Tras la cancelación de la señal del Canal Católico de parte del ente regulador Telcor, esta fue traspasada a un enigmático canal llamado Nicarao TV, que transmite hasta la fecha propaganda afín al gobierno de Daniel Ortega.
De manera oficial Telcor no informó de ninguna adjudicación de la señal. pero de todas formas Nicarao TV vio la luz del día el 30 de mayo, alejado de la programación religiosa que caracterizó al canal de la Iglesia católica.
Dictadura censura el Canal Católico de Nicaragua
La creación del nuevo canal motivó una gran convocatoria partidaria, según fuentes que hablaron con Confidencial.
Dichas fuentes aseguran que el canal, ahora propiedad de Celeste, S.A.—una sociedad anónima vinculada a la familia presidencial y que está a cargo del Canal 13—, pretende convertirse en otro medio de propaganda del imperio mediático manejado por los Ortega.
Imperio mediático y censura
La familia presidencial ya controla los canales 2, 4, 6, 8, 13, 15 y 22, así como una buena cantidad de radios y otros medios digitales. Esta concentración de espacios mediáticos se da en medio de la represión a los medios que no son afines al gobierno.
Además de la usurpación de la señal del Canal Católico, el gobierno logró que el periódico mensual Voz Católica de Nicaragua, dirigido por monseñor Silvio Fonseca, vicario de la Arquidiócesis de Managua, dejará de circular al acabar con la personería jurídica de la Asociación de Publicadores Católicos (PUBLICA).
De vieja data
La práctica de usurpar medios de comunicación es de vieja data en el partido de gobierno. En 1979, las instalaciones, insumos y equipos del diario Novedades, el Canal 6 y la radio Estación X fueron expropiadas, conformando un circuito de difusión propagandista propiedad del régimen sandinista.
El Sistema Sandinista de Televisión (SSTV) y la Corporación de Radiodifusión del Pueblo se fundaron sobre propiedad confiscada, así como el diario Barricada, dirigido por Carlos Fernando Chamorro hasta 1994.
Más recientemente, Ortega ocupó las instalaciones de Confidencial y del diario La Prensa, encarcelando a directivos de este último.
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