La pareja dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo tiene miedo ante la verdad y el amor que anuncian los sacerdotes, por eso los encarcelan y «odian» a la Iglesia católica, denunció monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua en el exilio.
Las declaraciones del prelado ocurren tras una redada contra religiosos en Nicaragua, cuyas detenciones ilegales ascienden a más de diez casos, incluido el obispo Rolando Álvarez, de la diócesis de Matagalpa, y el obispo Isidoro Mora, de la diócesis de Siuna.
«Los tiranos aparentan ser valientes y se presentan altaneros y agresivos, pero son muy miedosos. Se sienten continuamente amenazados. Para ellos, los demás, el pueblo entero, incluso los de su círculo más íntimo, son siempre rivales o enemigos contra quienes luchar y a quienes engañar o eliminar», manifestó durante su homilía en ocasión al Día de Reyes, el 6 de enero, en Los Ángeles, California, Estados Unidos.
En consecuencia, «los secuestros y encarcelamiento arbitrario de tantos hermanos nuestros, entre ellos dos queridos obispos y varios sacerdotes, muestra no solo el afán de instaurar un poder dinástico, injusto y violento, sino también el miedo y la debilidad de un sistema anacrónico e inhumano ante la fuerza de la verdad y del amor. Por eso odian a la Iglesia«, añadió.
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El líder religioso resaltó que hoy Nicaragua sufre a causa de un sistema dictatorial, «sostenido por personas con la mente y el corazón oscurecido, cuya única ley es la ambición desmedida, la irracionalidad, la venganza, el odio».
Sin embargo, recordó que «todos los tiranos pasan y un día ya no están, quedando olvidados y condenados por Dios y la historia».
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Tomando de ejemplo el largo viaje de los «tres reyes magos» que siguieron la estrella que les anunciaba el nacimiento de Jesús, el obispo señaló que los «magos» enseñan a no resignarse con que «las cosas sigan siendo como han sido siempre» y perseverar en el ideal aún en medio de las vicisitudes.
En esa línea, invitó a aceptar a que las sociedades se equivocan y los grandes cambios son lentos. En el caso de Nicaragua, dijo que «hay que superar tantos vicios sociales y políticos que han dominado nuestra historia, tales como el sometimiento de la ley a las arbitrariedades de los poderosos o la indiferencia de gran parte de la ciudadanía frente a la realidad social y política».
Por eso, «hay que tener paciencia histórica» para ver el cambio.
«Debemos liberarnos desde ahora por liberar nuestros corazones de ambiciones mezquinas, renunciando a la indiferencia ante los problemas sociales, creciendo en la conciencia de nuestros derechos y deberes ciudadanos, dejando de un lado el arribismo, el culto mesiánico a los líderes y la corrupción», exhortó.
A su vez, instó a evitar el «canibalismo político y las rivalidad estériles», en referencia a los opositores que se acusan y descalifica mutuamente.
Monseñor Báez resaltó que «la adoración de rodillas ante Jesús nos dará fuerzas para no arrodillarnos ante ningún poderoso de este mundo, no adorará a los ídolos de muerte que nos quieren doblegar».
«No tengamos miedo al poder ni nos dejemos intimidar por sus engañosas falacias; confiemos más en la bondad de Dios que en el aparente esplendor de los poderosos», sostuvo.