantes del gobierno sandinista. “Me habían permitido entrar, me habían permitido hacer mi matrícula, inscribir mis clases y si quería permanecer y que mis notas no fuera afectadas, debería hacer eso”, comenta. Debido a estas amenazas y por seguir estudiando este joven participó en actividades un par de ocasiones “para que me dejaran en paz y me dieran mis notas”, lamenta.
Explica que en su último parcial ya tenía su nota final donde aprobó las clases, pero un órgano estudiantil del CUNN le dijo a su docente que tenía que dejarlo aplazado a pesar que no era así, según dice. “Cuando revisé el sistema habían dos clases que aprobé con anterioridad y me apareció que las dejé. Llego al departamento y me dicen que han perdidos las actas. Al final no me resolvieron nada y son clases que debo sacar nuevamente”, denuncia, y agrega que esta situación le sucedió a ocho estudiantes de su generación pero no protestan porque los pueden dejar sin el título universitario.
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Otro caso: lo expulsaron y borraron sus notas universitarias
Alex Alfaro cuenta que estudiaba la carrera Trabajo Social en la UNAN-León y lo expulsan por no participar en las actividades de la universidad paralelas al partido sandinista, y además, porque se dedicó a concientizar a los estudiantes de los acontecimiento del 18 de abril.
“En el 2018 cuando los estudiantes retornaron a la universidad, yo igual volví pero al año siguiente me negaron rotundamente la matrícula”, comparte Alfaro. “Por tres meses me pusieron muchas trabas hasta que un día reclamé mi derecho de matrícula y la responsable de registro académico, Yerling Vílchez, que dicho sea de paso era en ese momento una recién graduada y exmiembro del CUUN, me dijo que yo no estaba activo y que me arreglara con el director”.
El director del centro universitario, Christian Lugo, le confirmó que no era estudiante y había sido expulsado porque sabía lo que hizo para abril de 2018. “Le dije que yo conocía muy bien los estatutos y que me dijera qué artículo se me había aplicado y cuál era el agravio que yo había causado a la universidad, él tan solo me decía: «vos sabés lo que hiciste y no sé qué artículo te aplicaron». “También me dijeron que no tenía derecho a sacar notas ni a matricularme”, denuncia.
Endurecen las condiciones
Según denuncias internas de jóvenes de la universidad, ahora están solicitando el aval del secretario político del barrio o la comunidad de esa ciudad para que los jóvenes puedan defender su monografía.
Byron Estrada, líder universitario de León, confirmó a este medio de comunicación que el aval político tiene que ser avalado por el Consejo del Poder Ciudadano (CPC) y solicitarle una carta para ser dirigida a la secretaría política de la UNAN-León.
“Es completamente ilegal, irrestricto y violatorio al reglamento de la universidad, porque es la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. No tiene nada qué ver los procesos con la política como tal”, denunció Estrada. “¿Cómo le vas a pedir permiso a un secretario político para poder obtener tu título? Eso es una locura”, señaló.
El líder estudiantil denuncia que esto lo están haciendo con el fin de retener a estudiantes opositores. “La universidad de León actualmente no se ha pronunciado oficialmente de quienes son los expulsados. Ellos retienen y te ponen trabas en la secretaría académica como en la rectoría”, dice, y agrega que el aval político también se lo solicitan al estudiante que se matricule en la universidad.
Estrada afirma que hay jóvenes opositores que han intentado retomar sus estudios universitarios pero los envían en la dirección de la facultad o de la secretaría: “no lo podemos inscribir”, asegura que le dicen las autoridades de la UNAN-León.
“Tenés que llevar la carta avalada del partido para que te dejen poder inscribir la tesis y después pasa por un filtro que están entrando las personas del CUNN, que son los presidentes de facultad. Son consultados para ver si esta persona es golpista”, denuncia Estrada.
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“Lo que ellos quieren es someter a los estudiantes a que los reconozca el CPC de su barrio y diga que es miembro del Frente Sandinista y optar a cualquier acción de la universidad a que le dé pase libre para que ellos hagan y deshagan”, apuntó el líder estudiantil de la ciudad de León.
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