Las fichas más leales de los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo han caído en desgracia y le recetan persecución policial, vigilancia, interrogatorios, arrestos domiciliarios y, en algunas ocasiones, hasta la cárcel.
Carlos Fonseca Terán; hijo del fundador del FSLN, Alba Luz Ramos; otrora magistrada presidenta del poder judicial, Humberto Ortega, único hermano menor del dictador, y Rafael Solís; padrino de boda de la pareja gobernante, son algunos ejemplos de los que se sintieron intocables alguna vez y terminaron siendo aplastados por el régimen que defendieron.
La familia de Carlos Fonseca Terán está siendo destruida por el régimen de Nicaragua con arrestos domiciliarios y despidos en cargos públicos. Tanto él como su esposa, la exmagistrada del Tribunal Laboral, Arlen Cuadra Núñez (sobrina del magistrado Armengol Cuadra), se encuentran en su casa de habitación en Lomas del Valle, Managua, incomunicados después que la Policía del régimen les decomisara sus teléfonos celulares y computadoras.
Se filtró a través de Confidencial que Fonseca Terán coordinaba un grupo en WhatsApp, que algunos denominan “La Comuna”.
La familia del fundador del FSLN parecía intocable. El 23 de junio pasado, Murillo informó que María Haydée Terán, madre de Fonseca Terán, y quien se encuentra preocupada por la situación que atraviesa su hijo, había recibido una visita de las autoridades de León por el cumpleaños 88 de su esposo, Carlos Fonseca.
“Tuvimos el gusto, el honor de llevar alegría, esa alegría que ella tiene de todas formas, a la compañera hermana María Haydée Terán, esposa del Comandante Carlos en el 88 cumpleaños del Jefe de la Revolución Popular Sandinista, nuestra Revolución”, dijo Murillo en su intervención.
María Haydée Terán, quien fue esposa de Carlos Fonseca, durante una visita por las autoridades de León. Foto | Prensa oficialista.
“Hemos compartido bonitas fotografías, en la que que está María Haydée con autoridades de León, con su hija Tania, con muchachos y muchachos de juventud, incluso muchachos que le han llevado una serenata, y han festejando con ella el cumpleaños de Carlos, Tayacan vencedor de la muerte”, prosiguió Murillo.
La familia de Carlos Fonseca
Las fuentes consultadas por Confidencial informaron que el 30 de julio pasado, Carlos Manuel Fonseca López, hijo de Fonseca Terán, recibió la carta de despido en el puesto que desempeñaba en la agencia de promoción de inversiones PRONicaragua.
Pedro Munguía Fonseca, hijo del doctor Pedro Munguía y Haydeé Fonseca Terán, hermana de Carlos Fonseca Terán, fue despedido del cargo que ocupaba en el Poder Judicial. Pero hay más. El año pasado, se canceló la personería jurídica de la Asociación de Médicos Especialistas “San Francisco” (Amesfra), la cual era dirigida por Tania Fonseca Terán, hija del comandante Carlos Fonseca.
Humberto Ortega
Humberto Ortega, hermano menor del dictador, también cayó en desgracia luego de brindar una entrevista al medio argentino Infobae. En mayo pasado, la Policía lo despojó de celulares y computadoras y lo citó en las oficinas centrales de la Policía en Plaza El Sol, ante el asesor presidencial en temas de seguridad, Horacio Rocha.
Humberto Ortega dijo en la entrevista que muriendo su hermano no existe sucesión en la dictadura, ni a través de su cuñada Rosario Murillo ni por sus sobrinos.
La Policía informó a través de un comunicado que instaló una unidad de atención médica en la casa de Humberto Ortega, lo que se interpretó como “casa por cárcel”, la medidas que la dictadura ha impuesto a muchos nicaragüenses perseguidos políticamente.
El comunicado decía que médicos del Ministerio de Salud (Minsa) y particulares de cabecera del general en retiro lo han valorado, por problemas del corazón y otros padecimientos propios de la edad. “El equipo de especialistas estará en permanente comunicación, coordinación y visita”, añade el escrito de la Policía. Desde entonces, se desconoce la situación del general en retiro.
Alba Luz Ramos
La otrora poderosa magistrada del poder judicial, Alba Luz Ramos, quien aparecía en eventos públicos al lado de la pareja Ortega-Murillo, también fue aplastada junto a su familia por la dictadura. Ella fue sacada y ultrajada de su oficina en octubre del año pasado por el general Horacio Rocha.
Se conoció en ese momento que llegaron policías vestidos de civil al edificio del Poder Judicial de Nicaragua, para que la funcionaria los acompañara a “interrogatorios”. A su hija-asistente, María Alejandra Ramos, no le dejaron sacar ni sus pertenencias de la oficina y estaba siendo vigilada por agentes policiales de la dictadura.
En ese entonces, tres sobrinos de Ramos fueron destituidos: Adda Benicia Vanegas Ramos, magistrada de la Sala de Violencia de Familia del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM); Abelardo Alvir Ramos, juez de Distrito Penal de Audiencia, de Managua; y Egberto Ramos, juez de Distrito de Familia de Managua.
Rafael Solís
El exmagistrado Rafael Solís conoce muy bien a Ortega y Murillo porque fueron amigos y fue el padrino de bodas de ellos. Pero esto no lo volvió irrebatible. Las casas de Rafaela Cerda y Rafael Ernesto Solís Castillo, madre e hijo del exfuncionario respectivamente, fueron rodeados alrededor de 10 patrullas, en un acto de represalia para silenciarlo sobre las declaraciones que brindaba a los medios de comunicación.
La Policía buscaba la casa de Rafaela Cerda, de 93 años, quien se encuentra clandestina, luego de que la misma dictadura le confiscó un hotel en San Juan del Sur y una casa en Managua.
El exjudicial fue mano derecha de Daniel Ortega en asuntos jurídicos desde 1999, cuando comenzó a asesorar en este tipo de temas, hasta enero de 2019, cuando renunció al cargo de magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) por estar en contra de la represión de 2018.
Rafael Solís junto a Daniel Ortega y Rosario Murillo. Foto ° La Prensa.
A Solís se le acusa de haber ideado una sentencia de la Sala Constitucional de la Corte, emitida en octubre de 2009, que le permitió a Ortega inscribirse como candidato presidencial en las elecciones de 2011, a pesar de que la Constitución Política se lo prohibía. Desde que desertó de la dictadura, Solís ha sido desnacionalizado, su título de abogado anulado.
Por otro lado, las purgas no solo tocan las fichas más leales al régimen, pues funcionarios y trabajadores del Estado que ocupan cargos desde el puesto más alto hasta el más bajo, sufren las represalias del sandinismo. Muchos son despedidos o son obligados a renunciar sin gozar de su liquidación, según han denunciado bajo anonimato.
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