Dolor al tragar cada vez que comía algo y una pequeña inflamación en el cuello, alertó a Sara para llevar a su hija adolescente Javiera, a consulta en abril del 2018. Temía lo peor, ya que en su familia hay antecedentes de cáncer de tiroides.
Tras realizarle a la menor un ultrasonido de cuello con transductor lineal y su respectiva revisión en un hospital capitalino, la conclusión fue: Glándula tiroides de aspecto ecográfico normal.
En el 2019, ya en una clínica privada los resultados concluyeron: Tiroides en parámetros normales. Para descartar cualquier anomalía se le recomendó realizarse anual el perfil tiroideo, desde entonces los exámenes de T3 (Triyodotironina), T4 (Tiroxina), TSH (Hormona Estimulante de las Tiroides) y el ITL (Índice de Tiroxina Libre), esperan por ella cada año.
En el 2020, tras realizar la ecografía de cuello, el resultado fue nódulo tiroideo derecho, pero para descartar lo peor, se le mandó un procedimiento llamado B.A.A.F., conocido como Biopsia por Aspiración con Aguja Fina, un procedimiento en el cuál el Patólogo realiza con una aguja muy fina la aspiración muy pequeña de fluido del paciente en el área de sospecha del cuerpo.
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“El ultrasonido no me da miedo, pero cuando me hablaron de biopsia sentí mucho miedo, al final pues no fue doloroso”, cuenta la joven de 20 años.
Para entonces el especialista concluyó que no había evidencia de malignidad en la muestra examinada. En el 2021, tras la valoración anual, el resultado fue el mismo nódulo tiroideo derecho. Este año todavía no he hecho los exámenes.
Otro problema de salud la llevó a descubrir su cáncer
Contrario a Javiera, la joven Erika Narváez, no sentía molestia alguna, pero otros problemas de salud la llevaron a descubrir que tenía cáncer de tiroides.
“No tenía síntomas asociados me revisaban por descontroles hormonales y descontrol de mi periodo. Me revisaba un internista y un ginecólogo, pero fue el internista quien mandó el estudio, el nódulo no provocaba dolor ni molestias, nunca sentí nada”, cuenta Narváez, quien fue diagnosticada y operada en el mismo año 2017.
Su diagnóstico fue carcinoma papilar de tiroides, uno de los tipos de cáncer de tiroides. “Me practicaron estudios en sangre de tiroides TSH, pero fue con un ultrasonido de tiroides que detectaron un nódulo en mi lóbulo izquierdo y al biopsiar dio positivo”, relata a este medio.
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De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer es una de las principales causas de mortalidad en las Américas. En el 2020, causó 1,4 millones de muertes, un 47% de ellas en personas de 69 años de edad o más jóvenes.
El número de casos de cáncer en la Región de las Américas se estimó en 4 millones en 2020 y se proyecta que aumentará hasta los 6 millones en 2040, añade la organización en su sitio web.
La tiroides es tan importante como cualquier otra parte del cuerpo, esta glándula se encarga de regular gran parte de las reacciones metabólicas que suceden en el cuerpo. Por ejemplo, la temperatura corporal, el desarrollo del sistema nervioso o el crecimiento de los huesos.
Esto quiere decir que las hormonas tiroideas son esenciales desde la gestación, para que el bebé se desarrolle correctamente. Durante el resto de vida siguen siendo necesarias para la supervivencia.
¿Se puede vivir sin tiroides?
Tras practicarle a Nárvaez una tiroidectomía completa, que es el retiro de la tiroides, su salud dio un giro en 180 grados, pues los cambios que vinieron nunca le pasaron por la mente.
“Vino el tratamiento con yodo radioactivo, hay cambios en tu piel, cabello, descontrol de peso y hormonal; en realidad son muchos cambios que solo con el tiempo se vienen asimilando. Incluso tengo cuadros de hipotiroidismo a veces mezclados con síntomas de hipertiroidismo, que solo se controlan con tratamiento adecuado y disciplina para asistir a tus controles. Yo estoy en un programa oncológico desde el diagnóstico”, manifiesta.
Luego de esa cirugía, esta paciente debe tomar de por vida levotiroxina o eutirox, medicamento que da lo que la tiroides debería producir naturalmente. Aunque no es lo mismo, ayuda como un suplemento, dice Narváez.
“El reto está en encontrar la dosis adecuada para tu cuerpo. Me practican exámenes periódicamente para ver mi nivel de T3, T4, Tiroglobulina y antitiroglobulina, algunos marcadores tumorales y control de una especialista endocrinóloga”, menciona.
El sitio web MejorconSalud detalla que “las hormonas tiroideas intervienen en la regulación de la temperatura corporal, en la frecuencia cardíaca y en muchos otros aspectos. Vivir sin tiroides es posible, pero considerando todos los sistemas orgánicos implicados, se requieren tomar medidas que preserven las funciones del cuerpo”.
Según Narváez, sus chequeos son anuales, mensuales, cada 4 semanas, según esté descontrolada o no con sus estudios de TSH. “La endocrino me puede ver más retirado, la oncóloga más constante”, dice.
Sobre su alimentación, le recomendaron comer más sano y evitar algunos alimentos que la alteren o grasas saturadas.
Al ser operada quedó sin la famosa “mariposita”. “Ya no la tengo y créeme que esa mariposa, de la que muchos no saben nada es muy valiosa. De ahí surgen muchas cosas para tu cuerpo genera hormonas con diferentes funciones, pero muchos ignoran su existencia y es tan importante conocer de ella, de su función, de sus aportes”, resalta.
Recientemente una tía de Narváez fue diagnosticada con el mismo tipo de cáncer, por lo que ella le apoya emocionalmente y le da acompañamiento. “Eso es importante. Ella está comenzando su proceso”, dice.
Medidas preventivas
Alrededor de un tercio de todos los casos de cáncer podrían prevenirse evitando factores de riesgo clave como el tabaco, el consumo abusivo de alcohol, la dieta poco saludable y la inactividad física, estima la OPS. Esta organización apunta que muchos cánceres tienen una probabilidad de curación elevada si se detectan temprano y se tratan adecuadamente.
“Desde que tenés un diagnóstico así te cambia tu vida, primero es la impresión, el impacto, la noticia, asimilarlo, toda la parte emocional, en ese programa en el que yo estoy te dan acompañamiento psicológico y todos los especialistas que necesitas, si tenés un problema serio con tu piel relacionado a este tema te ve dermatología, si tenés complicaciones con tu peso te ve nutrición, te ve tu oncóloga, tu endocrinóloga”, expresa Erika Narváez.
Así mismo cuenta que ahora está pasando un momento en que cada cuatro semanas le hacen estudios porque andaba el azúcar disparado, sus niveles de TSH y no debería.
“Me suben dosis, me vuelven a dejar una alta, una baja, ahorita estoy tomando dos tipos de dosis, dos gramos diferentes, para lograr controlarme me van a practicar unos últimos estudios, si todo sale bien me ven en un año y si algo no está bien me ven otras cuatro semanas, los controles son según vaya tu cuerpo reaccionando”, finaliza.
La tiroides y su día
El 25 de mayo, es el Día Mundial de la Tiroides, una fecha en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) convoca a reflexionar sobre la importancia de atender cualquier síntoma de una patología que afecta a muchas personas y que ellas desconocen estar padeciendo.
La glándula tiroides es una de las encargadas de regular el funcionamiento del organismo, tiene forma de mariposa y se encuentra ubicada en la base del cuello.
Produce hormonas (levotiroxina y triyodotironina) tiroideas (T3 y T4) al torrente sanguíneo, que tienen una acción muy amplia sobre la mayoría de los tejidos del organismo siendo también importantes para el crecimiento y el desarrollo del sistema nervioso central.
Entre los principales signos y síntomas de tener problemas de tiroides, está fatiga (cansancio), aumento de peso, sequedad en la piel y el cabello, sensación de frío, cambios en el humor, como sentirse triste, deprimido o menos interesado en la vida de lo habitual, dolores de cabeza y problemas para dormir.
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